Fortalecer las relaciones con Cataluña dentro de una estrategia global por crear una alianza entre comunidades. Ese es el objetivo por el que la Generalitat ha abierto una vía de diálogo con Baleares, con Andalucía y ahora va a tratar de hacerlo con Cataluña, y con la que pretende afrontar intereses comunes como la financiación autonómica o el Corredor Mediterráneo, dentro de la denominada Commonwealth mediterránea que parte de la idea de recuperar puentes y ejercer de contrapeso a Madrid.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se reunió este lunes con Salvador Illa, en su papel de jefe de la oposición catalán, para poner sobre la mesa un asunto clave: la necesidad de revisar el actual modelo de financiación que deja a la Comunidad Valenciana en el furgón de cola de toda España con un maltrato histórico que se prolonga año tras año. En estos acuerdos transversales impulsados con el objetivo de dar las mismas oportunidades a todas las autonomías para salir de la crisis, el presidente de la Generalitat ya ha mantenido un encuentro con la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, y tiene previsto hacerlo con el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. De hecho, el pasado viernes, los titulares de Hacienda de la Comunidad y Andalucía acercaron posturas en su defensa de un nuevo modelo de financiación y coincidieron en admitir que la Comunidad Valenciana siempre sale mal parada en el reparto de los recursos.
Una vez que ha abierto el diálogo con Baleares y Andalucía, ahora Puig ha fijado su mirada en Cataluña. Tras la reunión mantenida este lunes en el Palau, los dos políticos socialistas compartieron la «preocupación» ante la necesidad de reformar el actual modelo, caducado desde 2014. Después de asistir a un almuerzo de trabajo con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), el líder del PSC, Salvador Illa, defendió que la reforma del sistema se tiene que hacer «en términos equitativos y sin privilegios basándose mucho en datos objetivos» y señaló la importancia de tener unas relaciones normalizadas entre autonomías, ahora que la prioridad es centrar los esfuerzos en la recuperación y la transformación de la economía tras la pandemia. Sobre este tema, Puig informó de que ya ha mantenido conversaciones telefónicas con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, de cara a una posible reunión entre ambos en septiembre u octubre.
Los socialistas aprovecharon su reunión para destacar la necesidad de que Pere Aragonès participe en la Conferencia de Presidentes convocada a finales de mes en Salamanca. El jefe de la oposición en el Parlament de Cataluña criticó que Aragonès no asista, mientras Puig lo tildó como «una mala noticia» al asegurar que «es fundamental que Cataluña esté en todos los espacios multilaterales».
La reunión entre Ximo Puig y Salvador Illa y las posibles conversaciones con Pere Aragonès no sentaron nada bien entre los cargos del PP, que salieron en tromba a exigir más presión al Ministerio para reivindicar los derechos de esta Comunidad. La secretaria general del PPCV, María José Catalá, pidió «menos minicumbres Commowealth y más presión para que Pedro Sánchez cambie de una vez el modelo de financiación».
