El suministro de material para los centros sanitarios y hospitales se ha convertido, en este momento, en uno de los grandes caballos de batalla de esta crisis del coronavirus. La dificultad del Ministerio de Sanidad para asegurar una cantidad mínima de productos de protección y quirúrgicos para cada territorio llevó a los gobiernos autonómicos a meterse por obligación en la «ley de la selva» en la que se ha convertido, en estos momentos, el mercado de compra del material sanitario. Pocos han logrado acceder a esos proveedores que ponen unas condiciones de adquisición -pagos por adelantado con cuantías muy elevadas y precios al alza- muy exigentes para el ritmo de la administración y que, además, generan cierta incertidumbre en las transacciones. El Gobierno de Madrid, de hecho, aún espera dos aviones anunciados por Isabel Díaz Ayuso. Nadie sabe dónde están. Y la Generalitat de Catalunya ha tenido problemas con pedidos que, incluso, respaldó con avales económicos pero que nunca culminaron.

La Comunidad Valenciana -junto a otros ejecutivos autonómicos como Castilla y León, Navarra o Euskadi- sí ha conseguido acceder a esos productos sanitarios para suplir, como han reconocido desde el propio Consell, el «insuficiente» abastecimiento previsto por el Gobierno de España. Esta misma semana, de hecho, la Generalitat ya recibió parte de un vuelo que llegó a Zaragoza con casi cuatro millones de mascarillas, cinco mil monos de protección y doscientos mil guantes. Lotes que fueron distribuidos de inmediato por los centros de salud y hospitales, ya con reservas logísticas muy mermadas. Ha supuesto un alivio, sin duda, para instalaciones sanitarias que se encontraban al límite justo en el momento más duro, hasta ahora, de esta alerta del coronavirus. Por eso, la Generalitat ha buscado reforzar ahora ese puente aéreo sanitario con China y mantener una vía abierta para poder garantizar el suministro.

De mantenerse las previsiones de una operación tan complicada, entre esta noche y mañana tiene que llegar un segundo vuelo compartido con una gran empresa multinacional. Traerá hasta la Comunidad Valenciana otro medio millón de mascarillas además de camas hospitalarias, en estos momentos imprescindibles para poder equipar hospitales de campaña además de espacios habilitados en otras instalaciones y en los propios centros sanitarios. Para mediados de semana se espera otro avión, igualmente compartido, con un millón de mascarillas, que incluiría partidas de este material con mecanismos de protección más potentes. Y, sobre todo, lotes con respiradores, imprescindibles para atender a los enfermos de coronavirus en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Había preocupación por la carencia de ese producto en el mercado. Esta conexión china lo ha facilitado. Para el viernes 3 de abril, según explicaron estas mismas fuentes, la Generalitat sí espera un avión de cargamento sanitario que llegaría para repartir en la Comunidad al completo. Esa es la intención. En uno de esos vuelos se incluirán también test rápidos para las pruebas a afectados.

Una buena conexión

¿De dónde llega esa conexión? Con la extensión de la crisis del coronavirus, el jefe del Consell, Ximo Puig, ordenó que todos los recursos se orientaran hacia la Sanidad y la garantía de su abastecimiento. El mercado chino era un espacio a explorar pero con una oferta incierta y muy dudosa. «El problema era encontrar una vía fiable», explica Rebeca Torró, secretaria autonómica de Economía. «Durante mi etapa como primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Ontinyent, un empresario chino compró un centro comercial de la localidad para reflotarlo. Fue en 2015. Y lo consiguió. Le conocía de aquella época. Me puse en contacto, nos ofreció su ayuda. Vimos que era una vía fiable y con precios normales en un mercado especulativo y salvaje», explicó Torró a este periódico sobre la mediación del industrial Chen Wu Keping en las compras de material, en estos momentos, esencial para los centros sanitarios valencianos.

«Keping, como todos le conocen, quiso colaborar desde el primer momento cuando le planteamos esa posibilidad. Es un importador de productos y tiene muchos contactos con proveedores lo que nos ha permitido poder comprar todo ese material», apuntó Rebeca Torró sobre una operación en la que la secretaria de Economía y este empresario chino son protagonistas en primera persona. Con el visto bueno de Ximo Puig, este industrial, que vive a caballo entre València y Ontinyent aunque tiene negocios por toda España, empezó a «peinar» el mercado del gigante asiático para poder encontrar proveedores que pudieran servir el material y los productos quirúrgicos que requería la conselleria de Sanidad. Un puente aéreo, a día de hoy, vital con China.

Aeronaves difíciles de conseguir y en las que se «compra» el espacio

La compra de material sanitario en China requiere de una tramitación y un procedimiento muy complejo. «Se tienen que alinear los astros. Encontrar a los proveedores, disponer del material necesario, atender las condiciones de pago, encontrar un avión y encima que tenga espacio suficiente para poder albergar las compras», explica Rebeca Torró, secretaria autonómica de Economía sobre la llegada de los aviones desde China a la Comunidad Valenciana. En el que aterrizó esta semana en Zaragoza, al que corresponde esta imagen y que estaba compartido con Castilla-León y Navarra, la Generalitat Valenciana ocupaba la mayoría con 18 toneladas de lotes sanitarios y 150 metros cúbicos de espacio contratado.

Chen Wu Keping: 35 años en España y capaz de reflotar un centro comercial

El artífice de explorar esos contactos comerciales que han permitido la operación «Ruta de la Seda», el nombre con el que han bautizado desde la Generalitat los trámites para comprar material sanitario en China, es Chen Wu Keping. Conocido entre los que le conocen como Keping, llegó hace 35 años en España. Tiene negocios por todo el Estado y, fundamentalmente, se dedica a la importación de productos. Vive a caballo entre València y Ontinyent. En la capital de la Vall d'Albaida -comarca vecina de l'Alcoià- compró el centro comercial «El Teler» en el año 2015. La instalación había entrado en decadencia y el empresario chino ha sido capaz de atraer marcas de primera fila hasta reflotarla.

Fabricación a gran escala de mascarillas en la Comunidad

La Conselleria de Economía impulsa la elaboración de seis millones de protectores por parte de empresas valencianas

La Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo está liderando un proyecto que permite la fabricación de mascarillas quirúrgicas a gran escala en las empresas de la Comunidad.Esta iniciativa cuenta con la colaboración del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace), la Asociación de Empresarios del Textil de la Comunidad Valenciana, (ATEVAL), y del Instituto Tecnológico Textil AITEX que prevé la fabricación aproximada de seis millones de mascarillas quirúrgicas, con una producción de 25.000 unidades diarias por empresa, con capacidad para fabricar más con tejido y confección valenciana. En un primer momento se ha iniciado este proceso de elaboración con cinco empresas a las que progresivamente se irán incorporando nuevas firmas. Actualmente ya se están produciendo estas mascarillas