La senadora Josefina Bueno será designada como nueva consellera de Innovación, en sustitución de Carolina Pascual. Bueno ha aceptado el reto que le ha propuesto Ximo Puig tras asistir a una reunión en el Palau que ha finalizado a última hora de la tarde de este viernes. La alicantina figuraba en todas las quinielas para situarse al frente de un departamento que conoce bien. La pasada legislatura estuvo a cargo de la Dirección General de Universidad, Investigación y Ciencia.

Pascual ha asistido hoy a su último pleno ordinario del Consell. Puig ha comunicado esta mañana a la ilicitana que no continuará al frente de la conselleria con sede en Alicante. De esta forma, pone fin a sus casi tres años liderando el primer área del Gobierno autonómico que se descentralizó fuera de València.

La estructura orgánica de la Generalitat está sumergida en una jornada frenética a cuenta de la crisis de Gobierno que ultima el jefe del Consell. En esa ecuación entrará también la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico. Puig ya habría comunicado al actual conseller, Vicent Soler, su intención de acometer el relevo en este departamento. El ambiente en la conselleria ha sido hoy de despedida. Con todo, Soler ha continuado hoy apretando con el que ha sido uno de los temas estrella durante su trayectoria de siete años en el Botànic, como es la lucha por la reforma del sistema de financiación. En ese sentido, ha reclamado al Gobierno central "proceder a la compensación de la deuda autonómica derivada de la infrafinanciación a través de un cambio de titularidad de la misma o a través de cualquier otro mecanismo objetivo y transparente".

En una misiva a la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, Soler ha remarcado que "el Gobierno central no puede permanecer más tiempo impasible ante la evidencia de la situación de infrafinanciación de determinadas comunidades autónomas y la gravedad de las consecuencias derivadas de la misma". Por ello, la ha emplazado a dotar "de forma urgente" un fondo de nivelación transitorio "que corrija, como mínimo, las diferencias de financiación por habitante ajustado con respecto a la media de las comunidades infrafinanciadas" en el caso de que el proceso de reforma iniciado el pasado mes de diciembre no se aborde de forma inmediata. Según Soler, el 78 % de la deuda pública acumulada de la Comunidad Valenciana tiene su origen en la infrafinancaición" lo que deja en evidencia que si no estuviéramos infrafinanciados, la sostenibilidad de la deuda estaría perfectamente garantizada", ha subrayado.

En estos momentos, el área que más quebraderos de cabeza está generando al presidente autonómico es la de Sanidad, en manos desde 2018 de la sajeña Ana Barceló.

Descentralización

Pascual cierra así una etapa que comenzó en el segundo mandato del Botànic, cuando el jefe del Consell formalizó su apuesta personal para dar más peso a la provincia y ahondar en la línea de la descentralización institucional que defiende. Sin embargo, no ha acabado de tener la proyección y la visibilidad que se buscaba en un territorio que se considera clave.

La ilicitana y estuvo a punto de dimitir cuando no había cumplido el primer año de mandato a raíz de que la Conselleria de Economía, en manos de Compromís, finalmente se quedara en su presupuesto con 50 millones destinados a Innovación. De hecho, los choques de competencias con Economía marcaron sus inicios, a lo que se suma el hecho de que asumió el reto de poner en marcha una conselleria desde cero. Tampoco salió muy bien parada con el polémico reparto de ayudas de la Agencia Valenciana de la Innovación, a raíz de las escasas asignaciones que ha venido recibiendo sistemáticamente la provincia.

De la Universidad al Gobierno valenciano

Ingeniera en Telecomunicaciones, hasta hace tres años  Carolina Pascual era profesora en la Escuela Politécnica de la Universidad de Alicante y decana del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación de la Comunidad Valenciana. De hecho, fue la primera mujer que asumió la responsabilidad de decana, ya no sólo en la Comunidad, sino en una demarcación a nivel nacional. Sin embargo, su vida dio un giro cuando el presidente del Consell, Ximo Puig, la llamó para ser consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital. Una llamada que, admite, en absoluto esperaba. «No se me había pasado nunca por la cabeza. Un par de semanas antes, si me lo hubieran dicho, incluso me habría reído», confiesa. Un giro de 180 grados que, en casa, le dicen que lo llevan bien, aunque reconoció en aquel momento que el cambio había sido muy grande, sobre todo en cuanto a la disponibilidad de su tiempo. La agenda era muy exigente, y tiene una hija que entonces tenía 14 años. «Cuando acepté ser consellera, les pedí a mi marido y a mi hija que fuéramos un equipo, y que me echaran una mano para que yo pudiera hacer esto. Sin apoyo en casa, hubiera sido muy complicado. Estoy haciendo esto gracias a ellos», admitió la consellera ilicitana cuando aterrizó en el Ejecutivo.

Defensora de que la innovación y la tecnología siempre tienen que servir para mejorarla vida de las personas en todos los ámbitos, en el poco tiempo libre que le queda le gusta caminar, la música, el cine, viajar, leer y, sobre todo, pasar tiempo con su familia y con sus amigos. Constante, reflexiva y observadora, su ingreso en Telecomunicaciones fue por casualidad. Simplemente quería hacer algo que no hubieran estudiado sus hermanas, por lo que, de entrada, tuvo que descartar Física, Química e Ingeniería Agrónoma.