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Oposición al Botànic desde la provincia de Alicante

El poder institucional que le da la Diputación y la presidencia provincial han permitido a Mazón ser un contrapeso a la izquierda

El presidente de la Diputación y líder provincial del PP, Carlos Mazón

La estrategia de Génova por generar un nuevo liderazgo en torno a la figura de Carlos Mazón ha sobrevolado desde que se convirtiera en presidente de la Diputación en julio de 2019. En esos momentos la figura de Isabel Bonig ya estaba en el punto de mira por dos razones: en primer lugar, por su debacle electoral en las autonómicas de abril de 2019, pero, además, ya tenía la cruz puesta desde que decidió no apoyar a Pablo Casado en las primarias. Tras el demoledor recuento de votos de los comicios, pocos dirigentes de peso veían ya a la castellonense renovando la presidencia regional y, efectivamente, los hechos no hicieron más que precipitar su salida.

La dimisión de José Císcar, que era su principal apoyo en la provincia, y la posterior entronización de Carlos Mazón como líder del PP alicantino, ya en julio de 2020, confirmaron los planes de futuro de Pablo Casado y Teodoro García Egea.

Carlos Mazón se ha convertido en estos dos años en la piedra angular del Partido Popular en la apuesta de la dirección nacional por impulsar una renovación. Tras el revés que supuso las generales y las autonómicas, la provincia se convirtió en la única vía mediante la que el PP pudo ejercer su oposición al Botànic. De hecho, Carlos Mazón no ha dejado de subir peldaños en los enfrentamientos directos contra Ximo Puig en temas como el agua, las ayudas a los pueblos o el turismo. Contar con el poder institucional que le otorga la Diputación de Alicante, además del control de la presidencia provincial le han permitido tener una plataforma para ejercer un contrapeso al Gobierno valenciano.

Pese a que en la hoja de ruta de Pablo Casado y Teodoro García de Egea en ningún momento se contempló a Isabel Bonig como la candidata a la Generalitat a la cita de 2023, no fue hasta hace dos semanas cuando se lo comunicaron oficialmente. Hasta ese momento, ella no había dejado de ponerse en valor, bien por intentar sacar rédito político o bien porque confiaba en que todavía era posible un cambio de postura. Pero Génova ya había dado por amortizado el liderazgo de Bonig. Y ahora, en plena construcción de su estructura orgánica, le ha enseñado la puerta de salida para iniciar una nueva etapa con Carlos Mazón al frente.

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