No pasa una semana sin que el presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, ponga un pie en Alicante. El viernes pasado, visita relámpago a la EUIPO con convocatoria mediática exprés. El próximo pleno del Consell, en la capital provincial. Y así, suma y sigue desde que en junio de 2019 se rubricó, precisamente en Alicante, el Gobierno del Botànic II, con el Castillo de Santa Bárbara como escenario del alumbramiento. La estrategia del jefe del Consell de vertebrar el territorio autonómico y mantener su visibilidad en el sur de la Comunidad Valenciana explica en parte la intensa agenda que el barón socialista mantiene en la provincia, donde fortalecer su liderazgo es una cuestión clave. A nadie se le escapa que es aquí, en Alicante, donde el Partido Popular mantiene su mayor fortín, con la Diputación como principal institución gobernada por el centroderecha y un dirigente, Carlos Mazón, que progresivamente va reforzando su proyección y su visibilidad incluso en la capital del Túria.

Exactamente, son un centenar de actos los que ha protagonizado Puig en la provincia desde que revalidó el pacto para mantener la gobernanza del Palau con Compromís y Unides Podem como socios. En total, 104 actos en 79 semanas que, en su mayoría, han estado condicionadas por la pandemia que ha obligado a posponer, cancelar o telematizar decenas de actos y presentaciones que se hubieran desarrollado con mayor o menor pompa en condiciones de normalidad. Aún así, la agenda oficial revela que el líder autonómico se ha dejado ver en la provincia entre una y dos veces por semana, con la excepción que impusieron las restricciones de movilidad hace ahora casi un año, desde que fue investido para el cargo por segunda vez consecutiva.

No se puede hablar, según recalcan fuentes de Presidencia, de «visitas» de Ximo Puig a la provincia, porque el jefe del Consell, reiteran desde su entorno más cercano, no acude de visita al territorio que gobierna. Insisten, en ese sentido, en que el socialista mantiene una «presencia continuada» de norte a sur de alicante y enfatizan, además, que la vertebración del territorio es una prioridad que se sustenta más en políticas tangibles que en meras palabras. De hecho, el primer acto institucional que el jefe del Consell protagonizó en Alicante nada más ser ungido por el Botànic para seguir al frente de la Generalitat fue acudir a la provincia para entregar a Carolina Pascual la cartera de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital. Un hito histórico que ha implicado que, por primera vez, la Generalitat ubique la sede de una Conselleria en la provincia, con un presupuesto que este ejercicio alcanza los 1.086 millones de euros. Las dependencias del área liderada Pascual están ubicadas en el complejo de Ciudad de la Luz, un proyecto que naufragó sin apenas navegar en el océano cinematográfico y que ha resurgido ahora como epicentro de Distrito Digital. Ese es, sin duda, otro de los proyectos estrella del Gobierno autonómico en la provincia, en un «entorno único para albergar empresas tecnológicas y talento» y que se promociona como «el centro del mayor ecosistema de innovación en el Mediterráneo».

Alicante ha sido en este primer año y medio de legislatura la ciudad de la provincia más frecuentada por Puig, con más de 40 actos durante la X Legislatura, algunos de ellos prácticamente oficializados como la ya tradicional celebración del Día de la Constitución. La Vega Baja es, por orden, la segunda zona a la que más ha acudido el barón autonómico en los últimos 18 meses, con más de una veintena de actos motivados, en gran parte, por la catastrófica DANA que arrasó cientos de hectáreas en septiembre de 2019. Paradójicamente, el devastador temporal puso el foco mediático y político en una comarca que, por diversos motivos, se ha sentido históricamente menos atendida de lo que se merecía por el Consell. Tampoco han faltado reuniones y convocatorias de Ximo Puig en las comarcas del Vinalopó, l’Alacantí, las Marinas, El Comtat o l’Alcoià en lo que va de mandato.

Siempre se ha dicho en círculos políticos que las elecciones autonómicas se ganan en Alicante, y que es una provincia clave para conseguir la preciada llave del Palau, y esa es una idea que, en la actual coyuntura, parece cobrar más sentido que nunca en la política valenciana. Y todo cuando, además, el liderazgo de la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, está cada vez más cuestionado por determinadas facciones de su partido, mientras que Mazón no sólo trata de ganar cada vez más visibilidad, sino que abandera el discurso del alicantinismo. Complicado, pues, para Puig, dejar de tener un pie en Alicante.

Una oficina fija con Orihuela como epicentro

La Generalitat, y en concreto el área liderada por Ximo Puig, es decir, Presidencia, inaugurará en breve en la Vega Baja la oficina desde la que se coordinará el Plan Vega Renhace. Se trata de un ambicioso proyecto ideado para impulsar el desarrollo de iniciativas, proyectos e infraestructuras que sirvan de revulsivo para reflotar la comarca tras la DANA y trazar líneas estratégicas de futuro. El empresario Antonio Alonso es el encarado de pilotar esta iniciativa con la que el Consell reforzará, también, su presencia en un territorio mayormente dominado por el centroderecha.