Debía ser una ejecutiva local que permitiera cerrar la crisis, pero su efecto fue todo el contrario. Sí, se cumplió el guion, y se aprobó que Francesc Sanguino fuera destituido como portavoz municipal socialista y que el secretario local del PSPV-PSOE, Miguel Millana, se convirtiera en su sustituto. Ahora bien, el conflicto no se ha contenido. Todo lo contrario. Se ha ahondado en la brecha entre los dos sectores enfrentados en la ciudad de Alicante. Nada de cerrar la crisis: Sanguino es un síntoma, pero Ángel Franco es la enfermedad, resumían desde el sector sanchista. Se le ha dado carpetazo a la crisis de Sanguino, que era lo importante, y les ampara la mayoría, sostenían desde el ala franquista. Lo bronco de la tarde lo demuestra el hecho de que salieran 12 de los 47 participantes en la ejecutiva, que no votaron. Los representantes del sector sanchista expresaron sus dudas sobre la validez de la votación y después intentaron entrar para el último punto del día, el de ruegos y preguntas, momento en el que el secretario de Organización, Pedro Ródenas, les dijo que ya se había acabado la reunión. Entre los que se quedaron dentro para votar, los del sector de Franco y dos de los alejandrinos, el resultado fue el siguiente: 32 votos a favor (el 71,1% del total de participantes) y una abstención.

Desde los círculos controlados por Franco reaccionaron con satisfacción una vez acabada la ejecutiva, ya que consideraban que se había acabado con la crisis más importante a su juicio, la generada por Sanguino, y que todos los movimientos se habían aprobado por mayoría. Su intención era, incluso, hacer efectivos los cambios en la misma noche del viernes, por vía telemática, una vez celebrada la reunión del grupo municipal. «En una democracia la gente tiene que aceptar el resultado de la mayoría. Ellos que hagan lo que quieran. Nosotros vamos a trabajar a fondo por la ciudad y por las próximas elecciones municipales», manifestaron los afines a Franco, quien levantó algo de polvareda al estar en la sede de Pintor Gisbert al inicio de la ejecutiva, aunque en otra sala. Finalizado el encuentro, que duró una hora y cuarto, los ánimos siguieron muy caldeados a pie de calle. Los primeros en aparecer fueron los sanchistas. A su salida, tomó la palabra Toni Mira-Perceval, a quien se veía visiblemente enfadado. «Ha pasado lo mismo que viene ocurriendo desde hace 25 años en este partido. Mandato tras mandato, hay alguien que se empeña en cargarse al grupo municipal», denunció en referencia a Franco. Mientras hablaba, fue interrumpido por Millana, quien no dudó en decirle: «Eres muy bobo y canalizas mal tu frustración política». La escena definía muy bien cómo estaban los ánimos, y que las cosas no parece que se vayan a calmar por el momento. De hecho, para el portavoz de los sanchistas, lo que se había vivido era una «escenificación de lo que dice el general Franco».

En su lamento acusó a los afines al exsenador de «coartar la libertad» de los que no piensan igual. «Somos un partido sin democracia ni trasparencia. Nuestras herramientas no son útiles para la ciudadanía. Sanguino puede haberse equivocado, pero nuestro problema viene desde hace años», añadió Mira-Perceval, unas palabras que fueron refrendadas por otra de las sanchistas que estaba presente, María José Adsuar: «Nos hemos salido porque entendemos que la ejecutiva no tiene competencia para el cese del portavoz y se entra en contradicción con el Reglamento Orgánico del Pleno». No tenían claro si para destituir a Sanguino era suficiente con la firma de la mayoría de los concejales o el propio dramaturgo tendría que rubricar su relevo por el secretario local. Mientras los ánimos de los sanchistas cada vez estaban más caldeados, y tras su cruce dialéctico con Mira-Perceval, Millana trataba de alejarse del epicentro del conflicto y contemplar la escena en segundo plano. Finalmente, tomó la palabra. «Ha habido gente que no ha votado porque decían que no cumplíamos el reglamento, pero los estatutos que regulan las relaciones de los ayuntamientos nos avalan. La decisión que se ha tomado en la ejecutiva es totalmente legal», sentenció.