El Botànic está viviendo una crisis sin precedentes por las diferencias entre PSPV y Compromís por lo presupuestos autonómicos y por las medidas sanitarias contra el covid. ¿Apoya a Mónica Oltra cuando pide más restricciones y comparte también su criterio sobre el necesario cierre de la hostelería?

Oltra hace un razonamiento que vemos en muchos sitios de Europa. Probablemente sea mejor tomar medidas drásticas en un corto espacio de tiempo que intentar alargar unas medidas que no acaban solucionando esto.

Si se cierra la hostelería, ¿qué propone para salvar la economía en una Comunidad que depende de los servicios?

Proponemos cerrar la hostelería unos diez días para luego abrir con más condiciones. La hostelería está sometida a un periodo en el que tampoco gana. A ellos les viene mejor cerrar porque no acaban cubriendo los gastos de tener abierto. Y ante eso proponemos un escudo social. Todas las instituciones europeas dicen que no escatimemos en ayudas. Un corto periodo de tiempo nos daría un respiro. Sin salud no habrá turismo y tampoco habrá hostelería.

¿Qué seguridad le da al ciudadano que una vicepresidenta del Consell se desmarque del Gobierno y cuestione a su presidente en una tema tan importante como la gestión de esta pandemia?

Se tendría que hacer una reflexión para saber que este no es un gobierno de un solo partido. Lo que hemos visto en esta pandemia es que muchas de las decisiones no se han tomado con el consenso necesario.

¿Quiere decir que el PSPV no ha escuchado la opinión de Compromís?

A veces se debería haber escuchado más. Este Gobierno no es solo del PSOE. Es un gobierno a tres y todas las decisiones tienen que ser compartidas, no pueden venir solo de una parte.

Este conflicto ha dado munición a la oposición, que acusa a Mónica Oltra de elevar el tono para tapar su gestión en las residencias de mayores. ¿Es esta la estrategia de la vicepresidenta para evitar que Puig capitalice la gestión y para visibilizarse en esta segunda oleada tras las críticas que recibió en la primera?

Aplicando el mismo criterio podríamos decir que la construcción de un hospital sin médicos es la estrategia que utiliza Ayuso para tapar su mala gestión de los centros de mayores. Las cifras demuestran que una gran parte de la mortalidad se focaliza en las residencias en todos los territorios. Mónica Oltra no intenta tapar nada. La conozco y no escurre el bulto.

Llama la atención el silencio del conseller Vicent Marzà. ¿Ha sido solo una cruzada de Oltra o la coalición la apoya?

A veces los silencios se dan porque no se le pregunta. Hablé hace unos días con Rafa Climent y está en perfecta sintonía. De cada crisis Compromís sale más unido. Bien está lo que bien acaba. Al final hay conflictos dentro de un gobierno de coalición como ocurre en un matrimonio. El Botànic es capaz de llegar a acuerdos, de rectificar y de aprobar un presupuesto. Por encima de las discrepancias somos capaces de llegar a un acuerdo. Lo importante es que haya un proyecto común y esto se ha demostrado.

Pero el proyecto común más importante que tiene el Botànic en estos momentos es afrontar las consecuencias de esta crisis y en eso Mónica Oltra y Ximo Puig siguen sin demostrar unión...

Igual todos tienen que hacer una reflexión.

¿Cree que Compromís ha creado un enfrentamiento estéril por los presupuestos que no le ha llevado a ninguna parte porque ha terminado aceptando la primera propuesta de Vicent Soler para sacar esos 21 millones de modificaciones de crédito?

Si el Consell aprueba unos presupuestos, esos son los que tiene que registrar. Todo lo que venga después me parece innecesario. Tendríamos que aprender de esto. La confianza y la lealtad son fundamentales para que un proyecto funcione.

¿Ha fallado, por tanto, esa confianza y lealtad?

Sinceramente, sí. Si apruebo unos presupuestos y luego me los cambian, probablemente se rompa la confianza. La lección es que para llegar hasta donde hemos llegado no hacía falta este periplo.

Si ocurre esto con los presupuestos más expansivos de la historia, ¿qué pasará el próximo año o al siguiente cuando nos tengamos que apretar el cinturón?

Aunque fuera por un céntimo. Estamos hablando de la confianza. Son 200 páginas de rectificación de errores. Me gustaría que aprendiéramos de todo lo que ha ocurrido. Cuando llegamos a un acuerdo, se debe cumplir.

El ruido constante tapó la gestión del tripartito de Alicante. ¿Ve paralelismo con la situación que vive el Botànic?

Aprendamos las lecciones que nos ha dado la historia porque el ruido solo sirve para alimentar a la oposición, no beneficia la confianza de los ciudadanos y debilita un Gobierno que lo está haciendo bien. Fuera de aquí somos un modelo. En cinco años hemos conseguido revertir la reputación del Gobierno valenciano. No pongamos en peligro esa buena reputación en el resto de España.

Usted ha visitado Alicante para presentar sus enmiendas a los presupuestos del Estado. ¿Cómo los valora después del maltrato que ha sufrido de nuevo la provincia de Alicante?

Son unos presupuestos mejores de los que aprobó PP y Ciudadanos, pero también son mejorables. En Alicante nos parece muy pobre la dotación en proyectos como la conexión con el aeropuerto, que es una reivindicación que Compromís viene haciendo desde hace años. Hemos centrado las enmiendas en el tema de la movilidad para pedir la conexión con el aeropuerto, el tren de la Costa, el cercanías con Alicante-Murcia y la descongestión de la N-332 a su paso por Torrevieja. Hemos hecho mucho hincapié en que la inversión se acercara al peso poblacional. Hacemos enmiendas para mejorar el presupuesto, pero estaría bien que estas reivindicaciones las compartieran los diputados que están en el Gobierno.

¿Quiere decir que al PSOE y a Podemos les ha faltado asumir un relato más crítico contra el Gobierno para conseguir un trato mejor en los presupuestos?

El PSOE valenciano y también el Podemos valenciano tendrían que ser mas reivindicativos con una situación que no es de ahora. Es algo endémico y me gustaría encontrar el soporte de los diputados valencianos. No pedimos la luna, pero sí cosas razonables.