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El Centro Cultural de Benidorm en el limbo: el Ayuntamiento sigue sin recepcionar la obra

La ejecución concluyó a finales de 2021 y en febrero se firmó el final de los trabajos, sin que el consistorio haya movido ficha, lo que implica que el inmueble esté cerrado y el Consell deba asumir la vigilancia y el mantenimiento. Antonio Rodes requiere a Toni Pérez que lo ponga en marcha

La fachada de la primera fase del Centro Cultural de Benidorm, cuyas obras acabaron a finales del año pasado. David Revenga

Como la crónica de un macroproyecto cultural -esos que eran tan habituales antes de la Gran Recesión- salpicada por mil y un inconvenientes e incidencias a lo largo de los últimos 17 años. Así se puede resumir la historia del Centro Cultural de Benidorm, una infraestructura cuyo relato comenzó a escribirse en el año 2005, cuando la Generalitat y el Ayuntamiento benidormí suscribieron el protocolo de intenciones para la implantación de un centro cultural, y que aún hoy no tiene definido el desenlace. De momento, el Centro Cultural de Benidorm sigue en el limbo. La ejecución de los trabajos de la primera fase concluyeron a finales del año pasado, en febrero se firmó el final de obra y en abril se formalizó la declaración de obra nueva, y así se trasladó al Consistorio. Sin embargo, a estas alturas el Ayuntamiento no solo no ha recepcionado la infraestructura, sino que tampoco se ha convocado la reunión mixta entre los representantes de la Administración local y la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana (SPTCV), la empresa pública que ha gestionado la construcción del complejo. La situación ha llegado a tal punto que el director general de Proyectos Temáticos, Antonio Rodes (PSPV-PSOE), tras dos requirimientos al alcalde, Toni Pérez (PP), para que se convocara esa comisión mixta y desbloquear la situación, ha dado un paso más. Ahora acaba de remitirle una carta en la que, de alguna manera, viene a darle un ultimátum para que se resuelva la situación con carácter inminente o, de lo contrario, irán más allá para tratar de desbloquear la situación. Lo hace después de que desde el Ejecutivo local no se le haya contestado las dos peticiones previas, según hacen constar en la misiva desde la SPTCV.

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La obra exterior e interior de la primera fase está finalizada desde el pasado septiembre David Revenga

De momento, el hecho de que el Ayuntamiento no haya movido ficha implica que el complejo, en el que la Generalitat ha invertido hasta la fecha 33 millones de euros, siga cerrado pese a haber acabado la ejecución de la primera fase. En paralelo, es el Consell quien está asumiendo la vigilancia de 24 horas, el mantenimiento y el seguro de responsabilidad para evitar daños en el edificio, cuando, según sostienen desde la empresa del Consell, debería ser el Ayuntamiento quien se hiciera cargo, junto al IVA, en función de la tasación encargada por Proyectos Temáticos, o el mobiliario.

Todo después de que, a finales de abril, cayera una parte del techo del edificio, algo que, desde la SPTCV, atribuyen a la rotura de un grifo del patio de la segunda planta. Un incidente que ha obligado a la sociedad pública a negociar con la constructora la reparación de los desperfectos, y que se suma a todo lo sucedido en los últimos años: desde la paralización de los trabajos durante diez años hasta la presencia de okupas, pasando por las negociaciones con la antigua constructora y el arquitecto o la denuncia de la patronal Seopan que llevó a que se anulara la encomienda a Tragsa y se tuvieran que sacar a licitación los trabajos, sin olvidar los efectos de la ruptura de la cadena de suministros, lo que demoró el fin de los trabajos.

Por eso mismo, lo que se reivindica en la carta es que se celebre ya la reunión de la comisión mixta para que se pueda dar carpetazo al proceso de recepción de las instalaciones y, con ello, entregar al municipio un edificio que, hoy por hoy, se mantiene sin uso. El propio Antonio Rodes, de hecho, incide en que, «desde el punto de vista político, el Centro Cultural es un proyecto que la Generalitat y el PP decidieron hacer en Benidorm, no en otras ciudades, y que dejaron empantanado, hasta que el president Ximo Puig lo retomó porque era una apuesta personal y muestra del compromiso del Consell con Benidorm». En este sentido, añade que «se ha hecho un esfuerzo enorme para que las obras se acabaran, pero parece que está clarísimo que el Ayuntamiento no quiere recibir la obra». Respecto a la actitud del Gobierno local benidormí, Rodes se limita a decir que «lo lógico es que nos trasladen qué problemas tienen para poder acabar con el proceso, pero esta actitud no se puede entender, porque lo que están haciendo es retener un activo con un claro ejercicio de filibusterismo».

Una inversión que supera los 33 millones de euros

El Ayuntamiento y Proyectos Temáticos firmaron en 2017 un protocolo de intenciones y, un año después, un protocolo de colaboración, en los que se acordaba no ejecutar íntegramente el proyecto inicial, que ascendía a 45 millones, sino acometer parcialmente las obras en una primera fase con viabilidad funcional y estética. Eso implicaba que a los 15 millones invertidos hasta ese momento había que sumar 12 millones más. Eso, junto a otros gastos por acometidas, indemnizaciones y demás, ha elevado la inversión del Consell hasta los 33 millones de euros en la actualidad.

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