El pleno del Consell acordó ayer el cese del ilicitano Antonio García como director general de Transición Ecológica, un cargo al que llegó de la mano de la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, al comienzo de la legislatura. El exconcejal de Elche (Compromís) seguirá a partir de ahora ligado al gabinete de Mollà, pero lo hará como asesor, lo que supone su salida del organigrama oficial de altos cargos ligados al Consell, e igualmente una reducción de sueldo.

El puesto que desde julio de 2019 ocupaba García, al frente de una de las nueve direcciones generales de la citada Conselleria, será cubierto ahora con la incorporación del valenciano Pedro Fresco, un perfil «más técnico» para hacer frente a los retos que se plantean en el área de Transición Ecológica, explica el ya exdirector general de este área. Según el ilicitano, su cambio de rango en el departamento de Mireia Mollà no responde a ningún tipo de desencuentro entre ambos, hasta el punto que su salida, dice, había sido «pactada». Las funciones que a partir de ahora asumirá estarán igualmente enfocadas a las áreas de cambio climático y transición ecológica pero con la vista puesta en impulsar proyectos que puedan ser financiados por Bruselas, tanto en el marco de las ayudas para la reconstrucción económica de la era poscovid, como en otro tipo de programas. En todo caso, una función en la que Antonio García dice encontrarse cómodo. Es más, defiende la necesidad de incorporar perfiles «que puedan desempeñar un papel importante» y asevera que «no es cuestión de mirarse el ombligo» para mantener el estatus, en relación a su cambio de funciones y su menor retribución.

García fue concejal durante la pasada legislatura en el consistorio de Elche con Compromís y también obtuvo acta de concejal en el presente mandato, pero renunció tras ser fichado por Mollà para el cargo que, ahora, deja de ocupar.