El presidente de la Diputación, Carlos Mazón, agradece a la titular de Transición Ecológica, Mireia Mollà, su «implicación, complicidad e interés personal» para apoyar un proyecto. La consellera, por su parte, no se queda atrás en los elogios. «Es digno de felicitar a la Diputación por haber hecho este proyecto y hacerlo, además, como se deben hacer las cosas». Instantes después, Mazón añade que es de agradecer la celeridad con la que ha actuado la conselleria. Acto seguido, Mollà agrega que el trabajo conjunto que han desarrollado es una demostración de cómo se puede colaborar entre administraciones.

El jefe de la institución provincial y la integrante del Consell protagonizaron este jueves su primera comparecencia conjunta en lo que va de legislatura. Lo hicieron en el Palacio Provincial. El objeto de la convocatoria no era otro que anunciar que la Generalitat ha dado luz verde al Plan Director de Xorret de Catí que impulsa la Diputación y que pretende convertir este espacio natural en un polo de atracción del turismo de interior. Las felicitaciones mutuas por la forma en la que ambas administraciones han cooperado y, en definitiva, el buen rollo del que hicieron gala, recordaba a una de esas presentaciones en las que participan cargos que militan en un mismo partido. Esas en las que se deshacen en loas por el trabajo que consideran bien hecho. Pero, al menos en lo relativo a las siglas, este no era el caso; de ahí lo llamativo de un encuentro público que acabó, incluso, con Mazón realizando a Mollà una breve visita turística por el vestíbulo principal de la Diputación. Claro que no era una invitada, como él mismo se encargo de remarcar, porque el presidente de la institución recibió a la consellera con un «bienvenida a tu casa». Las siglas que abanderan, las del Partido Popular y Compromís, dos de las grandes formaciones antagonistas en el tablero político de la Comunidad, se quedaron, pues, a las puertas del Palacio.

Lo cierto es que no es la primera vez que Mazón exhibe su armonía con cargos de los valencianistas. De hecho, tiempo atrás destaca la capacidad de la exvicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, para llegar a acuerdos con la Diputación en aras del interés general. Incluso compartieron varios almuerzos privados, dejando al margen diferencias ideológicas y proyectando un acercamiento que, en determinados momentos, se ha producido cuando las relaciones entre la lideresa de Compromís y el jefe del Consell, el socialista Ximo Puig, no pasaban, precisamente, por su mejor momento.

En cualquier caso, probablemente será muy complicado que una comparecencia conjunta aderezada de tantas sonrisas y felicitaciones se produzca de aquí a unos meses, cuando el líder del PPCV y la que está considerada como uno de los rostros más visibles de los valencianistas en la provincia y la Comunidad entren de nuevo en campaña. Una campaña en la que la flamante vicepresidenta del Consell, la crevillentina Aitana Mas, compañera de militancia de Mollà, está llamada a jugar un papel destacado en el territorio alicantino. Es algo que se puede ver ya. La consellera ilicitana, claro está, tampoco se quedará atrás, con una agenda que parece que ya ese intensifica en el sur de la Comunidad.

El proyecto presentado por Mazón y Mollà requiere de un presupuesto estimado de 5,5 millones de euros para las anualidades 2023, 2024 y 2025, por lo que desde la institución provincial se han solicitado, a través de la Generalitat, fondos europeos Next Generation. Además, la Diputación tiene previsto invertir en un futuro entre dos y tres millones de euros de fondos propios para la revalorización arquitectónica del antiguo hotel de Xorret de Catí, incidiendo en aspectos como la accesibilidad y la eficiencia energética.