El yerno de Eduardo Zaplana, Luis Iglesias Rodríguez-Viña, investigado en el caso Erial, junto al resto de su familia política ha solicitado al Juzgado de Instrucción 8 el sobreseimiento y archivo de la causa respecto a él. El empresario alega en su escrito que ha conseguido acreditar que no realizó ningún tipo de operación de blanqueo de dinero con el pago del alquiler de la vivienda que ocupó Zaplana tras su operación (y que suponía 3.500 euros mensuales), y que también ha justificado el origen lícito del dinero de la vivienda que adquirió en Mahón en régimen de gananciales con su entonces mujer, María Zaplana.

El escrito presentado por la defensa del yerno de Zaplana apunta que se ha visto involucrado en el caso Erial por «una falsa presunción por parte de la UCO de que Luis Iglesias, dado su patrimonio personal, pudiera ser un testaferro de Eduardo Zaplana (...) A estas alturas de la investigación suponemos que se ha desvanecido dicha idea habiéndose acreditado que sus activos los ha conseguido con su éxito profesional antes de conocer al señor Zaplana en 2013» (el año de su boda con María Zaplana).

Un «éxito profesional» que la defensa de Luis Iglesias resume en un párrafo de once líneas en las que destaca sus antecedentes laborales en JP Morgan, Merril Lynch o Morgan Stanley, «antes de montar su propia empresa, Drago Capital en 2001, que ha llegado a gestionar cuatro mil millones de euros en España». Y cita entre otras operaciones la compra de las sucursales del Banco Santander por las que, curiosamente, se le investiga en la Audiencia Nacional en una pieza separada del caso Pujol junto a Oleguer Pujol, «operación por valor de dos mil millones de euros, aproximadamente», concreta en su escrito.

Igualmente también destaca que de los registros y pesquisas realizadas por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil «no se ha ocupado documento alguno que relacione a Iglesias con alguno de los investigados, incluso con su suegro Eduardo Zaplana».

El empresario sí admite conocer al presunto testaferro uruguayo, Fernando Belhot, «de dos desayunos convocados por Eduardo Zaplana, en el que Luis Iglesias acudió como experto en el sector inmobiliario facilitándole una presentación de su empresa pero sin hablar de ninguna operación en concreto. Nada más».

Sobre Belhot, Iglesias realiza una curiosa petición a los investigadores del caso Erial. «Ya que el juzgado ha dado credibilidad al testimonio de Belhot para tener por acreditado distintos extremos relacionados con Eduardo Zaplana, también podría otorgar credibilidad a su manifestación de que no tiene relación alguna con Luis Iglesias».