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Yo a la Vega Baja y tú a València

El Consell desembarca en Guardamar del Segura para celebrar una sesión plenaria e intensificar la agenda de los consellers en la comarca, uno de los feudos tradicionales del PP y territorio imprescindible en la agenda de Ximo Puig

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, saludando a los consellers a su llegada a Guardamar. TONY SEVILLA

Líderes en una y otra dirección. El Botànic intensificó ayer su presencia en una comarca que ha sido y es un feudo histórico de la derecha, en el sur del sur de la Comunidad, mientras el alicantino que aspira a liderar el PPCV se marchó a la capital del Túria para iniciar su carrera por disputarle el gobierno autonómico a la izquierda. Todo el mismo día, aunque sea pura casualidad. 

La casualidad, aunque parezca que no, quiso ayer que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, flanqueado por la práctica totalidad de su gobierno, excepto Vicent Marzà, desembarcara en el sur del sur de la Comunidad Valenciana mientras el líder que aspira a plantarle cara, el popular Carlos Mazón, que se siente especialmente fuerte precisamente en ese territorio, la Vega Baja, se marchó a València para presentar su candidatura a presidir el PPCV. Y fue el azar el que a todas luces determinó el desplazamiento de los primeros espada de los principales partidos en la Comunidad en una y otra dirección. El conservador aceleró su puesta de largo en la capital del Túria a raíz de la caída de Bonig, mientras que el jefe del Consell hacía días que había comprometido su presencia, una vez más, en un territorio en el que ha intensificado su actividad como nunca antes lo han hecho sus antecesores en el Palau.

El Consell celebró su pleno semanal en la Casa de la Música de Guardamar del Segura. | TONY SEVILLA

Guardamar del Segura fue en concreto el municipio elegido para celebrar una sesión plenaria del Ejecutivo del Botànic. Es la segunda vez en lo que va de legislatura que el Gobierno de izquierdas, el que agrupa al PSPV, Compromís y Unides Podem, acude a la comarca que ha sido y es un feudo histórico del PP para hacer política progresista. Lo hizo tras la crisis de la DANA de 2019, en un gesto de acercamiento al territorio afectado para aprobar ayudas de emergencia. Lo volvió a hacer ayer para conmemorar el 750 aniversario de la concesión del título de villa real a esta localidad, aunque también en esta ocasión se rubricó un relevante acuerdo para auxiliar a los sectores afectados por otra crisis, la del coronavirus.

Un goteo de coches oficiales fue cruzando las calles de la localidad que acoge la desembocadura del Segura y, a las 9.30 horas, los responsables de la práctica totalidad de consellerias aguardaban la llegada del presidente, que arribó el último al lugar de la convocatoria y, probablemente, también fue el último en zarpar de la Vega. Los responsables del rumbo político de la Generalitat aprovecharon la visita, como no podía ser de otra manera, para ganar visibilidad en una plaza, la del sur de la Comunidad, que durante años y años no siempre se ha sentido del todo bien tratada por el centro de poder neurálgico de València. En esas, el responsable de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, se marchó a San Fulgencio, donde se han puesto en servicio las obras de mejora de la seguridad vial de la carretera CV-860 con una rotonda y un carril bici. La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, participó en las obras de restauración ambiental que se realizan en 539 hectáreas de las dunas situadas entre Guardamar y Santa Pola. La titular de Sanidad Universal y Salud Pública, Ana Barceló, visitó el consultorio auxiliar de Benejúzar. La consellera de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, se desplazó a los juzgados de Torrevieja; y el de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, recorrió diferentes infraestructuras culturales de Guardamar acompañado de su alcalde, José Luis Sáez. Todo ello mientras la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, realizaba su comparecencia semanal posterior a la sesión plenaria desde la Escuela de la Música de Guardamar.

Con el Gobierno que preside repartido por media Vega Baja, Puig puso rumbo a la capital de la comarca, Orihuela, desde donde se pilota, al menos administrativamente, el Plan Vega Renhace, que buscar reimpulsar el territorio con una importante batería de inversiones, especialmente tras las inundaciones de hace año y medio. Allí se reunió con alcaldes, firmó un protocolo con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias y la Confederación Hidrográfica del Segura y reivindicó, una vez más, lo que en este momento se ha convertido en el gran caballo de batalla de una comarca con un importante peso agrícola: mantener los aportes del trasvase Tajo-Segura y garantizar que esa lucha se mantendrá «hasta el final». Exactamente lo mismo que aseguró la semana pasada en otra visita a Benferri, en otra visita más a la tan disputada Vega Baja.

662 millones más para sectores afectados, como el textil y el calzado

El Consell aprobó ayer el marco normativo para regular la concesión de 662 millones de euros destinados a apoyar al sector empresarial y del transporte público de la Comunidad Valenciana afectado por las consecuencias de la pandemia de coronavirus. Lo hizo a través de dos decretos ley que permitirán entregar ayudas a 184 sectores de actividad, «lo que supone duplicar la cifra inicial de sectores beneficiarios que estaban incluidos inicialmente», destacó ayer Mónica Oltra. Entre ellas, sectores tan importantes para la provincia de Alicante como el textil o el calzado, además de la cerámica o el plástico. Del total, 15 millones de euros se destinan a conceder subvenciones para el sector del transporte público. La cuantía consistirá en una aportación única de 8.400 euros para cada beneficiario y por cada vehículo de su empresa.

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