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El Consell proyecta el Instituto de la Memoria Democrática en el Puerto de Alicante

La Generalitat y la Autoridad Portuaria planifican la cesión del antiguo edificio de Sanidad para emplazar la sede, que precisa de una reforma integral a cargo de la administración autonómica

El Consell proyecta el Instituto de la Memoria Democrática en el Puerto de Alicante

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El Consell proyecta el Instituto de la Memoria Democrática en el Puerto de Alicante M. A. Rives

El antiguo edificio de Sanidad ubicado en el Puerto de Alicante acogerá la sede del Instituto Valenciano de la Memoria Democrática, los Derechos Humanos y las Libertades Públicas, siempre que no haya contratiempos. La Generalitat ha puesto en marcha la maquinaria administrativa para recabar todos los informes necesarios para poder utilizar este espacio a través de una concesión que, en última instancia, dependerá del visto bueno de Puertos del Estado. A cambio, la Administración valenciana sufragará la rehabilitación integral del inmueble con tal de adaptarlo a su nuevo uso y con la pretensión de que esté operativo antes de que concluya la presente legislatura.

Las Cortes aprobaron crear el centro en 2017 y el Botànic ha formalizado ahora su propuesta de ubicación

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El Gobierno autonómico ha presentado una manifestación de interés a la Autoridad Portuaria para conseguir la cesión del edificio, en desuso desde hace años. Representantes de ambas instituciones han mantenido reuniones para definir el proyecto y pulir los pormenores de la fórmula legal que permitirá a la Generalitat hacer uso de las instalaciones, que seguirán siendo propiedad del mencionado ente estatal puesto que se descarta cualquier operación de compra. El proceso está siendo dirigido por la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, con Rosa Pérez Garijo al frente, y se ha convertido en una cuestión clave en su agenda. La consellera pretende hacer todo lo posible para que el proyecto vea la luz antes de que concluya el mandato y en un momento en el que, además, se cumplen prácticamente cuatro años desde que las Cortes valencianas acordaron la creación de este Instituto, a finales de 2017, con la tramitación de la Ley de Memoria Democrática y para la Convivencia de la Comunidad Valenciana. Meses después, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció que la sede se emplazaría en Alicante. Desde entonces, son varias las ubicaciones que se han barajado y que no han llegado a fructificar. Entre ellas, el Palacio de Justicia de Benalúa, el Centro 14 o el Centro Cultural Las Cigarreras.

No obstante, es ahora cuando el Ejecutivo autonómico ha formalizado su apuesta por el antiguo edificio sanitario, emplazado en la rotonda de acceso al edificio de la Autoridad Portuaria de Alicante y frente al Real Club Náutico de Regatas. Un espacio que, según fuentes de la conselleria que está al frente del proyecto, reúne las condiciones para poder habilitar un gran espacio diáfano donde poder organizar actos con la ciudadanía y, además, convertirse en el espacio de estudio e investigación previsto en la normativa autonómica. Es decir, no solo se quiere dar cabida a la plantilla de empleados públicos y grupos de trabajo, sino que se pretende también que se puedan programar diversas actividades relacionadas con la Memoria Democrática, los Derechos Humanos y las Libertades Públicas.

Ahora, la Generalitat y Puertos del Estado se encuentran planificando los pormenores sobre cómo se debe formalizar la cesión de las instalaciones, ateniendo a extremos como el de la duración o el estudio del pago de determinadas tasas; una maraña burocrática que implica a dos administraciones y numerosos departamentos pero cuyo trámite ya se ha puesto en marcha.

Pérez Garijo reivindica fondos para adecuar el inmueble en 2022

Cultura desiste en su pretensión de ocupar este espacio en favor del área de Transparencia 

La hoja de ruta planificada por la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, con Rosa Pérez Garijo al frente, contempla que en las próximas cuentas autonómicas, las de 2022, se reserve una partida presupuestaria para financiar el proyecto de reforma del edificio que apunta como sede del Instituto Valenciano de la Memoria Democrática, los Derechos Humanos y las Libertades Públicas, y también para la ejecución de la obra. Es prácticamente la única vía posible para que este viejo inmueble del Puerto de Alicante pueda estar renovado antes de que concluya la segunda etapa de gobierno del Botànic, que finaliza en principio en 2023. 

Desde hace año y medio, el departamento que lidera Pérez Garijo ha mostrado su interés por disponer la sede de Memoria Democrática en el citado inmueble del Puerto alicantino. De hecho, la propia consellera visitó las instalaciones en febrero de 2020, aunque su área no era la única que pujaba por obtener la concesión de este edificio. También la Conselleria de Cultura, la dirigida por Vicent Marzà, ha venido manifestando su interés por destinar este espacio a centro de actividades del Consorcio de Museos. De hecho, se llegó a presentar una propuesta formal a la Autoridad Portuaria, si bien finalmente en el seno del Gobierno tripartito se ha llegado al acuerdo de trabajar en obtener la concesión para ubicar allí el Instituto Valenciano de Memoria Democrática. Un hecho que ha sido posible después de que el Colegio de Ingenieros renunciara a la concesión de este espacio en un anterior proceso por cuestiones económicas.

Será en el comienzo del nuevo curso político, en septiembre, cuando la coalición de izquierdas que gobierna la Generalitat encarrilará la tramitación de los presupuestos autonómicos de 2022, esos que, en principio, deberían permitir el empujón final para la creación de la sede que lleva casi cuatro años en espera.

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