Carlos Mazón ha comenzado a mover ficha para recuperar el terreno perdido, cumpliendo la hoja de ruta que se marcó el pasado 18 de julio, cuando se convirtió en el presidente provincial del PP. El también titular de la Diputación de Alicante va a renovar medio centenar de asambleas locales en un proceso que se demorará aproximadamente tres meses y que contará con dos nombres claves: el alcalde Luis Barcala, como presidente local de Alicante, en sustitución de Antonio Peral; y el ilicitano Pablo Ruz, portavoz de Educación del Partido Popular en el Senado, y una de las personas cercanas a Pablo Casado, en quien volverá a confiar, al frente de la ejecutiva de Elche.

Rearmar la estructura del PP aporta a Mazón dos objetivos en un mismo gesto. Por un lado, demuestra que el partido ya ha comenzado a funcionar para prepararse para las elecciones de 2023, mientras el resto de partidos siguen inmersos en un periodo de primarias y vaivenes internos. En segundo lugar, definir los liderazgos locales le da el control total de la organización, tanto a nivel provincial como, a partir de ahora, local, con un organigrama elegido bajo su influencia. El presidente provincial ya tiene la mayoría de nombres en la cabeza aunque no quiere revelar el listado completo hasta que finalice el año. Desde que el pasado mes de julio recibiera el indiscutible apoyo del líder nacional, Pablo Casado, y del secretario general del PP, Teodoro García Egea, comenzó a madurar el armazón de una composición con la que quiere revitalizar el partido, retomar el poder perdido en la provincia y volver a ser la primera fuerza política de Alicante. El también presidente de la Diputación va a hacer una importante limpieza para dar un papel más relevante a su arquitectura orgánica. Aunque la primera tanda de las 50 asambleas se conocerá en tres meses, la jugada es mucho más amplia y se ejecutará en tres frases. La estrategia pasa por desarrollar una completa renovación del resto de las estructuras municipales del PP de aquí hasta el próximo verano.

A sabiendas que poner en marcha una organización deteriorada es un proceso que se cuece a fuego lento, Mazón quiere crear un partido fuerte de cara al próximo ciclo electoral y defiende ante los afiliados y simpatizantes que el PP debe convertirse en una herramienta para la recuperación que necesita Alicante. Con este mantra convertido ya en parte de su esencia inalterable, ha iniciado un mandato con recorrido autonómico, a expensas de la convocatoria del congreso regional en el que podría asumir el liderazgo, en sustitución de Isabel Bonig. Pero, hasta que llegue ese momento, el dirigente alicantino compagina este plan de actuación para sacar al partido provincial del atolladero con su acción institucional desde la Diputación, donde ha adquirido un fuerte liderazgo y un perfil dialogante para sacar adelante por unanimidad los presupuestos de cara a 2021 y desde donde ha emprendido un discurso basado en la defensa del municipalismo y un posicionamiento contundente en el relato del alicantinismo en cuestiones como los trasvases del Júcar-Vinalopó y del Tajo-Segura; la recuperación del turismo; o la decisión del Gobierno de apropiarse de los remanentes de tesorería. Esas han sido las bases sobre las que ha hecho pivotar su discurso desde la Diputación y también desde el partido. Un trazo común en una única figura que une el poder institucional que ostenta desde el Palacio Provincial con el mando de la cúpula de los populares alicantinos.

Además de terminar de definir las vicesecretarías de la dirección provincial y comenzar ya a perfilar los ejes preferentes de acción, el PP ya ha constituido su Consejo de Alcaldes, presidido por Luis Barcala. Ahora, Mazón ha dado un paso más para superar las etiquetas tras la etapa de José Císcar y la interinidad de Eduardo Dolón y poner el partido en marcha con una estrategia operativa en la que se está recorriendo pueblo a pueblo para conocer las singularidades de la provincia.

HASTA 400 AFILIADOS MÁS Y CON EL FOCO PUESTO EN EL CENTRO


El dirigente popular aboga por abrir las puertas a los que se alejaron y por recuperar la confianza de los jóvenes


Uno de los problemas que se encontró Carlos Mazón fue el de la escasa movilización del partido, por lo que, de forma paralela a la renovación de las estructuras locales, el nuevo presidente ha focalizado sus esfuerzos en relanzar la afiliación. Si el informe de gestión presentado hace un mes en el comité ejecutivo provincial establecía que el PP de Alicante había registrado alrededor de 300 nuevas afiliaciones, ahora la nueva dirección encabezada por Carlos Mazón ha alcanzado ya los 400 nuevos militantes. 

En este proceso puesto en marcha tras el congreso provincial, el PP se dirige a todos tipo de simpatizantes, ya sean de centro liberal, socialdemócrata o conservadores. Así lo aseguraron ayer a este medio fuentes del PP, quienes hicieron hincapié en la importancia de hacer un llamamiento a la «ilusión para abrir el partido a todo el mundo, entre el radicalismo al populismo». Además, Mazón ha insistido en recuperar la confianza de los jóvenes y, a través de varios encuentros con nuevas generaciones, ha ensalzado los valores del «diálogo» y el «debate» como instrumentos imprescindibles para llegar a consensos que redunden en beneficios para el conjunto de la sociedad. 

Carlos Mazón viene insistiendo desde julio en la necesidad de que «el centro político sea el diálogo, escuchar y empujar a los ciudadanos para que sean ellos los verdaderos protagonistas de los cambios». En esta nueva etapa, y tal y como prometió en el congreso, el presidente ha iniciado una ambiciosa campaña de afiliación con un claro objetivo: la apertura del partido como uno de los ejes sobre los que girará su proyecto: «Tenemos que abrir las puertas aún más, a los que estuvieron y se apartaron, y a la gente joven, y a los que aún no están. A esos que nos están mirando para ver qué les vamos a proponer», dijo en su día Carlos Mazón.