La frontera sur de la Comunidad, la Vega Baja, ha sido poco menos que territorio comanche para el conseller que ha dirigido durante los últimos siete años el área de Educación, el ahora síndico adjunto de Compromís en las Cortes, Vicent Marzà. La controversia en torno a la aplicación de la agenda del plurilingüismo ha sido utilizada como munición para alimentar una de las batallas políticas que abandera la derecha, la que gira torno a la denominada «imposición» del valenciano. Durante casi dos legislaturas, los actos públicos de Marzà en la comarca han sido contados al tiempo que los escraches y manifestaciones en contra sus políticas, ciertamente sonoros. Ahora, la nueva titular de la conselleria, Raquel Tamarit, se propone revertir esa tendencia, convencida de que la gestión realizada y los recursos invertidos deben pesar más que el ruido interesado. La Vega en particular y la provincia en general se convierten pues en una plaza estratégica para los nacionalistas de cara al horizonte electoral de 2023. La designación de la crevillentina Aitana Mas como vicepresidenta del Gobierno es una de las principales piezas del nuevo engranaje. En su primer día al frente de su nueva responsabilidad defendió que la política «va más allá de los palacios de València» y aseguró que gran parte de su agenda se desarrollará en las comarcas de Alicante, precisamente, donde el peso orgánico e institucional de Compromís es más débil, porque su gran músculo sigue estando concentrado en Valencia. 

Compromís fue la quinta fuerza política más votada en la provincia durante las elecciones autonómicas de 2019. La coalición obtuvo el 10,83% de los sufragios, con cuatro diputados, uno menos que el mandato anterior. En Valencia el porcentaje de apoyos, en cambio, fue más del doble, al recibir el 20,45% de los votos, posicionarse como segunda opción más apoyada y conseguir nueve escaños. En Castellón, se situaron en un término medio: 14,19% de respaldo en las urnas y cuatro escaños. Los resultados evidenciaron que el sur de la Comunidad fue donde cosecharon menos apoyos y ese es un resultado que, de cara a 2023, tratarán de revertir. No es algo que interese solo a los valencianistas. También al Botànic en su conjunto. 

Descentralización

Que Compromís trata de aumentar su proyección en la provincia resulta evidente en un momento en el que tres de sus cuatro consellers en el Consell proceden de Alicante. A los perfiles consolidados de Rafa Climent (Muro de Alcoi) y Mireia Mollà (Elche) se suma ahora el de Mas (Crevillent), que entra en el Consell por la puerta grande como vicepresidenta, consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, y portavoz del Gobierno en sustitución de Mónica Oltra. Cargos que, por tanto, aumentarán la proyección pública de la que está llamada a ser una de las nuevas referentes de Compromís en la provincia, que el día de su toma de posesión destacó su voluntad de avanzar en la descentralización dentro de la propia Comunidad y dijo que no es casual que las comarcas más empobrecidas sean las del sur. Una realidad que, aseveró, se debe revertir.

Mas no hereda una conselleria fácil ni se espera que en los escasos meses que restan para las elecciones pueda variar inercias en una gestión que, para bien o para mal, ya está encarrilada. No tendrá los habituales 100 días de gracia para aterrizar en el cargo, pero sí una de las mejores plataformas para consolidarse como figura emergente dentro y fuera de la provincia.

La única consellera de Compromís que no procede de Alicante, Raquel Tamarit, tiene marcada en su agenda la Vega Baja como una de las prioridades. Prueba de ello es que durante su primer mes al frente de ese área del Consell ya ha protagonizado dos visitas a una comarca que, en el imaginario colectivo, se suele percibir como hostil. La responsable de Educación cree que la controversia por el decreto de plurilingüismo ha pasado a un segundo plano. El mensaje que se trata de potenciar ahora es el de los logros que, según destacan desde el departamento, se han conseguido en esta zona. «La Vega Baja es donde más invertimos en construcción de centros educativos con 185 millones de euros, una comarca que en 2015 era la que más centros escolares tenía íntegramente en barracones estructurales». Esas fueron parte de las declaraciones que Tamarit realizó durante su visita de hace pocos días a Pilar de la Horadada. Poco antes, en Orihuela, afirmó que la comarca cuenta este curso con 1.100 docentes más que hace siete cursos. 

Compromís encarrila así su nueva estrategia en Alicante mientras Unides Podem mantiene su coqueteo con los valencianistas para concurrir a las próximas autonómicas con listas conjuntas, conscientes de que la supervivencia que marca la barrera electoral del 5% para obtener representación en las Cortes puede resultar complicada. El PSPV, por su parte, está encantado con que Compromís trate de mejorar resultados en el flanco sur. Aunque, técnicamente ambas siglas son rivales en la fiesta de la democracia, no son pocos los que admiten que si los de Aitana Mas no aguantan el tipo en las próximas elecciones, especialmente en Alicante, difícilmente la izquierda podrá retener la Generalitat a partir de 2023.