Toni Cantó dejó ayer de lado su versión más combativa para apoyar a Carlos Mazón en el enfrentamiento abierto entre la Generalitat y la Diputación de Alicante a cuenta del Fondo de Cooperación. Y, con este gesto, el síndic de Ciudadanos descolocó a Ximo Puig. El líder autonómico de la formación naranja dio ayer un golpe de timón a su estrategia, tres meses después de denunciar que la cerrazón de Mazón estaba perjudicando a los municipios alicantinos y tan solo 48 horas después de criticar la decisión del presidente provincial de acudir al Constitucional si el Consell saca adelante el proyecto de ley sobre este reparto de ayudas. Lo hizo a sabiendas de que su habitual juego a doble banda es una amenaza para su credibilidad y conlleva el riesgo de acabar diluyéndose y de ser engullido por los grandes partidos. De hecho, dirigentes del Consell y de la Diputación reconocieron ayer las dificultades que tienen para confiar en un partido veleta que no deja de dar bandazos para recolocarse en el tablero político y que se limita a decir a cada uno lo que quiere escuchar. Tras haber demostrado la poca eficacia de sus estrategias electorales al pasar de 57 a 10 escaños en los últimos comicios, los de Arrimadas siguen autodefiniéndose como la alternativa del centro mientras mantienen una postura ambigua, sin ser capaces de defender su criterio en torno a este proyecto autonómico.

El debate va de votar a favor o en contra del reparto de 13,7 millones entre los municipios alicantinos con los criterios que marca el Consell. La Diputación es la única institución provincial que no se ha adherido. Con un boicot que ya se prolonga desde hace cuatro años, cada vez que sale a relucir el Fondo de Cooperación, la controversia está servida. Toni Cantó acudió hace dos días al Palau de la Generalitat y mostró su sintonía con Ximo Puig para condicionar la aprobación del presupuesto de la Generalitat a un acuerdo sobre este plan inversor autonómico. Sin embargo, ayer visitó el Palacio Provincial y se amoldó de una manera camaleónica a la postura de Mazón, trabajando a fondo el camino para dar la imagen de que son un partido bisagra, capaz de alcanzar acuerdos en Valencia con el PSOE y en Alicante con el PP. Su propósito es aumentar su capacidad de influencia para evitar que su peso siga diluyéndose. Y, para intentar conseguirlo, Cantó está mostrando un perfil dialogante hacia la búsqueda de consensos, haciendo suya tanto la postura del Consell como de la Diputación, según el sitio en el que se encuentre. Ayer fue contundente: «Me gustaría poner al Gobierno valenciano frente a sus contradicciones. A mí y a Carlos Mazón nos convence lo mismo, que son los números, y no vamos a hacer nada que perjudique a los pueblos alicantinos». El presidente de la Diputación de Alicante recibió al síndic para abordar, además, distintos asuntos de actualidad en materia económica, social, educativa y turística. El encuentro de trabajo, que se prolongó durante algo más de una hora, se saldó con el compromiso de ambos dirigentes de reclamar a la Generalitat Valenciana mayor diálogo en la toma de decisiones que afecten a los intereses de los alicantinos. Tras la reunión, Toni Cantó atendió a los medios de comunicación sentado junto a Carlos Mazón y los dos diputados provinciales que han blindado en todo momento el pacto provincial. «Creo en este acuerdo firmemente y estoy muy orgulloso de cómo se está llevando. Este pacto no corre ningún peligro. Ponerse a pensar en juegos de tronos y derribos sería una irresponsabilidad», dijo Cantó, dejando claro que el acuerdo de gobierno está cerrado bajo cuerda y que se aleja de cualquier posibilidad de acercarse al PSOE para presentar una moción de censura. Según afirmó, su intención es sentarse con luz y taquígrafos para valorar detenidamente las cifras del Fondo de Cooperación y del plan de inversiones financieramente sostenibles de la Diputación y decidir qué criterios son más beneficiosos para los pueblos. «Este tema también va de las competencias impropias de la Diputación y de estudiar qué debe ofrecer la Generalitat a cambio de que la Diputación entre en este fondo», añadiendo que «Mazón y yo no vamos a hacer nada que perjudique a los municipios. Nunca existirá la voluntad de que los pueblos se vean perjudicados». Con una prudencia calculada y un discurso que no se salió un ápice del guion, el líder autonómico de Cs se mostró predispuesto a convencer a la Generalitat para trabajar conjuntamente con la Diputación de Alicante.

Mazón pide al Consell más sensibilidad con la provincia

El dirigente popular exige un nueva fórmula para distribuir los fondos entre los pequeños municipios

Tanto Mazón como Cantó abogaron ayer por alcanzar acuerdos que beneficien a la provincia y que incluyan el Fondo de Cooperación de la Generalitat, un aspecto en el que el presidente de la Diputación ha manifestado la predisposición que existe en este campo, «ya que hemos alcanzado pactos con el gobierno autonómico en otras materias como la social o la turística». No obstante, Mazón pidió ayer a la Generalitat que sea sensible a la realidad alicantina, «porque es diferente a las demás provincias y porque Alicante soporta otras cargas». El presidente de la Diputación reclamó un nuevo criterio de reparto para los municipios pequeños e insistió en trabajar conjuntamente desde la coordinación y mediante una mesa de diálogo bilateral: «Entonces estaré encantado de que nos convoquen para explicarles cuáles son las razones que nos impiden avanzar más si no hay una sensibilidad por parte de la Generalitat a la realidad alicantina». Mazón añadió que «si podemos hablar y poner encima de la mesa las verdaderas capacidades que tenemos, será posible llegar a un acuerdo» y relató otros asuntos que centraron el encuentro como las diferentes medidas sociales y económicas que ha puesto en marcha la Diputación.