Las aguas siguen revueltas en el tablero político de la izquierda valenciana. Tras la remodelación del Consell y la salida forzada de Mónica Oltra de la vicepresidencia a raíz de su imputación, se produce un nuevo movimiento en uno de los cargos de relevancia en el plano autonómico. La hasta ahora delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Gloria Calero, será sustituida por la actual concejala de Empleo, Deportes y Envejecimiento Activo en el Ayuntamiento de València, Pilar Bernabé. El cambio incluye nuevas responsabilidades para Calero. La exalcaldesa de Sagunto ocupará en el Senado el escaño que dejó libre la alicantina Josefina Bueno al ser designada como consellera de Innovación durante la crisis de gobierno impulsada por Ximo Puig. Una maniobra que, al fin y al cabo, se saldó con la pérdida de cuota alicantina en la pata socialista del Consell, pasando de dos representantes a tan solo uno. Ahora, como derivada, la provincia pierde además una voz en la Cámara Alta. 

El cambio de titular en la Delegación del Gobierno se produce a menos de un año de las elecciones autonómicas y, según fuentes de la Generalitat, ha sido pactado entre el jefe del Consell y el presidente del Ejecutivo estatal, Pedro Sánchez. No es la primera vez que, al parecer, esta jugada táctica ha estado encima de la mesa. O al menos que se ha especulado con un posible relevo. Calero llegó a la  Delegación del Gobierno tras dejar de dirigir esta institución el también socialista Juan Carlos Fulgencio y está considerada una persona de confianza del exministro de Transportes, el valenciano José Luis Ábalos. La caída en desgracia de Ábalos, con su salida del Ejecutivo de Sánchez y de la sala de mandos de Ferraz, donde ejercía como secretario de Organización del PSOE, puso en el foco a Calero. Especialmente cuando el presidente del Gobierno ejecutó una importante remodelación en el Ejecutivo, hace prácticamente un año, aunque, finalmente, el cuartel general de La Moncloa en la Comunidad quedó al margen de aquella operación y Calero siguió  al frente. Hasta ahora. 

El grupo socialista en las Cortes valencianas presentó este lunes en el registro del Parlamento la candidatura de Calero como senadora territorial de la Comunidad Valenciana, con el exalcalde de La Vall d’Uixó (Castellón) Josep Tur como suplente. Se trata de un puesto de libre designación por la Cámara autonómica, es decir, que pertenece al llamado cupo territorial y no se elige por designación directa, sino a través de acuerdo parlamentario. 

La entrada de Bueno como responsable de la única conselleria deslocalizada que cuenta con su sede principal en Alicante dejó vacante uno de los tres puestos en el Senado que estaban ocupados por socialistas alicantinos, en concreto, por Ana Martínez, José Asensi y la propia Bueno. Desde el primer momento en que se supo que ésta se integraría en el Gobierno que preside Puig, la ejecutiva local del PSPV-PSOE de Alicante inició movimientos para intentar que ese puesto siguiera ocupado por un representante alicantino, pero, visto lo visto, de nada ha servido esa reivindicación que se planteó expresamente a la Ejecutiva Nacional del PSPV-PSOE, presidida por Puig. Y eso es algo que ayer sentó como un jarro de agua fría en el colectivo. Ahora, la representación de la provincia en el Senado pasa de seis a cinco escaños: dos en manos del PP -Adela Pedrosa y Pablo Ruz-, uno no adscrito -Emilio Argüeso- y los dos mencionados socialistas. 

A la pérdida de voces alicantinas en la cuota socialista del Consell, puesto que tan solo queda al frente Josefina Bueno, y la disminución de voces en el Senado, se une el hecho de que la proporción de altos cargos en el Ejecutivo autonómico está muy alejada de la representación que se presupone debería tener la demarcación alicantina con relación al PIB que aporta a la Comunidad, más de un tercio del total, y el peso poblacional. Tanto es así que tan solo uno de cada cinco altos cargos del organigrama de la Generalitat proceden de la provincia. Es la provincia de València quien absorbe buena parte de la representación.

Con la corriente del abalismo fuera de juego, y con el jefe del Consell posicionado ahora como el barón territorial con más peso en el PSOE, Puig ha podido esta vez influir en el inminente nombramiento de Bernabé como nueva delegada del Gobierno, abriendo así una nueva etapa en la recta final de la legislatura. 

La maniobra abre la puerta a una posible sustitución de Araceli Poblador

Una vez que el líder del PSPV-PSOE y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha conseguido por primera vez pactar con La Moncloa el nombramiento del máximo representante de la Delegación del Gobierno en la Comunidad, no se descarta que se registren derivadas a nivel provincial. Con el exministro José Luis Ábalos sin mando en plaza, pues fue él quien propuso las designaciones de Gloria Calero y su antecesor, Juan Carlos Fulgencio, es el barón territorial el que, aparentemente, tiene ahora la sartén por el mango. En esa ecuación de posibles movimientos podría entrar, según las fuentes consultadas, la Subdelegación del Gobierno en la provincia, dirigida ahora por Araceli Poblador, ligada a la antigua corriente de los sanchistas y aliada del secretario general del PSPV-PSOE en la provincia, el diputado nacional Alejandro Soler. 

Poblador se mantiene en el cargo de subdelegada desde 2018 y, en el plano orgánico, ostenta la presidencia de la agrupación socialista de la provincia de Alicante, capitaneada por Soler. Fue precisamente Soler quien, en las últimas primarias celebradas por los socialistas de la provincia, se puso al frente del timón del partido en la demarcación alicantina tras proclamarse vencedor frente al candidato del ximismo, que fue el portavoz del grupo en la Diputación, Toni Francés. 

Aunque Poblador ha sumado galones en el organigrama del PSPV-PSOE de Alicante, y ocupa además un cargo destacado como voz autorizada de La Moncloa en la provincia, no está considerada como un peso pesado de los socialistas y su perfil, al menos en las trincheras políticas, no ha conseguido despuntar demasiado. En determinados círculos autonómicos se barajaba este lunes la posibilidad de que acabe incluida en esta rueda de cambios, pero antes habría que buscar a un candidato a candidata que sea alto funcionario, un requisito indispensable para acceder a ese cargo. En cualquier caso, de ejecutarse el relevo, se haría en breve. 

Los últimos nombramientos de Puig en la provincia, con Ana Barceló como síndica en las Cortes y Josefina Bueno como consellera de Innovación, han perseguido un mismo objetivo, que no es otro que cimentar voces que puedan actuar como contrapeso del PP, que domina la Diputación y el Ayuntamiento de Alicante. Y en esa ecuación podría entrar ahora un posible relevo en la Subdelegación del Gobierno en la provincia, sumando un nuevo nombre para apuntalar el proyecto de Puig en el sur de la Comunidad.