Vuelco histórico en el Ayuntamiento de Orihuela. La socialista Carolina Gracia es desde este lunes la nueva alcaldesa de la capital de la Vega Baja tras prosperar la moción de censura contra el PP, presentada por el PSOE, Ciudadanos y Cambiemos (formación ligada a Unides Podem). El pacto a tres bandas que ha agitado el tablero político oriolano pone fin a siete años de gobierno de Emilio Bascuñana, cuyo partido pierde uno de los históricos feudos conservadores de la Comunidad a un año vista de las próximas elecciones. La sesión plenaria de carácter extraordinario transcurrió sin incidentes en un auditorio abarrotado en el que los asistentes contuvieron la respiración en los minutos finales, cuando los 25 concejales, a viva voz, expresaron uno a uno el sentido de su voto. El pacto era el que era y los números, en principio, avalaban el giro de guion, pero eso es algo que no evitaba la incertidumbre, como suele ocurrir siempre en maniobras de este calado. Finalmente, como resultado, el PSOE recuperó el bastón de mando 36 años después de perderlo, precisamente, a raíz de otra moción de censura.
La unión de los votos de los seis concejales del PSOE, los cinco de Cs y los tres ediles de Cambiemos fueron suficientes para arrebatar al PP el principal despacho del Ayuntamiento. En total, 14 síes frente a los 11 noes del grupo municipal del PP, además de los dos votos negativos de Vox. Gracia liderará el nuevo Ejecutivo local que estará integrado por el grupo socialista y por los naranja, que cambian de socios de gobierno en la recta final del mandato. Los de Aix venían gobernando la ciudad en coalición con el PP, a quien dejan caer para formar un nuevo bipartito que, en principio, se espera que dé un volantazo ideológico hacia la izquierda. Cambiemos, por su parte, les brindará apoyo desde la oposición. Por el momento, se desconoce el programa de gobierno en el que apuntalan su pacto, aunque durante la sesión de este lunes esbozaron algunas líneas genéricas, sin determinar compromisos concretos.
Bloqueo institucional e ingobernabilidad. Esas fueron dos de las causas que, a juicio de los firmantes de la moción, la cuarta en la provincia en lo que va de mandato, justificaron el golpe de efecto para arrebatar al PP la Alcaldía de Orihuela. Antes de prometer el cargo como segunda alcaldesa de la historia de la ciudad, Gracia, que abrió el turno de intervenciones, subrayó la necesidad de pasar a la acción por la situación de inmovilismo que, según valoró, condiciona la actividad municipal, considerando que deben pasar a la acción. Dijo asimismo que la moción es un "cambio meditado y analizado de manera meticulosa", así como una "decisión legítima y democrática". El portavoz de Cs, que continuará como vicealcalde, arremetió contra su hasta ahora socio popular, sobre quien dijo que el idilio que han mantenido hasta ahora nunca fue un gobierno ni una coalición. A Gracia le aseguró que cuenta con la confianza de Cs, le garantizó la “lealtad” de su grupo y le advirtió: "no nos falle". De igual modo, María García, portavoz de Cambiemos, señaló que su grupo apuesta por sacar a Orihuela del atasco en el que está y arremetió contra Bascuñana, recordando su imputación por malversación, acusado de cobrar más de 200.000 euros de la Conselleria de Sanidad sin que, supuestamente, exista constancia del trabajo que realizó en su etapa anterior a desempeñar el cargo de alcalde. "No es suficiente este cambio, pero es necesario", destacó la voz del grupo municipalista. Por parte de la ultraderecha, la concejala María Asunción Aniorte, culpó tanto a PP como a Cs de la mala gestión, pero dejó clara su oposición a esta alternancia en el poder.
Bascuñana afirmó que se va con la cabeza bien alta, con la satisfacción de haber cumplido con su deber, con la conciencia tranquila y las manos limpias. Me echan, recalcó, "por no ceder a chantajes e irregularidades", dijo dirigiendo un dardo a su hasta ahora socio en el poder. El hasta ahora alcalde de Orihuela hizo un llamamiento a defender la "verdadera democracia", esa en la que, bajo su punto de vista", gobiernan los más votados en las urnas y no lo que consideró, por contra, una "uniones de perdedores"; un argumento que le sirvió a la concejala socialista María García para recordarle que el líder del PPCV, Carlos Mazón, dirige la Diputación de Alicante aunque la formación que más votos obtuvo fue, en cambio, el PSOE.
La convocatoria despertó una expectación sin precedentes y los principales partidos políticos de la escena autonómica movilizaron a algunos de sus primeros espada para ser testigos de la jugada. Por el extinto salón de actos del edificio de la CAM, reconvertido ahora en espacio multiusos del Ayuntamiento, desfilaron el secretario de Organización del PSPV-PSOE, José Muñoz; el vicesecretario de Organización del PPCV, Juan Francisco Pérez Llorca; la síndica de Vox en las Cortes, Ana Vega; la portavoz la dirección ejecutiva de EUPV, Estefanía Blanes, o la secretaria de Municipalismo de Podem, Inma Mora, además de decenas de cargos orgánicos e institucionales en la comarca, la provincia y la Comunidad. De todos los partidos excepto de Cs, cuyos únicos representantes en la sala fueron el grupo de cinco concejales.
Esa fue, a todas luces, una de las principales claves de esta jornada crucial para Orihuela. La moción de censura no contaba con la autorización de la dirección nacional de Inés Arrimadas, que abrió un expediente informativo a los ediles díscolos. Un golpe de efecto que, se presumía, podía acabar en expulsión, tal y como había reclamado con ahínco el comité provincial de los naranja. Pero no fue así, porque durante toda la jornada de este lunes, la cúpula estatal y la organización regional guardó un silencio atronador, de forma que no se cumplió el escenario que, sobre todo, los socialistas temían: que sus nuevos socios fueran tachados como tránsfugas antes del pleno. Con todo, hubieran seguido hacia adelante con su ofensiva para desbancar a la derecha. Por tanto, descartada esa posibilidad, los concejales de Cs en Orihuela inician su nueva andadura integrados en el equipo de gobierno, aunque está por ver si bajo el paraguas del partido de Arrimadas. Por el momento, la comité provincial ha pedido que los echen, aunque las instancias superiores no han atendido a su reclamación. La madeja están tan liada que, desnortados y en plena batalla por la supervivencia, ningún cargo del partido quiso acudir a arropar a sus compañeros en esta operación.
