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Los pactos electorales con Ciudadanos fracturan al PP y debilitan a Bonig frente al poder alicantino

Mazón y Barcala chocan con la presidenta regional en la defensa de los acuerdos impulsados por Casado con Arrimadas - La destitución de Alfonso Alonso le complica el futuro a Isabel Bonig, pendiente de una renovación autonómica a decidir en Génova

Los pactos electorales con Ciudadanos fracturan al PP y debilitan a Bonig frente al poder alicantino

De «derribar muros» a «ahora no es el momento». De apoyo sin concesiones a preferir una negociación tranquila y discreta. La decisión adoptada por el presidente nacional del PP, Pablo Casado de forzar el acuerdo preelectoral con Ciudadanos en los próximos comicios autonómicos del País Vasco, aunque esta medida haya supuesto liquidar al exministro Alfonso Alonso como candidato a lehendakari y su sustitución a última hora por Carlos Iturgaiz, abrió ayer una brecha de calado entre los principales dirigentes del PP alicantino y la dirección regional de los populares valencianos, encabezada por Isabel Bonig. Mientras los primeros, con el presidente de la Diputación, Carlos Mazón a la cabeza, se deshacían en elogios, con nota de prensa incluida, a la postura tomada por Casado y apostaban por más pactos con Cs, la segunda no hacía ayer más que achicar agua de una nave atacada por varios frentes sin aceptar que es un hecho. Que Casado e Inés Arrimadas, líder naranja, caminan unidos hacia una refundación de la derecha.

Partiendo de la evidente sintonía mantenida durante años por Isabel Bonig y Alfonso Alonso -ambos encuadrados en el grupo que no traga con todo lo que propone Pablo Casado- la guillotina caída sobre Alonso deja, a su vez, «tocada» a Bonig. La alarma se encendió ayer en la sede valenciana del PP, primero por la parte afectiva. Segundo por no dejar lugar a dudas sobre la intención de Génova de avanzar la idea del «España Suma» y apoyar pactos con Cs. Y tercero por el aviso a navegantes sobre el hecho del que no acepta... es eliminado. Con ese panorama, Bonig mostró su «admiración política y personal por Alfonso Alonso, su apoyo a Carlos Iturgaiz por ser «un político de raza siempre comprometido con el País Vasco», y su confianza en Pablo Casado por «tomar decisiones duras», y «difíciles de explicar y entender porque no todo el mundo tenía toda la información». Pero tras este intento de tomar aire, Bonig se mantuvo firme en su rechazo a un pacto de forma inmediata con Ciudadanos en la Comunidad. Como mucho, propone «acciones conjuntas» en la oposición y avanzar en la supuesta «buena sintonía» que muestran Bonig y Cantó. Y para de contar.

Desde Alicante, antes incluso de saber como acabaría el enfrentamiento Alfonso Alonso-Pablo Casado, el alcalde Luis Barcala ya se distanció del sector de los barones críticos y aplaudió este fin de semana el acuerdo con Ciudadanos para los comicios vascos. Asimismo, propuso su extensión al resto de España, con más elecciones en cartel, tanto en Galicia (donde un peso pesado como Feijóo ha impuesto su negativa al pacto y Cataluña (donde todo apunta que sí habrá una alianza entre Arrimadas y Casado) para salvar los muebles.

Esa postura la comparte al 100% Carlos Mazón, voz privilegiada para la renovación de la dirección regional del PP, que se expresó sin ningún género de dudas: «En política debemos centrarnos en lo que nos une. En la Diputación y en el Ayuntamiento de Alicante lo hacemos todos los días. No veo razón para no hacerlo en la Comunidad y en el resto de España». Mazón habló de «generosidad», de trayectorias que van «más allá de un sillón» y de «ceder protagonismo», muchos mensajes telegrafiados para su «rival» Isabel Bonig, en plena fase de sumar más pieza. Y a su vez, poniendo como ejemplo que en Alicante, donde el PP gobierna en dos de las instituciones más importantes, ya existen pactos con Ciudadanos. Con la dirección nacional convencida de marcar este rumbo, desde el PP de Alicante se suman a reafirmar esta apuesta.

Puig recibe a Rajoy en el Palau antes de presentar su libro en València

Con una intensa agenda en la ciudad de València, el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en plena promoción de su libro, fue recibido en el Palau de la Generalitat por el presidente Ximo Puig. Saludos afectuosos y sonrisas, sin declaraciones a la prensa, precedidos de un café que se tomó con Isabel Bonig. La presidenta del PP se hizo la foto con el antiguo «jefe» cuando ahora manda Aznar. Mazón, alineado con Casado, no hizo lo mismo cuando Rajoy visitó Alicante.

Puig se codea con líderes populares y no recibe a la presidenta regional

Con Carlos Mazón en València, con Luis Barcala en Alicante y con Mariano Rajoy, antes de acudir firmar ejemplares de su libro, en el mismísimo Palau de la Generalitat. El jefe del Consell, Ximo Puig ha mostrado estas últimas semanas que no tiene ningún reparo a reunirse con dirigentes del Partido Popular que así se lo piden, aunque al mismo tiempo mantiene una distancia evidente con la presidenta autonómica del PP, Isabel Bonig. Esa agenda de Puig con cargos de su partido no le gusta ni un ápice a Bonig. Aunque la líder regional de los populares ha pedido en reiteradas ocasiones mantener un encuentro con el presidente de la Generalitat, últimamente, Puig no se ha dirigido a Bonig más que en las convulsas sesiones de control en las Cortes. Esas reuniones del jefe del Consell han minado más aún a una Bonig que propone «pactos» cuando el Botànic tiene mayoría suficiente en las Cortes.

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