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Las reivindicaciones de Puig en Madrid: nuevos pactos territoriales y más federalismo contra la desafección

El jefe del Consell pide un gran acuerdo en torno a los recursos hídricos que permita «agua para todos y a un precio asequible», y reivindica más apoyo al Ejecutivo para el Imserso

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Ximo Puig participa en el Fórum Europa

No es la primera vez que el jefe del Consell, Ximo Puig, habla de la «vía valenciana». Una «vía valenciana» basada en el diálogo y el acuerdo, y que siempre tiene en el punto de mira la vertebración territorial. Y precisamente en la «vía valenciana» se refugió una vez más durante su intervención este lunes en Madrid para hacer frente a lo describió como una guerra del ruido sin heridos aparentes, pero con daños graves, y cuyas principales consecuencias son la incapacidad de acordar, el prestigio institucional en retroceso y la desafección ciudadana. Sin embargo, en esta ocasión, articuló esa «vía valenciana» en torno a tres ejes para los que reivindicó otros tantos grandes consensos: un pacto territorial en el que aludió expresamente al agua, un gran acuerdo por la energía y una alianza para el empleo. Tres pilares con los que, a efectos prácticos, volvía a reivindicar las recetas de siempre con un claro perfil federalista: desde el cambio del modelo de financiación autonómica a un programa de condonación de deuda a las comunidades de régimen común para garantizar la sostenibilidad del estado del bienestar, pasando por la «cohesión corresponsable» en la fiscalidad, en un claro mensaje a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sin pasar de puntillas la descentralización. Como ejemplo, se valió de la Fiesta Nacional. «Federar es unir», defendió el jefe del Consell en su intervención, titulada La España sin ruido. «Hay vida inteligente fuera de Madrid», añadió.

En esta ocasión, el marco era un desayuno informativo del Fórum Europa, organizado por Nueva Economía Fórum, en el Hotel Mandarín Oriental Ritz. En su ponencia, Puig estuvo arropado por hasta tres ministros, los de Ciencia, Agricultura o Seguridad Social, Diana Morant, Luis Planas y José Luis Escrivá, respectivamente; así como por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero; el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, junto a representantes del Gobierno valenciano -ninguno de Compromís ni Unides Podem, por cierto-, el presidente de la patronal CEV, Salvador Navarro; el CEO de Vectalia, Antonio Arias; o la directora de Acción 2030 Social Agbar, Asunción Martínez.

Puig fue desgranando sus argumentos apoyándose en lo que ha sido su gobierno en estos últimos siete años, haciendo especial hincapié en que a lo largo de este tiempo se han aprobado los presupuestos un ejercicio detrás de otro, y que la Comunidad ha pasado del descrédito a la reputación. «La Comunitat Valenciana preserva un factor competitivo diferencial: la estabilidad», sentenció Puig.

En este contexto, hubo espacio para dos de las principales preocupaciones que tiene la provincia en estos momentos. Por un lado, el recorte del trasvase; por el otro, el Imserso. Por lo que respecta al agua, subrayó la necesidad de mantener los aportes del Tajo al Segura. «Agua para siempre y a un precio asequible para seguir siendo la huerta de Europa», proclamó, proponiendo una serie de pactos que afecten a los regantes de todas las cuencas. Eso sí, según defendió, «desde el diálogo firme y sin guerras de barro». En este sentido, y en cuanto a los problemas de depuración del Tajo a su paso por Madrid, se limitó a decir: «Hablamos de ecología, ¿y no depuramos? Tenemos que aprovechar hasta la última gota». Mientras, por lo que toca al programa de viajes para mayores, exigió más implicación del Ejecutivo central. «Hay que pagar por los servicios públicos aquello que valen», expresó. «No es posible pagar una pensión completa del Imserso a 20 o 21 euros y al mismo tiempo pedir que se mejoren las rentas salariales», indicó.

De por medio, hasta hubo espacio para que Ximo Puig lanzara un requerimiento en su discurso al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, al que pidió que conduzca a su partido hacia la «moderación de los hechos». Díaz Ayuso, sin embargo, saldría en el turno de preguntas, cuando le inquirieron sobre cómo se podría tomar la presidenta de Madrid que comience ahora el programa de actividades con el que se conmemora el mes de la Comunidad Valenciana en la capital, tras los roces que ha habido entre ambos mandatarios. «No tengo una cruzada contra nadie, sólo una cruzada por la igualdad», manifestó Puig. «Le he mandado una carta -a Ayuso- diciendo que vamos a estar haciendo actividades un mes en Madrid y que está invitada. Hay una gran complementariedad. València es el puerto de Madrid. Tenemos la ambición de que haya igualdad y equidad», argumentó. Ahora bien, no desaprovechó la oportunidad para otra de sus denuncias recurrentes: «En fiscalidad creemos que debe haber corresponsabilidad, y que no se permita el dumping fiscal. Si queremos en Europa transitar hacia cierta armonización fiscal, ¿cómo no hacerlo en España?», puntualizó. «No hay ningún elemento de fricción con la Comunidad de Madrid, pero siempre voy a defender los intereses generales y de la Comunidad Valenciana, y, por eso, a nadie le debería ofender la descentralización», concluyó.

«En todo momento hemos respetado el planteamiento de la Justicia»

Más prudente, en la línea de lo que ha venido haciendo en las últimas semanas, se mostró Ximo Puig sobre la posible imputación de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, y sobre si debe dimitir. «En todo momento hemos respetado y vamos a respetar el planteamiento de la Justicia. Vamos a ver qué dice el Tribunal Superior de Justicia, pero la vicepresidenta ha dado las explicaciones políticas en las Cortes». En cuanto a las elecciones, dijo que falta un año, que esperan que haya continuidad, sin pronunciarse tampoco sobre si se ve acabando la legislatura en solitario. «No pienso en las próximas elecciones, sino en las próximas generaciones», dijo. En cuanto a la situación de su hermano, investigado por supuestas irregularidades en ayudas a sus empresas, alegó que «él o cualquiera, cualquier empresa que haya hecho algo mal y tenga que devolver subvenciones, evidentemente lo tendrá que hacer. No tengo nada que ver con esta historia». «Por seis veces los juzgados de Valencia han dicho al PP que la Generalitat ha actuado en todo momento con la máxima transparencia y que todas las subvenciones se dieron de manera correcta», apostilló. «Hay una voluntad por parte del PP de que todos somos iguales, y no todos somos iguales», agregó tratando de dar por zanjada la cuestión.

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