Lo poco que queda ya de Ciudadanos va camino de desintegrarse por completo. Especialmente, en la provincia, donde precisamente gobierna en coalición con el PP en la Diputación y en el Ayuntamiento de Alicante, sus dos plazas más importantes en toda la Comunidad. Y va camino de desintegrarse ya no sólo por la sucesión de derrotas electorales, la última en Andalucía, donde ha pasado de tener la Vicepresidencia en la Junta a quedarse sin ningún escaño en el Parlamento andaluz. También por choques entre los dos sectores de la formación naranja en la provincia. Hasta el extremo de que, si a mitad de junio la dirección directamente destituía al coordinador provincialJavier Gutiérrez, así como a los secretarios provinciales de Acción Institucional y Organización, César Martínez y Chechu Herrerro, respectivamente, ahora se ha dado un paso más. Se ha suspendido cautelarmente de militancia a Javier Gutiérrez, portavoz de Cs en la Diputación, y responsable del área de Infraestructuras y Asistencia a Municipios, así como concejal de Urbanismo en Xixona. Continúa, pues, la purga entre el sector crítico. “Lo de Alicante es una locura”, aseguraba hace unos días otro cargo institucional de Ciudadanos, definiendo así la situación que se está viviendo en estos momentos y que, lejos de calmarse, no hace más que empeorar.

El conflicto entre la actual dirección y el sector más cercano a Javier Gutiérrez se había tensado mucho en los últimos meses. De un lado, estaba la confrontación entre los partidarios de las listas conjuntas con el PP de cara a las elecciones de 2023 y los que estaban a favor de ir en solitario. Gutiérrez, en este sentido, era de los que defendía la posibilidad de, por lo menos, abrir cauces de diálogo con los populares.

Ahora bien, por encima de todo, lo que precipitó todo en la provincia fue la moción de censura en Orihuela, que permitió que el PSOE le arrebatara la Alcaldía al PP gracias a la alianza con los regidores naranja. Una maniobra con la que el sector afín a Javier Gutiérrez siempre se mostró muy crítico, y que supuso que la dimisión a mediados de abril del secretario de Acción Institucional autonómico de la formación, Jesús Gimeno, una decisión que atribuyó a motivos personales, aunque en el partido siempre se dio por hecho que era la forma de mostrar su rechazo al modo en el que se había gestionado el pacto en la capital de la Vega Baja. En este caso, de hecho, se abrió un expediente a los ediles oriolanos, sin muchas más consecuencias de momento.

A partir de ahí, las cosas no hicieron más que empeorar. Tanto que hace sólo dos semanas el secretario nacional de Organización, Borja González, le comunicaba personalmente a Javier Gutiérrez que tanto él como César Martínez y Chechu Herrero debían dar un paso al lado o, de lo contrario, se exponían a la destitución de sus cargos orgánicos. Una decisión que se consumaría unas horas después, quedando fuera del comité provincial y del autonómico todos ellos.

“El partido no fue capaz de reaccionar a la moción, sobre la cual tuvo información por mi parte tres semanas antes de que sucediera. Hay cargos como Juan Ignacio López-Bas, María Muñoz y Teresa Ortiz que han escondido la cabeza como avestruces. No quisieron enterarse de lo que se estaba cociendo en Orihuela y negociando en los cuartos oscuros”, aseguraba Javier Gutiérrez sólo un día después en una entrevista a este periódico.

Todo se complicó un poco más hace unos días, cuando Ciudadanos en la Diputación pidió el cese de la secretaria de Organización de la Comunidad Valenciana, Teresa Ortiz, como integrante del consejo de Suma Gestión Tributaria y del adjunto a la secretaria de Organización, Rafael Congost, de su cargo en el Instituto Juan Gil-Albert, a lo que siguió la recogida de firmas por parte de un sector de la formación pidiendo la destitución de Ortiz "por sus decisiones unilaterales sin contar con los cargos".

Lo que está por ver ahora, más allá de cómo finalice el expediente, es qué consecuencias puede tener esto en los cargos institucionales que ocupa Javier Gutiérrez, especialmente en la Diputación, donde ocupa el puesto de portavoz de los naranja. De momento, los estatutos del partido, en su artículo 117 distinguen como sanciones en el caso de las infracciones muy graves entre la suspensión de la condición de afiliado y, como consecuencias accesorias, hablan de la inhabilitación para la representación institucional del partido durante el tiempo que dure la suspensión de militancia.