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La generación de los noventa ya pide paso

Aitana Mas será la primera persona nacida en la última década del siglo XX en sentarse en el pleno del Consell y lo hará como número dos

La generación del 90 pide paso en el Consell.

Jóvenes, preparados y con un ascenso meteórico. Si la política va cada vez más rápido, ellos hacen los coros al cántico de acelerar un poco más. El nombramiento de Aitana Mas como futura vicepresidenta de la Generalitat sienta por primera vez en la mesa del Consell a una persona nacida en la década de los 90. Su irrupción en el primer escalón del gobierno valenciano, no obstante, no es una excepción en la estructura del ejecutivo autonómico para una generación a la que la llegada de Zaplana al poder pilla, si eso, como un recuerdo de la infancia.

Mas será el máximo exponente de que con la treintena recién cumplida (o incluso sin haberla alcanzado) se pueden asumir labores de gestión. Su incorporación fomentará la «mirada intergeneracional» del Consell, en palabras de Ximo Puig. Y así se encuentran datos curiosos como que el año en que la nueva vicepresidenta llegó al mundo (1990) su compañera de gobierno, Gabriela Bravo, empezaba su trabajo en la Fiscalía Provincial de Cádiz o que cuando nació Ana Domínguez (1994), Puig ocupaba el mismo cargo que ella ostenta en la actualidad (la Dirección General de Relaciones con las Cortes).

Domínguez es precisamente una de esas últimas incorporaciones que funde etapas a un ritmo vertiginoso. En noviembre entró en la ejecutiva del PSPV con los cargos de vicesecretaria de Igualdad y portavoz de la formación. A efectos prácticos, una número dos a nivel orgánico tras la salida de Manolo Mata meses después. Su avance hacia las posiciones de responsabilidad se concretó en febrero asumiendo las labores en el tercer escalón de Presidencia como directora general.

«Hay una necesidad de aproximar la política a los jóvenes, los más desconectados», señala Domínguez preguntada por los saltos adelante de su generación. Hablar claro, de manera sencilla, directa y como nativos digitales se convierte en su principal ventaja. También cree que lo es adaptarse a una de sus partes negativas, a la velocidad, los bandazos y la incertidumbre. «No sé dónde estaré la semana que viene, pero eso es algo a lo que estamos acostumbrados los jóvenes; antes de este puesto había tenido 5 ó 6 trabajos y mi padre ha tenido siempre el mismo, eso ya no existe», explica.

Cargos en el Consell

Los tres partidos del Botànic pueden presumir de contar con representantes nacidos en la década de los 90 con responsabilidades institucionales en la Generalitat. El PSPV dispone, además de Domínguez, de Maria Such como directora general del Institut de les Dones y que lleva desde los albores del Botànic en 2015 (cuando tenía 25 años); de Compromís, Andrés Gomis, es director general de Transparencia y de la misma generación mientras que Unides Podem tiene como secretario autonómico de Vivienda y con una ingente tarea legislativa a Alejandro Aguilar nacido en 1992.

La formación morada tiene también representación joven en labores de gobierno en España. «Cada generación tiene su hito político y la de la nuestra fue el 15M que ha dado una buena hornada de políticos progresistas», dice la directora del Instituto de la Juventud (Injuve), María Teresa Pérez, nacida hace 29 años en Petrer. Cuando las plazas se llenaron de indignación juvenil, Pérez estaba en el verano de su mayoría de edad. «Ahora toca dar la batalla cultural para convencer a los más jóvenes que se han politizado en otra situación», explica.

Más allá de las labores que realizan dentro del ejecutivo autonómico y el estatal, sus nombres comienzan a contar con un importante papel dentro de sus estructuras orgánicas poniendo verbo y rostro a la acción de sus partidos. Pérez es una de las portavoces de Podemos a nivel estatal, mismo cargo que ocupa Mas en Iniciativa (a falta de ver si la marcha de Oltra le supone también un paso adelante dentro de Compromís) y que Domínguez tiene en el PSPV. Además, Aguilar forma parte del Consejo Ciudadano estatal de los morados. Son futuribles a cualquier posibilidad.

«Savia nueva»

Para la politóloga de la Universitat de València Rosa Roig, la incorporación de perfiles jóvenes a la primera línea política permite aportar una nueva mirada, con nuevas preocupaciones y otras prioridades. Los problemas con el alquiler, el ecologismo, la falta de oportunidades o la diversidad son algunas de las aportaciones. No obstante, no todos son aspectos positivos. Señala la «falta de experiencia vital que dan los años» así como el bagaje laboral fuera de la política como características que podrían ser negativas.

Pero llegar joven no significa perdurar. «Hay varios casos de políticos que tuvieron un ascenso meteórico, llegaron a la cima con 30 y pocos años y se han quemado muy rápido», advierte la politóloga Victoria Rodríguez-Blanco. «No es tanto por la juventud, pero sí que demuestra que en política hoy pasa todo rápido», señala la investigadora de la Universidad Miguel Hernández de Elx. Así, apunta a que será clave la capacidad que demuestren ante «una gran oportunidad». «Son savia nueva», sentencia.

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