n Uno de los temas que más se pusieron sobre la mesa en el debate posterior a la presentación del libro fue el «procés» catalán. En este tema, Alfonso Guerra se mostró firme y convencido en su crítica a unos «políticos nacionalistas que asaltaron al Estado, se escondieron en un portamaletas y huyeron del país». Para Guerra, el actual episodio de la retirada de lazos amarillos ordenada por la Junta Electoral Central «es el penúltimo esperpento de Torra, porque siempre hay que esperar otro», señaló el exvicepresidente, para el que «Puigdemont está trastornado y para Torra, me quedo sin adjetivos».

El invitado al Foro Alicante aseveró los problemas de delincuencia se solucionan en los tribunales y los problemas políticos en los parlamentos». Por eso «no valen medidas políticas en el tema de la retirada de lazos, las medidas que valen son las camisas de fuerza». Sin paliativos, Guerra esgrimió que en el «intento secesionista catalán» se ha actuado con «avasallamiento», con gestos tan simples como reducir el concepto de «España» a un «estado».

Una de las preguntas recibidas por Guerra cuestionaba la equivalencia que algunos han establecido entre el 23-F y el «procés». Una similitud que para Guerra tiene mucho sentido: «El 23-F fue un golpe militar que pretendía la ruptura del orden constitucional y democrático. En 2017, en Cataluña se pretendía la ruptura del orden constitucional y democrático. La diferencia es que el 23-F fue tipo zarzuela y lo de Cataluña es más de psicoanálisis».

También hubo tiempo para la autocrítica, al reconocer errores, puesto que «en Cataluña se sabía que estaban haciendo cosas que no se han parado. ¿Cuantos informes sobre el adoctrinamiento en las escuelas se han hecho? Cero».

Y puestos a mirar al pasado, Alfonso Guerra también recordó a Jordi Pujol, quien dijo desde el balcón del Palau de la Generalitat que «de ética no pueden hablar los demás, solo nosotros, cuando ya tenía el dinero oculto en Andorra». Palabras de Alfonso Guerra.