La apuesta del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, por la Vega Baja ha sido más que evidente en los últimos tiempos, sobre todo después de aquella infausta DANA que azotó el sur de la provincia en septiembre de 2019. Tanto es así que las visitas del jefe del Consell a esa comarca han sido una constante, hasta el punto de que en ocasiones da la sensación de que el Palau tiene una segunda sede en la Vega Baja. A eso se une, sin ir más lejos, el espaldarazo que se da a la zona en los presupuestos autonómicos para 2021 presentados hace sólo dos semanas. Las cifras hablan por sí solas: cerca de un 40% de las inversiones del Gobierno autonómico en la provincia irán a parar a la Vega Baja, que recibirá 154 millones de los 398 cuantificados para el conjunto de las comarcas alicantinas. Ahora, Puig da un paso más en esa estrategia, y lo hace de la mano del empresario de Almoradí Antonio Alonso, que pasará de ser el comisionado del Consell en la Vega Baja a convertirse en el «delegado» del president en la comarca. Para ello, está previsto que a principios de diciembre se dé luz verde a su nombramiento como asesor de Presidencia, lo que le permitirá situarse como coordinador de la Oficina del Plan Vega Renhace, emplazada en el edificio Prop de Orihuela, y cuya reforma, a priori, podría estar finalizada coincidiendo con su nombramiento oficial. Dependerá directamente de Presidencia, pero trabajando codo con codo con la directora general de Análisis y Políticas Públicas, Ana Berenguer, y su cometido fundamental será hacer despegar el Plan Vega Renhace.

Con esta maniobra, Ximo Puig quiere seguir ganando terreno en una comarca en la que el PP tradicionalmente ha tenido un peso muy importante. Sólo un dato: los dos principales municipios de la comarca -Orihuela y Torrevieja- tienen alcaldes del Partido Popular. No sólo eso. El presidente también pretende continuar con su estrategia de vertebración de la Comunidad en una comarca que, desde tiempo inmemorial, se ha quejado de que ha estado abandonada y, de paso, dar muestras de «transversalidad» y de mano tendida hacia el centro-derecha, como ya trató de hacer con el fichaje de la exeurodiputada de Cs Carolina Punset.

De ahí que la biografía de Antonio Alonso haya sido uno de sus principales avales. Su padre no sólo fue un histórico dirigente de Alianza Popular primero y del Partido Popular después, sino que llegó a ser alcalde de Almoradí. Por su parte, el aún comisionado del Consell en la Vega Baja incluso ocupó el puesto número 8 en las listas de Ciudadanos al Congreso de los Diputados en abril del año pasado. A eso se suma que el que en su día fuera gerente de la empresa Edijar -hoy ya ha cedido el testigo a la siguiente generación- y presidente de la Asociación Provincial de Industrias Gráficas y Envases de Cartón siempre ha sido visto como un hombre de diálogo y consenso en todos los foros empresariales, del que tiene un profundo conocimiento, tras su paso por la Cámara de Comercio, Coepa o la SGR. Hasta el extremo de que su nombre sonó en alguna que otra ocasión para presidir algunas de las organizaciones empresariales de la provincia, entre ellas, la extinta patronal Coepa. Un carácter que también se ve como un plus a la hora de tender puentes con administraciones que pueden tener otro color político.

Antonio Alonso, de hecho, afirma que está muy ilusionado con este nuevo reto, que, según matiza, «no lo he buscado, pero ha salido así». Ahora bien, deja claro que « nunca he sido próximo al PSOE, aunque siempre he tenido lealtad absoluta hacia todos los presidentes, lo que no significa servilismo. Por eso, voy a ser muy crítico si las cosas finalmente no salen, y así se lo he dicho al presidente».

Como objetivos, según confiesa, se ha marcado impulsar el proyecto para evitar que acabe en un cajón como otros que se hicieron antes; implicar a todas las partes que pueden tener algo que decir en este plan para relanzar la Vega Baja, desde la ciudadanía hasta las administraciones, al margen de los partidos; y tender puentes con la Confederación Hidrográfica del Segura, por el papel clave que puede llegar a tener este organismo en muchos de los proyectos que se quieren impulsar en una comarca partida por el río. Y todo sin perder de vista, apostilla, que hay que abordar aspectos como las infraestructuras, el turismo residencial o la agricultura, en ambos casos sin renunciar a criterios de sostenibilidad, poniendo el foco, además, en la situación de emergencia social en la que se encuentran muchas familias.

Por su parte, el otro comisionado del Consell en la Vega Baja, el catedrático Jorge Olcina, seguirá teniendo un papel importante en el desarrollo del Plan Vega Renhace, en principio, a través del comité asesor que se quiere crear para hacer un seguimiento exhaustivo de todos los proyectos.

Una oficina abierta al público y un consejo asesor

La Oficina del Plan Vega Renhace se situará en el edificio Prop de Orihuela. Para ello, se deben hacer unas pequeñas reformas que, en principio, se espera que puedan estar listas para principios de diciembre, prácticamente coincidiendo con el nombramiento de Antonio Alonso como asesor especial de Presidencia. De hecho, está previsto que el jefe del Consell, una vez que hayan finalizado las obras, se desplace hasta Orihuela para la inauguración de la sede. La oficina estará abierta al público, para que, de este modo, la ciudadanía pueda plantear sugerencias, inquietudes y preocupaciones, y contará con dos técnicos que servirán de apoyo a la labor que debe prestar Antonio Alonso. En paralelo, la idea es crear un consejo asesor con profesionales de reconocido prestigio que vayan marcando la hoja de ruta en la ejecución del Plan Vega Renhace.