Tener un ejemplar de la Carta Magna abierto en medio del escenario, por capítulo tercero, dedicado a las Comunidades Autónomas, no es novedad. Defender la obligación de ser implacables con el populismo que «intenta destruir lo más preciado que compartimos», como son «las instituciones democráticas, la cohesión social y la convivencia», es habitual oírlo un 6 de diciembre. Cumplir con el «encargo de nuestra Constitución» de perseverar en la lucha por la igualdad de la mujer y contra la violencia de género, reducir las desigualdades y gestionar los derechos de migrantes, no se puede dejar de oír en una jornada como esta, donde la fiesta democrática va unida a la reivindicación. Como también lleva exigiendo el Consell desde hace unos años que «defender la Constitución es exigir la reforma del sistema de financiación».

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig dedicó ayer buena parte de su discurso institucional -el que pronuncia en Alicante desde 2015 con motivo de la celebración de la Constitución para toda la Comunidad Valenciana-, a todos esos aspectos, inherentes en cualquier debate que se genera en torno a la Carta Magna. Pero no se quedó ahí. El jefe del Consell, en un día muy señalado en el calendario político e institucional abordó otro asunto que tampoco es especialmente original, por el que no oculta su afinidad y que nadie debería verse sorprendido porque forme parte de su manera de entender la reforma de la Constitución. Y ese tema no es otro que el federalismo, insertado en el ADN de parte del PSOE -no del conjunto- pero que cada vez gana más significación al exponerse en foros y momentos tan señalados como ayer, en el Teatro Principal de Alicante, un 6 de diciembre.

Ximo Puig lanzó la propuesta al aire, asegurando que «a medio plazo hay que reformar la Constitución», respetando sus valores fundamentales pero convirtiendo el Senado en una verdadera Cámara territorial. Desde la legitimidad que ostenta en su condición de representante del Estado en la Comunidad y como uno de los barones con más peso hoy dentro del PSOE, Puig aseveró que «el gran desafío territorial de España» exige una «reflexión sosegada y profunda» sobre lo que hoy es este país y su arquitectura institucional. «Una reflexión que debe dar lugar -en su opinión-, a una reforma constitucional en sentido federal». Y «¿por qué federal?», se preguntó Puig. «Porque federar es unir desde la diversidad», se respondió a sí mismo el presidente, que transmitió esta solución como la forma de «cohesionar España y fortalecer la unidad de todos los españoles», sobre todo, pensando en que esa reforma «contribuya a luchar contra las dos tentaciones tan presentes como perjudiciales: el secesionismo y el centralismo».

Sin embargo, esta defensa del estado federal -ya madurada en los últimos días por el propio Puig tal y como adelantó este diario- no fue del agrado de todos. «Hasta ahí todo muy bien, hasta que he escuchado lo del estado federal». Con esta frase comenzaba el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, su crítica a las palabras en defensa de un estado federal esgrimidas por Ximo Puig. Para Mazón, «la ocurrencia» de «plantear hoy un estado federal me parece una irresponsabilidad» en el tiempo, la forma y el fondo. Primero sobre el escenario de Teatro Principal, con los focos todavía encendidos y con un evidente enfado que evidenció negando el aplauso a Puig. Y después con una nota de prensa oficial enviada por la Diputación a todos los medios, Carlos Mazón abrió el primer gran conflicto entre el Consell y la institución provincial de este mandato al discrepar abiertamente con Ximo Puig. Primero porque «es el peor momento para hacerlo», señaló Mazón, «ahora que se está dilucidando el Gobierno de España, con gente que no quiere la unidad de España, que sea precisamente hoy que se habla de más barreras entre españoles y no de estar más unidos y reforzar la Constitución».

Para Carlos Mazón, Puig comete un error «desde el punto de vista del fondo cuando hemos alcanzado los más altos grados de autogobierno. Podemos hablar de si el estado de las autonomías ha llegado a su absoluto desarrollo y funciona bien el sistema, que debe estar mejor financiado», pero en este momento, «el estado federal es hablar de más barreras y desuniones entre españoles». Y como «no hay dos sin tres», la discrepancia entre Mazón y Puig también fue en la forma. «En el Día de la Constitución lo importante es lo que nos une, no lo que nos separa. Siempre voy a estar en contra de las cosas que separen más a los españoles», concluyó. Al margen de estas diferencias políticas entre Ximo Puig y Carlos Mazón a cuenta del estado federal, la celebración del 41 aniversario de la Constitución se ciñó a la estructura protocolaria que se requiere en conmemoraciones como esta, con himnos, discursos y reconocimientos a defensores de los derechos y las libertades. En una intervención donde alternó el valenciano y el castellano, Ximo Puig ensalzó el valor de la Constitución. «Es lo que nos une», dijo.

Para el presidente de la Generalitat, «nuestra democracia es la decantación de nuestras diferencias en un entendimiento. Es la apuesta por lo común y el respeto a la diferencia. Es la casa donde todos caben y todos han de caber. Sin constreñimientos. Sin cerrazón. Es -prosiguió Puig-, el libro colectivo donde conviven de manera armoniosa Miguel Hernández, Rosalía de Castro, Antonio Machado, Xabier Lizardi o Vicent Andrés Estellés». Evocaciones literarias y musicales, como las que después llegaron para ayudar a entender «todas las miradas de la Comunidad Valenciana». En ese recorrido, «el camino pasa por reconocerse en el Otro. En el otro de la Vega Baja, del Maestrat o de la Safor. El camino pasa por disfrutar de una Muixeranga d'Algemesí y de esta maravilla musical que es el Canto de la Pasión de Orihuela, declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial hace dos meses», recordaba Puig todavía con las melodías de estos cantores resonando en las paredes del teatro.

Apelación a la diversidad

Como maestra de ceremonias intervino la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, que además de glosar a los premiados y dar paso a la actuación de los grupos oriolanos de Cantores de La Pasión, ofreció un pequeño discurso con un misma palabra sobrevolando por todas sus líneas: diversidad. Según Mónica Oltra, «para que un estado sea realmente social y democrático debe garantizar la igualdad en la diversidad de todas las personas y también de todos los territorios. La diversidad nos enriquece como personas. La pluralidad fortalece la sociedad porque es la expresión política de la diversidad», defendió.

Oltra recurrió a versos de Miguel Hernández («Sonreír con la alegre tristeza del olivo. No cansarse de esperar la alegría»), y Ximo Puig se fue al Siglo de Oro y recuperó a Baltasar Gracián, que en 1640 ya decía «en la monarquía de España las provincias son muchas, las naciones diferentes, las lenguas varias, las inclinaciones opuestas... por ello es menester gran capacidad para conservar y mucha para unir». Una cita muy acorde a una cita donde algunos descubrieron, eso sí, el estado federal.

Ausencias destacadas entre cantos de la Vega Baja

Ni Bonig ni Cantó acuden al acto organizado por el Consell donde la música llegó desde la comarca del Segura

Los grupos oriolanos de Cantores de La Pasión y el de Cantores de la Primitiva Pasión Federico Rogel pusieron al nota musical a un acto que abrió y cerró la Banda Sinfónica de Alicante. Polifonía de Semana Santa, pasodobles e himnos que no escucharon los líderes autonómicos del PP, Isabel Bonig y del Cs, Toni Cantó, ausentes en el acto. Hasta Alicante tampoco se desplazó el delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio. El Consell acudió en pleno, asi como la presidenta del Consejo de Estado, la valenciana Teresa Fernández de la Vega. Asistieron numerosos ediles del Ayuntamiento de Alicante, aunque el alcalde Luis Barcala saludó al resto de autoridades antes de entrar en el teatro y acudió a la procesión en honor del patrón de Alicante, San Nicolás. Todos los partidos estuvieron presentes (incluido Vox), con pocos dirigentes del PP (ausente su dirección provincial, destacó el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana), y gran afluencia de cargos socialistas.

Distinciones para el Archivo de la Democracia de la UA y el ilicitano Tomás Vives

Como es tradición, el Consell entregó dos distinciones por la Defensa de los Derechos y Libertades Constitucionales. La entidad elegida fue el Archivo de la Democracia, creado en 2004 por la Universidad de Alicante. El coordinador de su Consejo Asesor, José María Perea recogió el galardón agradeciendo «este estímulo para seguir aportando ideas» que ayuden a mantener vivo lo ocurrido durante las cuatro décadas de la Democracia. Y la persona distinguida fue el jurista ilicitano Tomás Vives Antón, exvicepresidente del Tribunal Constitucional. Con un tenue hilo de voz, a sus 81 años, Vives compartió con el teatro un emotivo discurso de agradecimiento, donde ensalzó que «no hay más libertades democráticas que las que emanan de la Constitución».