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Compromís le da más peso alicantino al Botànic: tres consellers de la provincia

La nueva vicepresidenta se suma a Rafa Climent y Mireia Mollà como representantes de Alicante en el Consell. Solo la valenciana Raquel Tamarit no pertenece a este territorio

Rafa Climent y Mireia Mollà conversando durante un pleno de las Cortes Valencianas. GERMAN CABALLERO

La dimisión de Mónica Oltra ha supuesto una fuerte sacudida para el Gobierno del Botànic, pero, más allá de las consecuencias que pueda tener a nivel político en esta recta final de legislatura, ha traído consigo efectos colaterales a nivel de representación territorial. Y ahí, sin lugar a dudas, la provincia sale ganando, toda vez que, con la incorporación de Aitana Mas, tres de los cuatro consellers de Compromís pasan a tener acento alicantino. A la nueva vicepresidenta y consellera de Igualdad hay que sumar a Rafa Climent, responsable del departamento autonómico de Economía, y Mireia Mollà, al frente de Agricultura. Solo Raquel Tamarit, del municipio valenciano de Sueca, no pertenece a esta zona, lo que evidencia la apuesta que la formación nacionalista está realizando por políticos de la terreta.

Compromís ya arrancó la legislatura otorgando un mayor peso a la representación alicantina, toda vez que, de sus cuatro carteras, dos de ellas, las de Rafa Climent y Mireia Mollà, ya fueron a parar a representantes de esta provincia. Mónica Oltra, ahora dimitida, procedía de València, mientras que el hasta hace poco tiempo conseller de Educación, Vicent Marzà, lo hacía de Castellón. Si con motivo de la renuncia de este último la formación nacionalista apostó por Raquel Tamarit como recambio, en esta ocasión ha decidido depositar su confianza en la crevillentina Aitana Mas, lo que amplía la presencia de los consellers alicantinos. De hecho, es en la provincia donde más dificultades está encontrando la formación valencianista desde el punto de vista electoral y estos movimientos llegan a un año de los comicios.

El más veterano de todos ellos, y no solo por la edad, sino también por el tiempo que lleva en el cargo, es Rafa Climent. El de Muro está desde 2015 al frente de la Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Empleo de la Generalitat, habiendo llevado a cabo una prolífica gestión en la que se ha distinguido por reforzar los apoyos a la industria para que gane peso en el ámbito económico de la Comunidad Valenciana, al tiempo que ha afrontado importantes retos, como el saneamiento financiero de las instituciones feriales o la reversión pública de las ITV

En el desempeño de su labor, Climent ha tenido gestos hacia la provincia de Alicante, primero con los planes de modernización de los polígonos industriales, que incluso en su inicio le valieron las críticas de otros territorios al entender que se estaba primando a las comarcas de las que él mismo procedía, y después, con el respaldo prestado a la Institución Ferial Alicantina (IFA).

La ilicitana Mireia Mollà, por su parte, tiene a su cargo la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica desde 2019, cuando se inició la segunda etapa del Botànic. No lo ha tenido fácil, sobre todo por problemas que han afectado y siguen afectando de lleno a la provincia de la que procede. El principal conflicto al que se está teniendo que enfrentar es el del agua, donde ha tenido que lidiar con las amenazas de recortes en el trasvase Tajo-Segura procedentes del Gobierno central, que mantienen en pie de guerra a la comarca de la Vega Baja y el Baix Vinalopó. También está resultando complicada la resolución de la plaga de la xylella en los almendros, con un plan de erradicación que ha sublevado a los agricultores y pueblos afectados, a lo que hay que sumar la defensa de los intereses de los cítricos frente a la competencia desleal de terceros países.

A estos dos consellers se le sumará ahora Aitana Mas como vicepresidenta del Consell y consellera de Igualdad, un campo también complicado que comprende la gestión de los centros de menores, las residencias de la tercera edad y el apoyo a los colectivos más desfavorecidos, que se han incrementado a raíz de la crisis sanitaria.

La creciente presencia de representantes alicantinos en el Botànic, dentro de la cuota que le corresponde a Compromís, contrasta con el fenómeno contrario que se ha registrado en el seno de las filas socialistas. La remodelación llevada a cabo por el jefe del Consell, Ximo Puig, el pasado mes de mayo, trajo consigo la marcha de Ana Barceló, hasta ese momento consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, así como la de Carolina Pascual, que estaba al frente de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital. Mientras esta última era sustituida por otra alicantina, como es Josefina Bueno, en el caso de Barceló se optaba por el valenciano Miguel Mínguez. Previamente, en las filas de Unides Podem, también hubo una baja para la provincia: salió el alicantino Rubén Martínez Dalmau, que fue sustituido por Héctor Illueca.

Así las cosas, el Gobierno de la Generalitat va a afrontar el tiempo que reste hasta las próximas elecciones con un representante menos en el Ejecutivo valenciano que cuando se inició la legislatura, y se queda con cuatro. Lo que ya no va a ser igual es la correlación. Mientras en Compromís han pasado de dos a tres consellers alicantinos, en el PSPV se han quedado con solo uno, y en Unides Podem con ninguno.

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