Nadie (o casi nadie) pierde en los presupuestos más expansivos de la era botánica, pero tres consellerias, las denominadas sociales, son sin duda las principales beneficiadas de unas cuentas que por primera vez en la historia superan los 25.000 millones de euros. Una cifra anhelada hace tiempo pero que, paradojas de la vida, se alcanza en un momento extremadamente crítico, cuando en medio de una pandemia, aquello de rescatar personas cobra más sentido que nunca. En tiempos en que la emergencia sanitaria es el principal reto para el Consell, el departamento de Sanidad es el que más crece en términos absolutos (713 millones más), con un incremento global del 10% hasta alcanzar los 7.530 millones.

Una inyección con la que el Botànic espera reforzar la asistencia sanitaria y contratar más personal (400 nuevas plazas estructurales) para hacer frente al covid-19, pero también al colapso del sistema sanitario que se avecina.

En términos absolutos, el segundo departamento que más crece es Educación, que gana 311 millones y dispondrá de 4.797 millones en 2021. Con todo, el departamento de Igualdad y Políticas Inclusivas que dirige la vicepresidenta Mónica Oltra es el que en términos relativos más avanza. No en vano, de las tres consellerias sociales es la única que crece por encima de la media presupuestaria, situada en el 11%.

Oltra, que como ya es tradición llevó la negociación del presupuestos hasta el último minuto, logra rascar para el año próximo 308 millones más, lo que hace crecer su departamento un 19 %. Tal es así que Políticas Inclusivas es la única conselleria que mejora su peso en el conjunto de las cuentas (pese al crecimiento el peso de Sanidad y Educación en el conjunto incluso retrocede) al pasar del 7 al 7,5%. La vicepresidenta ató un incremento importante para su conselleria la noche del jueves al viernes, pero las partidas se ampliaron en el último minuto en la misma reunión de la comisión delegada de Hacienda previa a la del pleno del Consell.

El resultado es un presupuesto de 1.921 millones que permitirá, entre otras medidas, la equiparación salarial del personal sanitario de las residencias con el que trabaja en Sanidad, una reivindicación histórica. Además, el dinero para la renta de inclusión sube hasta alcanzar los 125 millones (28 millones y un 18% más) y habrá una nueva inyección de 82 millones para la dependencia, con lo que esta partida alcanza los 452 millones. En su conjunto las consellerias sociales absorben el 54% del crecimiento global del presupuesto: 1.432 millones de los 2.606 millones más que tendrán las cuentas de 2021.

Ahora bien, estas cuentas antipandemia siguen lastradas por la deuda que arrastra la Generalitat. Todo el gasto que el Consell tendrá que dedicar en 2021 a amortizar y pagar intereses se consolida como la segunda conselleria en gasto: 6.878 millones de euros. La buena noticia es que pierde casi un punto en el peso del conjunto de las cuentas. Aun así, el 26,8 % del presupuesto de 2021 está lastrado por los créditos solicitados, en su mayoría procedentes del FLA y con el Estado como acreedor. La ayuda estatal es un arma de doble filo ya que con una situación de infrafinanciación es la única forma de gastar igual que la media española, aunque acaba condicionando el presupuesto. Para 2021, además, el Consell prevé un endeudamiento neto de cerca de 1.300 millones de euros.

Junto con Políticas Inclusivas, otras consellerias crecen por encima de la media. La que más, Economía Sostenible que sube un 26%, seguida de Política Territorial, con una subida del 22%. Innovación, tras dar por perdido los fondos y parte de sus competencias sobre los institutos tecnológicos, es compensada con un crecimiento del 16%, mientras que Agricultura y Hacienda se quedan por encima de la media al aumentar un 12%. Las menos agraciadas en el reparto de la tarta son Justicia con un aumento del 8% y Participación con un 4,6%.