Los que en su día abanderaron la causa del sanchismo en la provincia no irán al congreso federal de octubre en el que se debe aupar de nuevo a Pedro Sánchez como secretario general. Tampoco los sanchistas de la ciudad de Alicante estarán en el cónclave nacional de noviembre en el que saldrá reelegido Pedro Sánchez. Las discrepancias en torno al número de delegados entre el grupo que lidera el diputado nacional Alejandro Soler y las familias que se sitúan en el perímetro de Puig -entre las que se encuentran los franquistas y los herederos del pajinismo- hizo que, finalmente, los sanchistas dieran por rotas las negociaciones y renunciaran a formar parte de las listas, en lo que los afines al secretario general de los socialistas valencianos interpretaron como un pulso a Puig y a Sánchez. Sin embargo, el principal jefe de la revuelta, Alejandro Soler, no sólo irá a la cita de octubre en València, como miembro nato, al estar en la ejecutiva federal. También estará en el congreso de país de noviembre en Benidorm. Encabeza la delegación de Elche, formada por 15 personas, de las que once son del grupo del diputado; tres son de la familia del director general de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana, Antonio Rodes, que también va en la lista; y una del círculo más próximo al exalcalde Diego Maciá. Unas cifras que, finalmente, según apuntan desde determinados sectores de la agrupación ilicitana, se podría ajustar al reparto que tiene cada uno en estos momentos: se les da un 26%, cuando los «alejandrinos» podrían controlar, según estas estimaciones, en torno al 70% de la militancia, mientras que los críticos -donde entra la gente de Maciá y de Rodes- tendrían un 30% aproximadamente.
En cualquier caso, en el comunicado que se hizo público este martes desde el PSOE ilicitano, lo que destacó el también secretario general local, Alejandro Soler, es que «es una lista de consenso para representar la unidad y fortaleza del PSOE Elx», y añadió que se incluyen, «además de miembros de la ejecutiva local y cargos institucionales, compañeros y compañeras con una representatividad dentro de nuestras filas». Ni una palabra más en esa escueta nota. Ahora bien, con ello, indirectamente, recriminaba a los grupos afines a Puig y al exsenador Ángel Franco que no se haya hecho lo propio con la candidatura de la provincia para el congreso federal y con la lista de la ciudad de Alicante para el nacional. En este sentido, la gente de Soler siempre ha justificado su decisión de bajarse hace unos días de ambas candidaturas en el hecho de que por la otra parte nunca hubo voluntad de negociar y que, en última instancia, la cuota que se les ofrecía era una «humillación».
La visión, no obstante, es diferente desde el otro lado. Los franquistas siempre han insistido en que en todo momento se ha intentado integrar a todas las sensibilidades del partido en el listado, y que la prueba de ello es la presencia de una representante de Izquierda Socialista, Rosana Arques, o de la exportavoz municipal socialista Eva Montesinos. Incluso afirman que se le ofreció el 25% de la lista a los «alejandrinos», pese a que sólo controlan el 18% de la agrupación. «Al final, Alejandro Soler ha intentado armar un discurso victimista y ha dejado a su gente fuera de las listas al congreso federal y de país, pero él estará como delegado en las dos citas», terciaban con ironía desde este mismo grupo.
