El Stanbrook, un buque carbonero británico, zarpaba del puerto de Alicante hacia Orán con 2.638 pasajeros camino del exilio el 28 de marzo de 1939, sólo cuatro días antes de acabar la Guerra Civil. Otros tantos no tuvieron la fortuna de embarcar. Algunos buscaron refugio en un edificio dentro del recinto portuario, el de Sanidad Exterior. Estas circunstancias, tan simbólicas, han hecho que el Consell se decante por ese inmueble para albergar el Instituto Valenciano de la Memoria Democrática, los Derechos Humanos y las Libertades Públicas, tras barajar otras ubicaciones como el Palacio de Justicia de Benalúa, el Centro 14 o el Centro Cultural Las Cigarreras. Para la Generalitat también era más sencillo llegar a un acuerdo con el Puerto, dependiente del Estado y, por tanto, del Gobierno central, que preside el socialista Pedro Sánchez, que con el Ayuntamiento de Alicante, con el popular Luis Barcala en la Alcaldía, y que gestiona otros espacios que se habían planteado. Así, el Consell y la Autoridad Portuaria han rubricado un convenio de colaboración para la cesión del edificio por un plazo de 20 años, prorrogables por cinco más, y eso es lo que pasó este viernes por el pleno del Consell.
El Gobierno de Ximo Puig consigue así dos objetivos. Por un lado, hace otro guiño a la descentralización, ubicando un nuevo ente autonómico con sede física en Alicante, como ya hiciera con la Conselleria de Innovación o con Distrito Digital. Por otro, le da más protagonismo a una de las principales causas que abandera el Botànic en estos momentos, como es la memoria histórica. No en vano, este proyecto se ha convertido en una cuestión clave en la agenda de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, con Rosa Pérez Garijo (Esquerra Unida) al frente. El espacio servirá de «reconocimiento» y «reparación» a las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo, según explicó la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, tras dar cuenta del acuerdo entre el Puerto y la Generalitat para la cesión del inmueble. La nueva sede se convertirá, a su vez, en un espacio de carácter cultural y didáctico para el impulso, difusión y divulgación de la memoria democrática, además de centro de documentación para la realización de congresos, jornadas y demás encuentros de tipo científico y divulgativo.
La Administración valenciana tendrá ahora que sufragar la rehabilitación integral del inmueble, que lleva años en desuso, para adaptarlo a su nuevo cometido y para adecuar los accesos al edificio, ya que se encuentra actualmente en medio de una rotonda, en la avenida Perfecto Palacio de la Fuente. El Consell espera la llegada de fondos europeos, los Next Generation, para cofinanciar la actuación con una aportación autonómica, que fuentes de la Generalitat no precisaron. El objetivo es que el proyecto esté listo en dos años como máximo. En este sentido, según ha podido saber este diario, la Conselleria de Transparencia tiene previsto convocar un concurso de ideas para darle forma al Instituto de la Memoria. El Consell también deberá aprobar la Relación de Puestos de Trabajo (RPT), con 14 plazas de empleados públicos.
Fuentes del Ejecutivo valenciano consideran un «triunfo político» la puesta en marcha de este Instituto de la Memoria, igual que el hecho de haber iniciado los trabajos de exhumación en el cementerio alicantino, que han sacado a la luz los primeros restos de víctimas de la represión. «Vamos a poner en valor todos los espacios de memoria», señalan al respecto las mismas fuentes.
