La negociación para cerrar los presupuestos de la Generalitat para 2021, los segundos de esta legislatura, no será ni fácil ni tranquila. El tira y afloja entre Compromís y la Conselleria de Hacienda sobre hasta dónde deben estirarse las cuentas públicas desde el punto de vista del gasto abocan a un presupuesto «in extremis» que probablemente no se cerrará hasta el último momento. La fecha tope es el próximo viernes, cuando el Consell se reunirá en sesión plenaria para aprobar el anteproyecto y enviarlo a las Cortes. Pero, a menos de cinco días de esta fecha tope, la negociación sigue abierta y la fumata blanca no se avista cerca.

La diferencia de criterio es, además, de calado, ya que las consellerias de Compromís aprietan para un presupuesto «realmente» expansivo y creen que Hacienda no está siendo lo suficientemente generosa en abrir el grifo del gasto. Así, fuentes conocedoras de la negociación apuntan que la propuesta de Hacienda puede ser «aparentemente» expansiva en el gasto, pero cuando se baja al detalle no lo es tanto.

Una de las cuestiones tiene que ver con cuál será el punto de referencia. Así, por ejemplo, la Conselleria de Igualdad que dirige Mónica Oltra defiende que se cubra como mínimo el gasto real de este año, ya que, si se toma como referencia el presupuesto inicial de 2020, el incremento que se «pinte» en las cuentas puede quedar en nada. Un ejemplo está en los fondos para la renta valenciana de inclusión que partió con 156 millones, pero que a lo largo del año se ha ampliado en 108 millones más. El departamento de la vicepresidenta Oltra es ya tradicionalmente el que más estira la negociación para lograr aumentar sus recursos. Y este año no será distinto.

El temor en Compromís es que Sanidad absorba todo el incremento presupuestario y otros departamentos claves para la recuperación económica, como el de Modelo Productivo, incluso decrezcan. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, fue el primero que antes del verano habló de un presupuesto expansivo para hacer frene a la reconstrucción. En ese momento, con una previsión de caída en picado de los ingresos como consecuencia de la crisis económica y la propia situación de infrafinanciación, el planteamiento parecía inviable.

Sin embargo, la decisión del Gobierno central de mantener las transferencias a cuenta a las comunidades del año pasado ignorando el desplome de la actividad económica así como la relajación de los objetivos de déficit al 2,2% da a la Comunidad un balón de oxígeno importante. Este mayor margen de gasto ha permitido respirar al departamento que dirige Vicent Soler que, incluso, llegó a plantearse eliminar la partida de la infrafinanciación de 1.300 millones de euros que todos los años es fallida, pero permite al Consell mayor gasto a cosa de mayor déficit. La partida finalmente seguirá en las cuentas. Fuentes de Compromís indican que es irrenunciable política y técnicamente para poder ampliar el gasto en 2021. Hacienda comparte el argumento de la infrafinanciación, pero es consciente de que, pese a la cobertura del Estado, no puede desbocar el déficit.

Por otro lado, los presupuestos se están diseñando con todavía varias incógnitas encima de la mesa. Se desconoce cuánto del fondo estatal para hacer frente al covid en 2021 llegará a la Comunidad Valenciana, así cómo qué parte del bocado de los fondos europeos acabará en las arcas autonómicas.

Fuentes de Hacienda indican que los fondos europeos están presentes para financiar programas de las consellerias e indican que están en conversaciones con la Airef y el Gobierno para ajustarse lo máximo posible a los ingresos reales. Ademas, apuntan que las cuentas recogerán todos los acuerdos que en el ámbito institucional, económico y social se han consensuado con la oposición y los agentes sociales, así como los anuncios de Puig en el debate de la Comunidad.