El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha advertido este martes que la relajación de las medidas impuestas para atajar la pandemia de coronavirus no van a consistir en ningún tipo de "movimiento disruptivo, ni pasar del blanco al negro", y se ha mostrado firme en que "tenemos que hacer una desescalada lo más prudente posible". En ese sentido, ha enfatizado que la sociedad valenciana ha hecho un "gran esfuerzo" que no se puede "malbaratar", por lo que ha apelado a la "prudencia" a todos los sectores sociales.

Tras una reunión sobre la digitalización del sector turístico en Distrito Digital de Alicante, el jefe del Consell ha puesto de manifiesto que la prioridad de la Comunidad Valenciana en la lucha contra el covid-19 es "salvar vidas, empleos y empresas, pero por ese orden". Puig ha valorado que la situación actual ha mejorado con respecto a semanas anteriores y ha recordado que en la última semana la tasa de incidencia ha pasado de más de 1.000 casos por cada 100.000 habitantes a unos 500. No obstante, ha rechazado avanzar las líneas que guiarán el plan de desescalada. Ha dicho que "cuando acabe este prórroga (de las restricciones) tendremos que tomar decisiones pensando en el interés general y en velar por la salud de las personas". No obstante, ha añadido que hará una reflexión de la situación porque es consciente del "grave daño que se infringe" a una parte importante de la sociedad con las limitaciones desde el punto de vista económico pero también "psicológico y emocional".

El líder autonómico ha abogado por ser lo más "prudente posible" por la complicada coyuntura de la pandemia y cuando existen nuevas cepas del virus de las que se desconoce cuál será su evolución. Por ello, ha pedido "comprensión" en su intento por buscar "equilibrios" porque lo fundamental es la salud de las personas". Al respecto, cree que si hay algo que realmente será vital para que la situación vaya mejorando es "que la vacunación vaya avanzando".  Por ello, ha subrayado que ahora la "obsesión es vacunar a las personas más vulnerables".

Preguntado sobre la reclamación del sector de la hostelería, que exige 500 millones de euros para compensar las pérdidas por el cierre de 500 negocios, ha enfatizado que desde la Generalitat "no se trata de criminalizar al sector, sino de hacer posible superar la pandemia con seguridad y de estar en condiciones de llegar a la normalización" dentro de una situación "enormemente difícil". Cualquier asociación "tiene el derecho a judicializar lo que consideren", pero ha defendido que la Generalitat "toma las decisiones pensando en el interés general y la prioridad de la salud".

En ese punto, ha defendido que la Comunidad Valenciana "ha sido muy prudente con las restricciones" y ha puesto en valor la puesta en marcha del Plan Resistir, dotado con más de 400 millones de euros para ayudar a los sectores en crisis. Sobre ese asunto, ha anunciado que este mismo viernes se aprobará un plan específico dirigido al sector del ocio para paliar las consecuencias de haber permanecido sin actividad buena parte del año por las restricciones para contener la pandemia. Además, ha destacado que el Gobierno de España también sacará un plan de ayuda que es "muy conveniente que así sea para completar al de la Generalitat".

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El presidente ha recalcado que la decisión de clausurar hostelería y restauración es "una medida implantada en toda Europa para controlar el espacio de la sociabilidad". Puig ha constatado que "el problema no son los bares sino el espacio de sociabilidad y por eso también exigimos que no se exporten los bares a domicilios particulares".

 En torno a la creación de corredores sanitarios seguros para poder reactivar la movilidad de personas en la Unión Europea, el jefe del Consell se ha decantado por constituir un espacio seguro de personas vacunadas e inmunizadas. Así, ha reclamado "que haya un sistema que articule que todos los vacunados puedan tener movilidad en toda Europa", y ha valorado que "necesitamos un espacio sanitario europeo".