El presidente de la Diputación, Carlos Mazón, apeló ayer a enterrar el conflicto lingüístico como arma política y llamó a una convivencia en plena normalidad entre castellano y valenciano, en la que la lengua en la que se exprese cada persona no pase de ser una cuestión anecdótica. Lo hizo, además, de una forma muy simbólica, en la conmemoración del 36 aniversario de la aprobación de la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià, en los jardines del Palacio Provincial. Una cita en la que Mazón ejerció de anfitrión institucional y que, simplemente por el lugar en el que se desarrollaba ya marcaba una diferencia en relación a épocas pasadas.
El exterior del mismo edificio en el que salió adelante la LUEV en 1983 sirvió para conmemorar su aniversario y reivindicar una mayor presencia pública y más uso social del valenciano. El mismo espacio que el antecesor de Mazón, César Sánchez, se negó a ceder el año pasado. La institución provincial, sin embargo, parece que ha dejado atrás ese papel de oposición al Consell, en el que los recursos a los planes educativos de plurilingüismo -y, por extensión, a todo lo que sonara a promoción del valenciano- marcaban en buena medida la agenda. La intervención del presidente de la Diputación fue una apelación constante a la concordia, reiterando que la sede de la institución provincial es «la casa de todos» los que viven en la demarcación, al margen de su comarca y de la lengua en la que se expresen.
De forma implícita, Mazón lo dejó claro desde el principio, al dar la bienvenida a los asistentes «a vuestro Palacio Provincial», y darles la «enhorabuena por recordar uno de los momentos más importantes que ha vivido en democracia» la sede de la Diputación. El representante institucional, que se excusó por no intervenir en valenciano «por respeto» a no cometer ningún error, defendió la «normalidad» entre ambas lenguas y ha abogó por incidir en esa línea. Así, se reivindicó «de la generación» de la LUEV, ya que gracias a ella estudió valenciano y a día de hoy, aunque no lo hable, puede entenderlo «sin que nadie me tenga que traducir ni pedirle que me hable en castellano». Y además, afirmó sentirse «muy cómodo» con esa coexistencia entre ambas lenguas en Alicante.
El líder de la institución provincial resaltó que «así entiendo yo esa hermandad entre valenciano y castellano», la cual «siempre hemos tenido y nunca ha sido un problema», motivo por el que «no hay que considerar de un color u otro a una postura u otra». En todo caso, dijo, hay que recordar que «venas y arterias tienden a tener un color u otro, pero forman un único corazón». Y agregó que «podemos mejorar en la convivencia y el respeto», por lo que incidió en «seguir conviviendo con venas y con arterias».
El giro en la posición de la Diputación hacia el valenciano no sólo se reflejó con el discurso del presidente -muy bien recibido por los asistentes-, sino también por la presencia del también diputado provincial y alcalde de Mutxamel por el PPTambién acudieron los alcaldes socialistas de Sant Joan y Xixona, Jaime Albero e Isabel López, así como la directora general de Innovación de la Generalitat, Sonia Tirado, y los portavoces municipales de Compromís y Podemos en Alicante, Natxo Bellido y Xavi López, junto con representantes de las diversas entidades que componen la Plataforma Alacant pel Valencià, organizadora de este acto conmemorativo.
