Alfonso Guerra se encomienda a Antonio Machado y se pone «en alerta». El que fuera vicepresidente del Gobierno durante 9 años y vicesecretario general del Partido Socialista durante casi dos décadas ya no toma decisiones, pero a sus 78 años, este «español, jubilado y pensionista», desde una posición panorámica y relajada, «sentado en una piedra», es capaz de lanzar sus opiniones sobre todo y de todos. Y lo hace en un momento, según sus propias palabras, en que «algunos quieren derribar esa obra que es España y yo tengo que reaccionar». Esa reacción de «un crítico», de un «disidente» como lo identificó ayer su compañero de partido y de luchas Antonio García Miralles, que realizó la presentación del invitado, se dejó ayer patente en el Foro Alicante organizado por INFORMACIÓN, la Universidad de Alicante, Bankia, la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) e Hidraqua.

El recinto de la Finca Lo de Die se llenó por completo para escuchar las palabras de una persona que ha sido «vice de todo» y hoy en día sigue arrastrando muchos seguidores. No en vano, la convocatoria desbordó todas las previsiones, acudieron más de 200 personas, con una nutrida participación de políticos (la mayoría de ellos socialistas y, especialmente, los más veteranos del partido que no quisieron perder la oportunidad de saludar a un coetáneo, todo un artífice de la Transición), a la que se sumaron destacados representantes del mundo de la empresa, la justicia y la universidad de la provincia de Alicante. Un público que aplaudió entusiasta al acabar de hablar el invitado y que, muchos de ellos, acabaron haciendo una respetuosa cola para que el escritor Alfonso Guerra, el autor de «La España en la que creo. En defensa de la Constitución», les firmara un ejemplar del libro.

Después de un escueto «vengo a este desayuno a explicar mi libro» y del doble recuerdo para dos alicantinos, ya fallecidos, que «estuvieron en mi última visita a la ciudad, José Beviá y Antonio Fernández Valenzuela», Alfonso Guerra comenzó haciendo un poco de historia para centrar la situación actual del país, de esa España que «siento dentro de mi corazón y llevo hasta en el tuétano mismo de mis huesos», palabras pronunciadas por Indalecio Prieto, ministro socialista durante la II República y presidente del PSOE en el exilio, que el veterano político suscribió ayer. «En 1945 los demócratas creían que habían vencido a los fascistas, pero hoy aparecen nuevos fascismos, nacionalismos y extremismos que atacan la defensa de la Constitución y la democracia», aseguró este diputado constituyente en 1977 que «sin ser experto en constitucionalismo», se declaró «solo un ciudadano español dispuesto a dedicar sus esfuerzos a defender a un pueblo ávido de libertad».

Embates y locuras

Alfonso Guerra comentó que en su sexto libro intenta decir «qué se debería cambiar y qué no se debería tocar». Para el exvicepresidente es fundamental «reconocer los valores y señalar las oportunas modificaciones», pasos necesarios para evitar «embates donde no se calculan las consecuencias, como sacar el Reino Unido de la Unión Europea o permitir la candidatura de Donald Trump a los Estados Unidos. Dos locuras», afirmó. Y con esos antecedentes, el invitado del Foro Alicante reflexionó sobre «el propio concepto de España, que está en crisis». Una afirmación que parte de datos numéricos. «En 1978, la Constitución recibió el apoyo del 92% del Congreso. Hoy se sientan en el Parlamento un 25% de diputados que están en contra de la Carta Magna, que tienen su nido en las redes sociales, desde donde bombardean a la Constitución y al Rey».

Estos enemigos de la Constitución, dijo, buscan la «inestabilidad del sistema democrático a través de derribar la monarquía y tumbar algunas comunidades autónomas». Guerra lamentó que hoy en día se está «jugando con fuego», permitiendo «la balcanización de un país que se fragua sigilosamente». Con casos cercanos donde se «ha entregado el poder a autócratas, como en Hungría, Italia o Polonia, los dirigentes políticos democráticos no parecen tener en cuenta las señales», recalcó Guerra, que regresando a la geografía española, reconoció que el PSOE y el PP han «abrazado el monstruo mirando hacia otro lado. Eso tiene parte de razón, pero el crimen los cometen los nacionalistas, el crimen lo comete quien clava el cuchillo», sentenció.

«Un divertido caos político»

En el interesante debate moderará por el director del Club INFORMACIÓN, Toni Cabot, abierto tras la presentación del libro, llegaron las reflexiones más centradas en la situación política actual. Utilizando siempre un buen tono de voz, con el desparpajo habitual que le permite soltar tanto ocurrencias que provocan la carcajada instantánea y como frases lapidarias que siembran el silencio, Alfonso Guerra calificó de «caos político» el resultado de las elecciones generales de 2015, repetidas en 2016, que derivaron en «un parlamento divertido pero disperso». Es más, el invitado preguntó: «Con la mano en el corazón, de verdad, ¿este parlamento es mejor que los anteriores?». «Ni en broma», contestó Alfonso Guerra.

Esa añoranza también se traduce con el sistema de elegir candidatos, ahora repleto de «purgas y fichajes», donde se anuncian listas con «un campeón de baloncesto o un militar enamorado de una joven», listas donde «no se elige, se nombra». Al igual que habló de pactos y de coaliciones. Ante la pregunta clara y directa: «¿Recomienda a Ximo Puig pactar con Ciudadanos antes que con Compromís», la respuesta fue: «, sería lo más natural con el panorama político actual». Un panorama político donde Guerra no obvió al Partido Socialista. En su opinión, no se puede decir que al PSOE «no lo conoce ni la madre que lo parió», frase histórico que él mismo dedicó a España. «Yo no diría tanto, pero ellos mismos hablan de un nuevo PSOE. Digamos que se trata de otro PSOE», reconoció el exvicesecretario socialista de un partido que en su Comité Federal tiene a «nuestros herederos del Congreso de Suresnes. Para lo malo y para lo bueno de la historia», añadió el veterano político.

«Puigdemont está trastornado y con Torra me quedo sin adjetivos. En Cataluña las medidas que valen son camisas de fuerza»

«En el intento secesionista ha habido avasallamiento y se sabía que estaban haciendo cosas que no se han parado»

Uno de los temas que más se pusieron sobre la mesa en el debate posterior a la presentación del libro fue el «procés» catalán. En este tema, Alfonso Guerra se mostró firme y convencido en su crítica a unos «políticos nacionalistas que asaltaron al Estado, se escondieron en un portamaletas y huyeron del país». Para Guerra, el actual episodio de la retirada de lazos amarillos ordenada por la Junta Electoral Central «es el penúltimo esperpento de Torra, porque siempre hay que esperar otro», señaló el exvicepresidente, para el que «Puigdemont está trastornado, y para Torra me quedo sin adjetivos».

El invitado al Foro Alicante aseveró los problemas de delincuencia se solucionan en los tribunales y los problemas políticos en los parlamentos». Por eso «no valen medidas políticas en el tema de la retirada de lazos, las medidas que valen son las camisas de fuerza». Sin paliativos, Guerra esgrimió que en el «intento secesionista catalán» se ha actuado con «avasallamiento», con gestos tan simples como reducir el concepto de «España» a un «estado».

Una de las preguntas recibidas por Guerra cuestionaba la equivalencia que algunos han establecido entre el 23-F y el «procés». Una similitud que para Guerra tiene mucho sentido: «El 23-F fue un golpe militar que pretendía la ruptura del orden constitucional y democrático. En 2017, en Cataluña se pretendía la ruptura del orden constitucional y democrático. La diferencia es que el 23-F fue tipo zarzuela y lo de Cataluña es más de psicoanálisis».

También hubo tiempo para la autocrítica, al reconocer errores, puesto que «en Cataluña se sabía que estaban haciendo cosas que no se han parado. ¿Cuantos informes sobre el adoctrinamiento en las escuelas se han hecho? Cero».

Y puestos a mirar al pasado, Alfonso Guerra también recordó a Jordi Pujol, quien dijo desde el balcón del Palau de la Generalitat que «de ética no pueden hablar los demás, solo nosotros, cuando ya tenía el dinero oculto en Andorra». Palabras de Alfonso Guerra.

García Miralles destaca la coherencia que «ha marcado la vida de un crítico»

El expresidente de las Cortes Valencianas Antonio García Miralles fue el encargado de presentar a Alfonso Guerra, del que destacó la «línea de coherencia que ha marcado toda su vida». El veterano socialista alicantino comenzó su intervención indicando que «Guerra no presenta ni una novela ni una biografía, es un compromiso escrito con el pasado, el presente y el futuro». Miralles también invocó a Antonio Machado y su poema «Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón». Versos que hoy identifican al propio Alfonso Guerra.