En política a veces es más importante lo que se calla que lo que se habla. Y ayer Ximo Puig y Mónica Oltra dejaron claro, aún sin verbalizarlo, que están muy lejos de solucionar sus discrepancias. La crisis que está viviendo el Botànic no es resultado de la casualidad. Es el fruto de años de desconfianzas y reproches que han culminado en una relación desgastada en la que los encontronazos se acrecientan por momentos. Después de que la vicepresidenta se desmarcara el martes de la Estrategia Valenciana para la Recuperación de la Comunidad, ayer el presidente quiso poner paños calientes y evidenciar que su única preocupación en estos momentos es la gestión de la pandemia. Ximo Puig expresó su «mejor disposición a hacer las cosas mejor» y rechazó que se pueda hablar de crisis en el Consell, pese a que no ha mantenido todavía una reunión formal con la vicepresidenta tras el conflicto generado por los presupuestos autonómicos y por las restricciones contra el covid.

Las formas y el contenido de los discursos de los dirigentes autonómicos no cambian. Mientras Ximo Puig trata de capitalizar la gestión de la crisis sanitaria y quedarse al margen de cualquier batalla política, la vicepresidenta insiste en que no hay comunicación entre ellos, aunque a la vez rechaza que esto pueda zarandear la estabilidad del Botànic. La polvareda fue ayer a más tras las declaraciones que hizo la consellera de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, quien hizo referencia al conflicto y afirmó que lo que pide la ciudadanía es «responsabilidad, trabajo y lealtad». Según indicó, «desde que ha empezado esta pandemia, yo he seguido estas premisas: aporta o aparta y he intentado poner mi granito de arena para remontar esta situación y apartarme de ruidos innecesarios». Minutos después, Mónica Oltra contestó a Bravo y dijo que ella «siempre» aporta en el Gobierno valenciano.

Oltra coincidió ayer con Ximo Puig y Gabriela Bravo en el minuto de silencio por el Día Internacional contra la Violencia Machista, una concentración a las puertas del Palau de la Generalitat. «Yo siempre aporto. Por eso mismo es importante que no intenten apartar a nadie para que todos podamos aportar», dijo Oltra. Un día después de descalificar el proyecto para abordar la recuperación e indicar que no está consensuado, la vicepresidenta aseguró a los medios de comunicación que tras el acto habló con Puig y con el resto de miembros del Consell de la campaña del 25-N, «de las terribles cifras de 72.000 mujeres asesinadas desde que existen estadísticas en 2003, 1.072 familias rotas, niños huérfanos».

Preguntada por si siente que la intentan apartar, Oltra defendió que su «misión es aportar», añadiendo que «las políticas decididas de manera conjunta, dialogada, siempre han sido la seña del Botànic», para añadir que, a su juicio, son «mejorables» los espacios de diálogo y confluencia en todos los ejecutivos de coalición. Ante estas declaraciones, Ximo Puig afirmó sucintamente que «todo el mundo tiene que aportar».