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La inestabilidad se instala en Podemos

Antonio Estañ anuncia que no volverá a presentarse a la secretaría general

Se abre una nueva etapa en Podemos. El alicantino Antonio Estañ anunció ayer que no se presentará para ser reelegido secretario general en la Asamblea Ciudadana de octubre, convocada este sábado por el consejo ciudadano valenciano. Una decisión tomada por motivos «políticos y personales», según Estañ, de la que avisó a Pablo Iglesias y a Alberto Rodríguez, secretario de organización, el mismo sábado y que abre un debate sobre los liderazgos en Podemos: Estañ en el partido, el vicepresidente y número uno por Alicante Rubén Martínez Dalmau en el Consell y la alcoyana Naiara Davó en las Cortes.

Los tres líderes mueven los hilos del partido en cada uno de esos escenarios. Sin embargo, Estañ se aparta porque para afrontar nuevos retos «lo más honesto es dejar paso a una nueva dirección, a nuevas personas». El aún secretario se refirió así a la nueva travesía del partido dentro del Consell. Se acabó su papel fiscalizador desde las Cortes: «Ya no vale la excusa de los gobiernos anteriores del PP, va a ser una legislatura complicada», dijo. Para ello, la Asamblea de octubre es fundamental porque se concibe para tener un debate «amplio y honesto» para renovar el partido «en su línea política y en su dirección». Un debate que se espera desde las elecciones autonómicas, cuando Podemos, pese a que logró entrar en el Consell, pasó de 13 diputados en 2015 a 8 en esta legislatura.

El movimiento de Estañ genera más inestabilidad en Podemos, que ha visto pasar a dos secretarios generales en cuatro años y el tercero que será elegido a partir de octubre. Primero fue Antonio Montiel, cuyo liderazgo se prolongó durante dos años y fue cabeza de lista a las Cortes en 2015. Cuatro años después abandonó el partido decepcionado por los «egos» y la deriva que el partido había tomado. Estañ le sustituyó en mayo de 2017 como parte de una necesaria renovación, pero no se presentó a las primarias para ser candidato a la presidencia el 28 de abril. Ni siquiera quiso revalidar su escaño. Solo mantendría la secretaría general, muestra de su interés por tener un perfil bajo. Esa decisión provocó una bicefalia en el partido. Dalmau ganó las primarias para ser el candidato a las Cortes y se convirtió en síndic tras las elecciones autonómicas, un periodo en el que mantuvo discrepancias con Estañ sobre los términos de negociación del Botànic II. Dalmau no forma parte del consejo ciudadano y su trabajo es casi independiente al partido, donde apenas tiene influencia pese a ser uno de sus altos cargos.

Se unió un tercer liderazgo cuando Dalmau dejó su escaño. La lista corrió y entró Naiara Davó como portavoz del grupo parlamentario, lo que supuso una nueva corriente interna. «Creo que los cargos públicos están de paso y una vez conseguidos los objetivos, hay que apartarse». Así resumió ayer Estañ su decisión y descartó estar cuestionado dentro del partido. Definió el reto de Podemos ahora: «madurar sin envejecer», un objetivo para una nueva dirección.

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