¡César Sánchez comenzó ayer su carrera electoral como número uno del PP a las generales entre jamones de bellota extremeños y cava catalán. La campaña «puerta a puerta» con la que el Partido Popular quiere que sus candidatos se acerquen a los ciudadanos, para «hablar, escuchar y compartir las necesidades de la gente», tuvo su primer escenario en el Mercado Central de Alicante, entre ristras de embutidos en una serie de visitas preparadas de antemano por su equipo de campaña y casi guionizadas. Sánchez eludió que le preguntaran de la duplicidad de cargos y buscó su primera «toma de contacto» con el electorado alicantino que hoy seguirá en Xàbia.

El presidente de la Diputación empezó a emborronar las páginas de un cuaderno rojo, escribiendo de su puño y letra las demandas de los placeros. Un vendedor le pidió que los políticos «den mejor ejemplo». Con otro compartía ser militante del PP y seguidor del Atlético de Madrid, y otro le agradeció «las reformas que Luis (Barcala) está haciendo en el mercado». Es decir, obviamente, hubo más piropos que quejas. Y para cerrar la visita, rodeado de escasos clientes, César Sánchez se acercó a un puesto que se quiere ganar a pulso la fama de oráculo electoral. Jaime Ivorra quiso «darle la suerte» al cabeza del lista del PP al Congreso, al igual que hizo, en su momento, con Sonia Castedo, Gabriel Echávarri o Pedro Sánchez. Todos brindaron con este vendedor de productos gourmet, que si atina de nuevo, se convertirá en el «Pulpo Paul» particular del Mercado Central.