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Los conflictos en San Vicente y Teulada ponen en tela de juicio el liderazgo del PSPV

A los socialistas se le acumulan los problemas en diferentes puntos de la provincia como en Callosa d’en Sarrià, Xàbia, Dénia o Pedreguer

Cargos del PSPV y de Compromís en la concentración del viernes en Teulada.

La larga lista de conflictos que los socialistas están acumulando en la provincia evidencia la falta de referentes sólidos que tiene el partido y su incapacidad para impulsar liderazgos que puedan dirigir la organización. Al PSPV le importa y, de hecho, necesita este territorio pero es incapaz de articular una estructura de poder para ser referente provincial. La grave crisis interna que ha dividido al partido en San Vicente y la moción de censura de Teulada son el claro ejemplo de que esta provincia está huérfana de voces socialistas con autoridad que puedan servir a los intereses de este territorio. A ello se suma las desavenencias con Compromís en Callosa d’en Sarrià, Xàbia, Dénia y Pedreguer. Demasiados frentes abiertos por dirimir. Frente a ellos está Carlos Mazón, con un indudable peso político y que está apretando fuerte. El dirigente popular ha logrado sacar adelante tres mociones de censura. En solo siete meses, el PP ha conseguido llegar a los gobiernos de La Torre de les Maçanes, Agres y previsiblemente a Teulada-Moraira en solo unos días. Todos los pactos con tránsfugas. Pero, ¿quién manda en el PSOE de la provincia para fortalecer la estructura y anticiparse a este tipo de conflictos?

A José Chulvi, secretario general en la provincia, las crisis le pillan con el pie cambiado. El partido no busca referencia en él en los casos complicados pese a la buena relación que mantiene con Ximo Puig. El peso político de Rubén Alfaro no trasciende de Elda pese a que tenía la plataforma de la federación de municipios para ganar visibilidad. No la ha conseguido. En el Ayuntamiento de Alicante, el liderazgo de Francesc Sanguino es directamente inexistente. Y no sólo eso, sino que, tras asegurar que iba a tener voz propia, ya se dedica a acatar las decisiones de Ángel Franco. Tampoco está ni se espera a la subdelegada del Gobierno en Alicante, Araceli Poblador, una de las representantes del sanchismo en la provincia. Algo similar ocurre con el alcalde de Elche, Carlos González. Es cierto que el alcalde de Alcoy y portavoz en la Diputación, Toni Francés, sí está levantando la bandera del «aquí estoy yo» para defender los intereses del partido, pero también es verdad que no tiene competencias para abordar los conflictos internos y que sigue siendo desconocido en la mayoría de las comarcas. En definitiva, el PSPV termina fiándolo todo a una persona: Ximo Puig.

En estos momentos el partido no tiene a nadie que le haga descender al terreno de la provincia. Está el presidente de la Generalitat y los alcaldes. En medio, el desierto. De las estructuras locales a la autonómica no hay nada. Y el problema de tener un único líder es que cuando los problemas llegan a Valencia, puede ser demasiado tarde. Ha ocurrido en Teulada, donde Compromís no ha dejado de advertir durante meses de que las desavenencias que tenían con los concejales Héctor Morales y Alejandro Llobel eran insostenible. El PSPV avaló la decisión de estos dos ediles a la hora de bloquear los presupuestos acumulando reproches por parte de los militantes. Ahora, han sido expulsados. La dirección nacional se ha preocupado por la situación cuando la moción de censura con el PP ya estaba prácticamente consumada. Se votará el martes. Mazón les ha adelantado una vez más por la derecha.

Desde el inicio del mandato, San Vicente ha sido uno de los principales focos de conflicto por las desavenencias entre el alcalde Jesús Villar y el sector sanchista liderado por José Luis Lorenzo. El PSPV ha comenzado a intervenir esta semana, cuando los ataques verbales entre los dos bandos ya copan los titulares de los periódicos y la crisis tiene difícil solución. Ha sido José Muñoz, secretario de Organización, quien ha anunciado que mañana visitará el municipio para expresar su apoyo «incondicional» al alcalde. El PSPV quiere dejar claro que está preocupado por el problema y que no va a mirar para otro lado. Está por ver si no es demasiado tarde.

Pero los conflictos no terminan aquí. En la Marina Baixa, el epicentro de las desavenencias está en Callosa d’en Sarrià, donde la falta de acuerdo entre los concejales del PSOE y Compromís mantiene al PP al frente del Ayuntamiento, con el popular Andrés Molina como alcalde. Los de Ximo Puig también miran de reojo a El Verger y Els Poblets, tras la vacunación de sus alcaldes Ximo Coll y Carolina Vives. La ejecutiva comarcal no llegó a mandar un comunicado condenando los hechos y tampoco logró que dimitiesen. En Xàbia, Dénia y Pedreguer, la falta de comunicación entre el PSPV y Compromís también está en el punto de mira.

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