El castigo del COVID-19 al sector turístico entraba ayer en una nueva dimensión con la cuarentena a la que EE UU ha sometido a Europa y que ha situado a las aerolíneas en la situación más crítica de la historia de la aviación. En este contexto, el plan de rescate del Gobierno aprobado ayer incluye, como medida destacada, que las compañías no tengan que hacer vuelos casi vacíos o vacíos, algo en lo que estaban incurriendo por miedo a perder sus derechos de vuelo ( slots) en los aeropuertos si incumplían la programación prevista. No es una exageración. Los pilotos confirman el funcionamiento estos días de vuelos incluso con un solo pasajero, trasladan fuentes del colectivo a INFORMACIÓN.

El fin de los viajes transoceánicos hacia EE UU, al menos un mes, ha dejado a las viejas aerolíneas de bandera, las más expuestas a los vuelos de largo alcance, a la intemperie: IAG (Iberia-British), Lufthansa o Air France se hundieron ayer entre un 12% y un 16,6% en bolsa. Norwegian, pionera en los vuelos transatlánticos low cost, perdió otro 22%, que se suma a su crítica situación financiera, y anunció un ERTE de la mitad de su plantilla. En España, Air Europa lanzaba también un ERE temporal que podría afectar a sus 3.600 empleados, y del que se desconoce su duración, aunque algunas fuentes especulaban con la horquilla de tres meses de ajuste.

Todo, en realidad, está en el aire. Directivos y financieros reajustan cada día planes de contingencia ante escenarios de diferente gravedad que, en España, pasan incluso por el cierre de Barajas, lo que sería dramático para una compañía como la valenciana Air Nostrum, que tiene su negocio principal en este enclave.

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) advertía ayer de una posible catarata de quiebras tras la suspensión de todos los viajes desde Europa hacia EEUU. En España, mientras tanto, el sector pide al Gobierno mucho más apoyo del concedido ayer.

El presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, calificó de insuficientes los 400 millones anunciados por el Gobierno dentro de una línea de créditos ICO para apoyar a empresas y autónomos del sector turístico, transporte y hostelería. Esos 400 millones «representan casi la mitad de las ayudas destinadas al sector turístico tras el cierre de Thomas Cook, que se elevaron entonces a 700 millones, siendo la crisis actual de una dimensión mucho mayor», señala el directivo. «Las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno no están a la altura de las circunstancias y no dan respuestas a las necesidades del sector», añade. También el lobby hotelero Exceltur veía ayer «insuficientes» estas medidas: sus cálculos son unas pérdidas de hasta 33.668 millones si el actual escenario se prolonga cuatro meses.

En paralelo a esto, el turismo se beneficia de medidas de corte laboral para proteger el empleo: se ampliarán las bonificaciones de la Seguridad Social de los trabajadores fijos-discontinuos del sector entre los meses de febrero y junio. Eso sí, siempre que se encuentren vinculadas a dicho sector del turismo que generen actividad productiva en los meses de febrero, marzo, abril, mayo, junio y que inicien o mantengan en alta durante dichos meses la ocupación de los trabajadores con contratos de carácter fijos discontinuo.

En detalle, podrán aplicar una bonificación en dichos meses del 50% de las cuotas empresariales a la Seguridad Social por contingencias comunes, así como por los conceptos de recaudación conjunta de Desempleo, Fogasa y Formación Profesional.

También informó Sánchez de que se devolverá el importe de los viajes del Imserso que han sido cancelados esta semana por el Gobierno como medida de prevención ante el coronavirus