Carlos Mazón ha roto, una vez más, con la envenenada herencia que recibió de su antecesor César Sánchez. Una nueva enmienda a la totalidad del pasado. Pero en esta ocasión no lo ha hecho con el fondo de la gestión, sino con las formas. El actual presidente de la Diputación ha recuperado el logo de la institución de 2004 y ha retirado la denominación de «Gobierno Provincial. La Dipu de los pueblos» que añadió César Sánchez, expresidente, actual diputado en el Congreso y secretario de Transparencia de la ejecutiva de Pablo Casado. La nueva imagen que identifica a la institución que se configuró en la época de José Joaquín Ripoll para modernizar el logo institucional y que fue respetada a su vez por Luisa Pastor. Mucho más sencilla y fácil de identificar: las tradicionales iniciales «D y A» con la nomenclatura de «Diputación de Alicante».
Carlos Mazón también ha mantenido la grafía, los colores y la neutralidad aprobadas por Ripoll. Consciente de que la Diputación es una administración de ámbito local, con competencias y presupuestos limitados y sin carácter legislativo lo que, por tanto, le retira la capacidad de otorgar rango de ley a sus propuestas, Mazón ha decidido, sin hacer demasiado ruido, dejar de lado la imagen corporativa que anunció César Sánchez en su particular batalla para erigirse como contrapoder del Consell del Botànic desde el reducto de mayor enjundia que en 2015 le quedaba al PP en toda la Comunidad. El actual diputado en Madrid añadió la frase «Gobierno Provincial» para dejar claro al Consell, y también a los municipios, que no cedería ni una sola de sus competencias y que los constantes latigazos a las propuestas e iniciativas de gobierno valenciano no iban a cesar. Ese perfil propio y provincialista para hacer frente a Valencia con el que el actual diputado marcó su perfil, ahora es sustituido por el clásico «Diputación de Alicante».
Con este cambio de formas, Carlos Mazón rompe a su vez con una tesis defendida en su momento por su diputado y hombre de confianza, Adrián Ballester, que fue junto a Carlos Castillo uno de los ideólogos de esa imagen corporativa del pasado mandato. El actual portavoz del equipo de gobierno de la Diputación, Adrián Ballester, aseguró ayer ayer que la denominación implantada en los últimos cuatro años era legal y amparada por la Constitución. «Ahora vamos a utilizar el logo original que está aprobado. Es una decisión de Carlos Mazón para identificar a la Diputación». Pese a que la institución provincial ha retirado esa nomenclatura instalada por el anterior gobierno de César Sánchez, todavía no ha dado orden a los ayuntamientos e instituciones para hacer lo propio. Con ello, el presidente y los diputados acuden diariamente a eventos en diferentes puntos de la provincia en los que se encuentran con carteles antiguos. Los asesores de Comunicación de la Presidencia quisieron dejar claro ayer que «no ha habido orden de que se quite, el presidente va a muchos municipios que siguen utilizando el anterior logotipo y no vamos a pedir que se eliminen, ha sido iniciativa nuestra pero no hemos mandado ninguna circular para prohibir su uso. No hay ningún problema si los ayuntamientos lo siguen utilizando, simplemente nosotros no lo vamos a hacer».
Pero no solo César Sánchez trató de promocionar la provincia y mandar el mensaje de poder a través de un logotipo, sino que utilizaba las notas de prensa y comunicados institucionales para dejar claro que la Diputación se trataba de un Gobierno Provincial, algo que no existe en la estructura institucional de España. Los diputados dejaban claro en cada uno de los eventos a los que acudían que los enfrentamientos con el Botànic eran constantes. Aunque en la actual etapa sigue la tensión con Ximo Puig, Carlos Mazón quiere marcar una posición política propia y evidenciar, a su vez, que tiene el mando en cuanto a las formas y el contenido.
