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Cs rompe el bloque de la derecha con el aval al Botànic para tramitar las cuentas

Encontronazo con PP y Vox al asegurar el PSPV que Ernest Lluch apoyaría hoy hablar con Bildu

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, recibe el aplauso ayer de diputados socialistas. | I. CABALLER

La legislatura que echó a rodar en mayo de 2019 con dos bloques casi graníticos en el parlamento valenciano: a un lado los 52 diputados que suman PSPV, Compromís y Unides Podem y al otro los 47 de PP, Ciudadanos y Vox registró ayer su primera grieta seria en una votación de calado.

La abstención de los 18 parlamentarios de Cs en la votación de la enmienda a la totalidad presentada por PP y Vox al presupuesto del Botànic supone la ruptura del eje derecha-izquierda.

Ciudadanos busca el centro obligado por las circunstancias de retroceso en sus expectativas electorales y su abstención avala la tramitación de los presupuestos del Botànic para 2021. La sesión deja también un enfrentamiento entre dos socios preferentes como PP y Cs, con acusaciones al partido de Toni Cantó de que el Botànic les ha engañado.

Ciudadanos no presentó enmienda a la totalidad al presupuesto como gesto de buena voluntad porque Cantó aseguró que el presidente Puig se había comprometido con él a no subir los impuestos para 2021.

Pero cuando los tres partidos del Botànic pactaron la semana pasada la subida a las rentas altas y grandes patrimonios, a la formación liberal ya solo le quedaba la posibilidad de vetar la ley de medidas fiscales, como ha hecho, pero no el presupuesto en su conjunto porque el plazo estaba ya cerrado. En esas circunstancias, a la formación naranja no le quedó más remedio que defender su posición, ante las críticas del PP, con el discurso de que es preferible, ante la coyuntura de la pandemia, intentar participar desde la sensatez, ser útiles a la ciudadanía y abandonar el frentismo. «Ha sido un gesto difícil (la abstención), pero es un primer paso para que los presupuestos sean mejores», admitió la portavoz adjunta Ruth Merino. «Les engañaron y el registro ya estaba cerrado», resumió Rubén Ibáñez, del PP.

Uno de los momentos más ásperos del pleno fue cuando Vox sacó a colación el apoyo de Bildu a los presupuestos del Estado. El portavoz de Economía del PSPV, José Muñoz, aseguró que en democracia todos tienen la posibilidad de participar si cumplen las reglas, aunque sus ideas no gusten. Y añadió que el exministro Ernest Lluch, asesinado por ETA, apoyaría hoy el diálogo con Bildu, lo que provocó el griterío en la bancada de PP y Vox.

El Botànic evitó apoyar una iniciativa de Cs que rechazaba «el blanqueamiento» de Bildu.

Mientras, el PP, duro con el presupuesto del Botànic, trató a la ultraderecha con guante de seda: «Aunar esfuerzos siempre es importante», le dijo Rubén Ibáñez al único partido con el que coincidió en la enmienda a la totalidad.

José Muñoz, del PSPV, puso en valor que es la sexta ocasión en la que el Botànic pacta los presupuestos mientras que ninguna autonomía gobernada por la derecha lo ha hecho. Llamó al PP a demarcarse de Vox y a abandonar la antipolítica con discursos como el sueldo de los altos cargos o asesores. Aitana Mas, de Compromís, reclamó a la derecha que deje de poner palos en las ruedas a unas cuentas que resultan beneficiosas para los valencianos.

Para el diputado del PP Rubén Ibáñez, los presupuestos son falsarios, manipulados y propios de un Consell en descomposición. «Al segundo de aprobarse nadie se acordará de ellos», dijo para mantener que los ingresos por financiación caen en 309 millones.

Ferri (Compromís) y Carmen Martínez (PSPV), ayer. | I. CABALLER

Consolidación del Botànic

El conseller de Hacienda, Vicent Soler, aseguró que las cuentas son la consolidación de las políticas del Botànic, con seis mil millones más de gasto social desde 2015 y 43 millones diarios.

Aseguró que la base para la reactivación son los más de 500 millones que el Consell espera que lleguen de Europa y que se invertirán según se concreten. El presupuesto de 25.627 millones, el más alto, resulta inédito. Sobre 19.043 millones se puede discutir. El resto son intereses y deuda.

La polémica en lo más alto del Consell sobre la gestión de la pandemia no se enfría. Después de más de dos semanas con críticas públicas entre los socios, la vicepresidenta, Mónica Oltra, aseguró ayer que durante la primera ola de la pandemia asumió el perfil en el que se le colocó «sin rechistar» y remarcó que «si ni siquiera puedes participar de la toma de decisiones, no puedes asumirlas como tuyas».

Oltra respondió en Plaza Radio a preguntas sobre su perfil bajo público en la primera etapa de la epidemia. Lamentó así que la comisión interdeparamental del Consell no se reúna desde el 23 de marzo: «No es que yo me apartara, es que se me dejó de requerir».

No obstante, la líder de Compromís indicó que la comunicación institucional funciona «con normalidad» y que sigue «a la espera de una comunicación más bilateral» con el president, Ximo Puig. Agregó que se enteró por la prensa de la puesta en marcha de los hospitales de campaña: «En aquel momento lo entendí. Cuando llueve sobre mojado es cuando las cosas no se aceptan igual».

Mientras, el PSPV se resiste a una convocatoria de la mesa del Pacte del Botànic. Entiende que hay cauces ya previstos para el diálogo discreto en el Consell y que una reunión pública amplificaría la exhibición de diferencias, señalaron fuentes socialistas.

Oltra aviva el roce: «No me aparté, se me dejó de requerir»

La polémica en lo más alto del Consell sobre la gestión de la pandemia no se enfría. Después de más de dos semanas con críticas públicas entre los socios, la vicepresidenta, Mónica Oltra, aseguró ayer que durante la primera ola de la pandemia asumió el perfil en el que se le colocó «sin rechistar» y remarcó que «si ni siquiera puedes participar de la toma de decisiones, no puedes asumirlas como tuyas». Oltra respondió en Plaza Radio a preguntas sobre su perfil bajo público en la primera etapa de la epidemia. Lamentó así que la comisión interdeparamental del Consell no se reúna desde el 23 de marzo: «No es que yo me apartara, es que se me dejó de requerir». No obstante, la líder de Compromís indicó que la comunicación institucional funciona «con normalidad» y que sigue «a la espera de una comunicación más bilateral» con el president, Ximo Puig. Agregó que se enteró por la prensa de la puesta en marcha de los hospitales de campaña: «En aquel momento lo entendí. Cuando llueve sobre mojado es cuando las cosas no se aceptan igual». Mientras, el PSPV se resiste a una convocatoria de la mesa del Pacte del Botànic. Entiende que hay cauces ya previstos para el diálogo discreto en el Consell y que una reunión pública amplificaría la exhibición de diferencias, señalaron fuentes socialistas.

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