Movimiento de fichas del sanchismo en la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana. En una maniobra por sorpresa y sin explicaciones para el afectado, los socialistas «filtraron» la destitución del delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, después de apenas veinte meses en un cargo al que llegó tras la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez frente a Mariano Rajoy. Fulgencio, un antiguo dirigente territorial del PSPV en el cinturón urbano de València y persona de la confianza del ministro José Luis Ábalos, quería continuar en el Palau del Temple. Pero Ábalos, ahora debilitado por el episodio de su entrevista con la vicepresidenta de Maduro sobre Venezuela, prefería un golpe de timón. Y ha elegido a otra persona de su cuerda: Gloria Calero, exalcaldesa de la localidad valenciana de Sagunt. Dos peones sanchistas.
Aunque con toda correción en las formas, las declaraciones de Fulgencio, recogidas por Europa Press, destilan el enorme malestar del hasta ahora Delegado del Gobierno en la Comunidad, sillón del que será relevado en el Consejo de Ministros del próximo martes. «No me voy porque vaya a ocupar otro puesto, en un principio me voy porque me sustituye otra persona y ya está», zanjó Fulgencio en un tono que evidencia su contrariedad por el cambio. Tras mostrar su «agradecimiento al Gobierno de Pedro Sánchez y al ministro Jose Luis Ábalos por la confianza que han depositado en mi durante estos 20 meses», Fulgencio definió este periodo como «muy intenso». Añadió, de esta manera, que «se han resuelto circunstancias muy desfavorables, hemos pasado tres legislaturas, procesos electorales, varias tormentas horribles, incendios, sucesos luctuosos, un traslado...». «Y, pese a todo, hemos situado a la Comunidad Valenciana en el mapa de España de cara a Madrid», apuntó el todavía delegado, que retornará como Intendente de la Policía Local en València.
Preguntado por los motivos de su destitución, Fulgencio dijo desconocerlos. Nadie, confesó, se los ha trasladado hasta el momento. «No se me ha comunicado. Entiendo que hay un cambio de equipo, un cambio de personas. Se debe entender. Esto es una mera suposición, que es otra la persona que tiene que estar al frente y, por tanto, se toma esa decisión. Nada ha pasado. Entra dentro de la normalidad democrática», insistió el todavía delegado del Gobierno que empezó a trasladar el jueves por la noche a sus colaboradores, que sus horas en el cargo estaban contadas. La elegida para sustituirle es una persona de la plena confianza de Ábalos. Continúa, de esta manera, un reparto de papeles. El ministro juega sus cartas en el Gobierno y en las candidaturas electorales para Madrid mientras Ximo Puig controla el Consell. La paz de los gobiernos. Calero es una histórica dirigente socialista valenciana que ha desempeñado cargos municipales en Sagunt, donde fue concejala y posteriormente alcaldesa entre 2003 y 2007. Estuvo tanto en la ejecutiva del PSPV como en la dirección federal socialista. Enfermera de profesión, es directora de su departamento en Sagunt. Precisamente, en su cuenta de Twitter, Gloria Calero se define como «feminista, socialista y enfermera de profesión».
El movimiento en la Delegación del Gobierno en la Comunidad no supondría, en principio, cambios en Alicante. Fuentes socialistas apuntaron que la intención es la de mantener en el cargo a Araceli Poblador, la actual Subdelegada del Gobierno en la provincia. A pesar del perfil bajo y moderado que ha mostrado Poblador durante estos meses, la idea de Madrid es que continúe en ese puesto. No estaría vinculado en ningún caso, apuntaron estas mismas fuentes, el relevo de Juan Carlos Fulgencio con la continuidad de la actual Subdelegada del Gobierno. Esa es la intención que tienen a día de hoy los socialistas. No tiene una gran proyección pero tampoco se ha metido en grandes charcos. Como se recordará, la elección de Poblador, profesora y funcionaria de la conselleria de Educación, se produjo tras una durísima intervención en la asamblea socialista de Alicante contra el sector de Ángel Franco. Muchos de los que mostraron esa belicosidad interna ahora ya disfrutan de sueldo público. Cosas de la política.
