Los empresarios alicantinos confiaban en que tras años de discriminación de los Presupuestos Generales para con la provincia, este año fuera el del resarcimiento, sobre todo en lo que se refiere a las infraestructuras viarias y ferroviarias más emblemáticas que llevan años reclamándose y que supondrían un impulso al desarrollo económico y a la competitividad de la provincia. Sin embargo, se han sentido decepcionados y defraudados porque, incluso, con un cambio de signo político en el Gobierno, Alicante recibe menos inversión que la que le correspondería con respecto a su población. El cabrero era bastante evidente ayer. Además de ver excluidas entre las grandes partidas el acceso ferroviario al aeropuerto o el Tren de la Costa, redundan en que los que sí se han incluido son proyectos de hace años «que parece que no se acaban nunca. No hay obra nueva», coinciden el presidente de la patronal CEV en Alicante, Perfecto Palacio, y el de la Federación de Obra Pública en la provincia (Fopa), Javier Verdú. Otros también subrayan que, a tenor de los resultados, Alicante no tiene el «suficiente peso» en Madrid para lograr que lleguen las inversiones que se merece. Y, en general, critican que son unas cuentas poco realistas por el nivel de ingresos que contemplan, pese a los graves momentos de crisis económica que atraviesa el país por el covid.

«Al final, de tantas veces que nos hemos quedado atrás, es como si los ciudadanos alicantinos y la propia Administración nos hubiéramos acostumbrado a esa discriminación en inversiones para la provincia. Pasa año tras año, porque, en realidad, la mayoría de anuncios que hacen se quedan en promesas», asegura Jesualdo Ros, secretario general de la Asociación de Promotores de Vivienda de Alicante (Provia).

Una valoración que comparte la mayoría de los representantes de los sectores productivos de la provincia. Y es que los Presupuestos Generales del Estado para 2021 vuelven a relegar proyectos muy demandados para el desarrollo provincial, lo que tiene como primera consecuencia «que se nos resten posibilidades en la realización de proyectos que nos hagan más competitivos», advierte Marián Cano, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresas de Calzado (Avecal). Para 2021, el Gobierno de Pedro Sánchez destina a la provincia 298 millones. Una cifra que supone 115 más respecto a los Presupuestos de Rajoy, vigentes aún, tras no lograr los apoyos suficientes los que Pedro Sánchez presentó en el Congreso en enero del pasado año. No obstante, este ligero avance inversor solo llega al 25,63% respecto al total autonómico, cuando a Alicante le correspondería el 37% por su cifra de población. Valencia está por encima del 53%, mientras que Castellón, con menor índice demográfico, supera el 20%.

Poca obra nueva

«Llueve sobre mojado», se lamenta decepcionado Javier Verdú, presidente de la Federación de Obra Pública de Alicante (Fopa), quien, al hacer un primer análisis de las partidas y proyectos de infraestructuras viarias y ferroviarias destinadas a Alicante, echa en falta proyectos «muy reclamados como el transporte o conexión de cercanías». Un amplio concepto, pero que incluye una infraestructura crucial y reivindicada, como el acceso ferroviario al aeropuerto, que se ha vuelto a quedar fuera y, sin embargo, es clave para la exportación alicantina, al igual que para los hoteles y el denominado turismo residencial, en el caso de los promotores de vivienda, que tienen a los viajeros europeos como uno de sus mercados prioritarios.

Aunque para ser justos, los Presupuestos Generales del Estado sí destinan para la conexión ferroviaria con el aeropuerto una partida. Sin embargo es solo de 100.000 euros, «para hacer un estudio de la iniciativa y es una asignación que ya existía en años anteriores», advierte Verdú, quien llega a enumerar casi una decena de proyectos pendientes y reclamados por la provincia hace años, como reflejó este periódico en su edición de ayer. En definitiva, «un déficit acumulado año a año. Y si ya llevamos dos décadas infrafinanciados a nivel de la Comunidad, esto es como cuando llueve sobre mojado», reitera Toni Mayor, presidente de la patronal hotelera Hosbec.

Menos presión fiscal

Mayor, además, critica otros aspectos de los Presupuestos. El representante de los hoteleros, uno de los sectores que con mayor intensidad ha sufrido el impacto de esta crisis, considera que las subidas de impuestos (Sociedades y Patrimonio) que se prevén, aunque no se han concretado las cuantías, «no son propias de los actuales momentos, cuando estamos sufriendo una pandemia».

Entre los que consideran que los presupuestos son poco realistas se encuentra el presidente de la patronal española del Juguete (AEFJ), el ibense José Antonio Pastor, quien critica que, cuando familias y empresas están haciendo unos presupuestos conservadores para intentar mantenerse y no fracasar, el Gobierno sube impuestos. Y se pregunta: «Tal y como están las compañías, ¿qué Impuesto de Sociedades van a pagar?». Una postura similar a la del presidente de la Cámara de Comercio, Juan Riera, quien llega a tildar las previsiones económicas como los «happy presupuestos».

Más peso para influir

El mandatario de la institución cameral coincide con el presidente de la patronal del mármol, David Beltrá, en que «tenemos que tener más influencia para tener peso a la hora de la confección de los presupuestos en relación con lo que aportamos», dice Beltrá. Riera va un paso más allá y plantea que debería haber una fuerza (recuerda a Unión Valenciana) «no con un diputado sino con más que defiendan los intereses de la Comunidad». Por su parte, Pepe Serna, presidente de la patronal del textil en la Comunidad (Ateval) denuncia la infrafinanciación que sufre la autonomía y advierte de que «hace años que hemos perdido peso en el promedio del PIB nacional per cápita, por lo que necesitamos más inversiones».

Por su parte, la empresa familiar (Aefa) y el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca) evitaron pronunciarse sobre este tema en estos momentos.