El conseller de Hacienda, Vicent Soler, ha cerrado filas esta mañana con la ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, pese al revés sufrido ayer al negar un trato preferente a la Generalitat a pesar del maltrato financiero histórico a la Comunidad Valenciana. Montero, que había deslizado la mañana del miércoles en el Congreso que la Comunidad sería de las primeras autonomías que recibirían las entregas a cuenta, rectificó posteriormente y rechazó que el Gobierno valenciano tuviera prioridad sobre otras. Eso llevó a Soler a comparecer por las tardes en las Cortes con un trofeo bajo el brazo que después quedó en nada.

Soler, con todo, ha evitado polemizar con la ministra y, a preguntas de los periodistas, ha indicado que fue un error suyo el dar por hecho esta decisión durante su intevención sin haberlo contrastado antes. Aún así ha negado descoordinación con el ministerio y ha indicado que era una cuestión anecdótica. Soler ha asegurado que la ministra tiene cómo él "la concencia tranquila" respecto a su trabajo y trato a las comunidades y que le consta su compromiso para acabar con la infrafinanciación. Ha indicado que el problema es que está atada de pies y manos por la ley de estabilidad que aprobó el Gobierno popular. "No puede hacer más que lo hace", ha dicho.

El conseller ha añadido que espera ahora que pueda acelerarse la llegada del FLA extraordinario de 250 millones para aliviar el estrés de la tesorería por la no llegada de las entregas a cuenta. Ha insistido en que no descarta en tener que tomar medidas más drásticas en las cuentas, como el cierre presupuestario.