Los socios del Botànic, especialmente PSPV y Compromís, se han comprometido a limar asperezas después de que una serie de conflictos relacionados con la política municipal empañaran las relaciones entre ambos partidos. El acercamiento de posturas, presente en la reunión celebrada ayer por la comisión de seguimiento de acuerdos locales, les ha llevado incluso a plantearse el objetivo de la alcaldía de Callosa d’en Sarrià, donde la falta de acuerdo entre los concejales de las dos formaciones políticas mantiene al PP al frente del Ayuntamiento.

Cuestiones como la moción de censura en Agres o la crisis abierta en el gobierno municipal de Teulada habían provocado en las últimas semanas fricciones entre el PSPV y Compromís. De ahí que se esperara con interés la reunión que ayer celebraba la mesa de seguimiento de los pactos locales, que sirvió a las direcciones de los partidos para hacer terapia y mejorar relaciones.

El encuentro contó con la presencia de los socialistas Jose Muñoz y Carlos Fernández Bielsa, el nacionalista Josep Miquel Moya y los podemitas Carles Fons y Mati Mas, y el balance, según fuentes de las tres formaciones, fue positiva y se saldó sin daños colaterales. Los tres partidos que sustentan el Consell pusieron en valor que el modelo del Botànic «sigue funcionando bien en la inmensa mayoría de los ayuntamientos», y supone «la mejor vía para avanzar en las políticas de progreso, también en el ámbito municipal».

Los representantes de la comisión consideran que el acuerdo se está demostrando solvente, «pese a que pueda surgir alguna discrepancia municipal», que califican como puntual y que no empaña «el espíritu de acuerdo global de las tres fuerzas políticas».

El ánimo de entendimiento resultante de la reunión es tal, que tanto el PSPV como Compromís se han marcado entre ceja y ceja el objetivo de conseguir la alcaldía de Callosa d’en Sarrià. Como se recordará, el municipio está gobernado en la actualidad por el popular Andrés Molina, después de que las dos formaciones de izquierdas, que suman ocho concejales frente a los cinco del PP, naufragaran en sus intentos de pacto tras las elecciones. Las discrepancias vienen desde el mandato anterior, cuando socialistas y nacionalistas rompieron el acuerdo que les había unido al frente del gobierno municipal.

Pues bien, según las fuentes consultadas, las direcciones de ambos partidos han decidido ponerse manos a la obra para tratar de convencer a sus respectivas formaciones locales, de manera que aparquen las discrepancias y trabajen unidas por un ejecutivo municipal de progreso.

También han decidido intervenir en la crisis abierta en el Ayuntamiento de Teulada, donde el bloqueo de los dos concejales socialistas a los presupuestos propició que la alcaldesa, Rosa Vila, de Compromís, les retirase las competencias. El PSOE local avaló la decisión de sus dos ediles, lo que provocó a su vez reproches de una parte de los militantes. Ante estos hechos, las dos fuerzas políticas intentarán mediar para reconducir la situación, de manera que se pueda recuperar la paz y el sosiego en el gobierno municipal.

Sin soluciones para la moción de censura de Agres

La moción de censura en Agres es un hecho consumado, que en principio no tiene vuelta atrás. Así lo considera al menos el PSOE, formación a la que pertenecía Rafael Sanjuan, quien se dio de baja en el partido para pactar con el PP y acabar como alcalde en detrimento del nacionalista Josep Manel Francés. Lo sucedido causó indignación en Compromís, aunque desde el PSOE se argumenta que se ha cumplido con lo pactado, dado que Sanjuan ya no se encuentra entre sus filas.