Giro brusco de los acontecimientos. El PSPV-PSOE recula y no tiene ahora claro si votará a favor de la proposición de ley sobre la tasa turística en la Comunidad Valenciana que acordó hace seis meses con sus socios en el Botànic, Compromís y Unides Podem. La nueva síndica del grupo socialista en las Cortes valencianas, Ana Barceló, evitó este martes afirmar la dirección que tendrá el voto de su partido en el pleno extraordinario que se celebrará el día 14, una sesión en la que una de las principales cuestiones que se abordará será la de la tasa turística.

Hasta en tres ocasiones se le preguntó a la síndica del PSPV por el voto de su formación la próxima semana. Tras irse por las ramas las dos primeras veces, en las que sorteó la respuesta aludiendo a cuestiones como que la medida no entraría en vigor hasta el año 2024, que la decisión en última instancia debe de quedar en manos de la soberanía de los ayuntamientos o que los socialistas están a expensas de una reunión que van a mantener próximamente con la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), cuando se le cuestionó directamente por el sentido que tendrá el voto de su partido el próximo día 14 se limitó a contestar con un escueto: «Todavía no nos vamos a pronunciar».

Tensión añadida

Las palabras de Barceló pueden dar paso a una nueva crisis entre los socios del Botànic, cuando aún no se han cerrado las heridas provocadas por el caso que ha acabado con la dimisión de Mónica Oltra. El hecho de que los socialistas no aseguren que la ley prevista y acordada por los tres partidos salga adelante en las Cortes provocará tensiones añadidas entre las tres formaciones que gobiernan la Comunidad. Todo ello pese a que la norma sería de carácter voluntario para los ayuntamientos y tendría una moratoria hasta 2024, como recordó este martes Barceló en repetidas ocasiones.

Los socios del PSPV, por su parte, exigen la tramitación de la ley y reclaman al grupo socialista que mantenga un discurso coherente con el compromiso que adquirieron a finales del pasado año, un acuerdo que pasó a la posteridad con la fotografía conjunta de los que en aquel momento eran los tres síndics del Botànic: Manolo Mata, Fran Ferri y Pilar Lima. Por su parte, el partido que dirige Ximo Puig cree que ahora no es el momento oportuno para abrir este melón, en un periodo en el que la inflación está disparada y la ciudadanía paga las consecuencias de la guerra en Ucrania, traducida en la subida de los precios de las materias primas, la energía y los combustibles.

El cambio de postura mostrado por el PSPV llevó a la síndica de Compromís, Papi Robles, a asegurar que en su formación no contemplan «otra opción que no sea votar a favor» de la tasa, ya que los acuerdos «están firmados negro sobre blanco», por lo que demandan coherencia en las tres formaciones que componen el Botànic. Por su parte, desde Unides Podem, el portavoz adjunto, Ferran Martínez, destacó que la tramitación del impuesto está siguiendo su «calendario lógico» y auguró que la aprobación se producirá este 2022, pese al nuevo discurso del Partido Socialista.

El acuerdo que se logró a finales del año pasado provocó una tranquilidad que ha resultado momentánea entre el PSPV y sus socios, Compromís y Unides Podem, en un asunto que les ha provocado muchas disputas. De hecho, pese a aquella paz que se alcanzó en un momento dado, han sido diversas voces desde el Partido Socialista las que se han mostrado contrarias a la puesta en marcha de la tasa turística. Entre las que más oposición han hecho destaca la del secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, quien no ha dudado en calificarla como «un error político» y ha señalado que el nuevo impuesto pactado por los socios del Botànic no es «ni oportuno ni necesario». Sus declaraciones han contado con el apoyo del sector turístico, que cree que supondría un lastre para su rentabilidad en un momento en el que no se han conseguido dejar todavía atrás las consecuencias de la pandemia y se han sumado nuevos factores negativos, con la contienda bélica a la cabeza.

Oposición

La derecha valenciana reiteró este martes su oposición a la tasa, lo que permitiría que la proposición de ley para gravar las pernoctaciones turísticas decaiga con el rechazo del Partido Socialista, sin tener que contar con el apoyo de sus socios en el Gobierno autonómico. En este sentido, Barceló insistió este martes, en la rueda de prensa que ofreció tras la Junta de Síndics, que el único compromiso que se adquirió sobre el nuevo impuesto fue que su debate entrara en el pleno de la próxima semana, el último que se celebrará antes del parón veraniego. 

Desde el PP instaron a Colomer a estar presente en la sesión plenaria de la próxima semana, el diputado de Ciudadanos Carlos Gracia advirtió que es «llamativa» la falta de un dictamen de Hacienda al respecto y la síndica de Vox, Ana Vega, reiteró que su formación se opone «rotundamente» a la aplicación de la tasa. 

La conocida como proposición de ley de medidas fiscales para impulsar un turismo sostenible se someterá a debate en el pleno de la próxima semana, con lo que la tasa turística iniciará su tramitación parlamentaria y afrontará a partir de septiembre la fase de enmiendas. El conocido como «pleno escoba» del día 14 no contará con sesión de control a Puig, algo que también fue criticado por la oposición. Por su parte, la nueva vicepresidenta, Aitana Mas, expondrá los objetivos para el resto de la legislatura.