La síndica del PSPV en las Cortes, Ana Barceló, se muestra convencida de la «buena salud» del gobierno del Botànic y de las relaciones con Compromís y UP, pese a las últimas reticencias por la tasa turística o la salida de la exvicepresidenta Mónica Oltra. Además, no duda de que el pacto se reeditará en las elecciones de 2023: «Por supuesto».

Barceló rechaza el «ruido interesado» que habla de crisis en el tripartito y defiende que el gobierno está «totalmente coordinado y en sintonía con los objetivos a alcanzar». Una estabilidad que, a su juicio, es fruto de las políticas impulsadas desde 2015 para dar «más oportunidades de presente y futuro».

Es algo que cree que irá más allá en 2023, de la mano de unos presupuestos autonómicos expansivos por el aumento de inversiones del Estado, unas cuentas que espera que vuelvan a contar con el apoyo de los tres socios para «afianzar la recuperación pospandémica». «Por supuesto -garantiza-, se negociarán en el seno del gobierno como establezca el Consell y seguirán dando respuestas a las necesidades de la ciudadanía».

Sobre la tasa turística consensuada por el Botànic, pendiente de tramitación parlamentaria y uno de los últimos puntos de discrepancia, Barceló remarca que «en absoluto» ha afectado a la relación de los socios: «Todos hemos entendido que había que abrir un periodo de escucha activa al sector y a los ayuntamientos porque en la tramitación, evidentemente, haremos aportaciones que enriquezcan el texto».

Así, tras recordar que no entrará en vigor hasta 2024, se aplicará de forma voluntaria por cada ayuntamiento y «la Generalitat ingresará cero» porque estará bonificada al 100%, aboga por que la recaudación tenga retorno en el sector turístico en materia de promoción, infraestructuras o mantenimiento. Y aunque reconoce que la mayoría de alcaldes socialistas han mostrado su negativa a aplicarla, sostiene que «es una herramienta que está ahí y que cada uno tiene la opción de utilizarla cuando considere o nunca».

Preguntada por el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer (PSPV), y su rechazo a la tasa, la síndica diferencia entre los acuerdos firmados porque son «un partido de palabra» y la postura de un dirigente que «defiende y está al lado del sector».

Por otro lado, tras hacer un balance positivo de sus primeros meses como síndica, la exconsellera de Sanidad señala que uno de los objetivos de cara al futuro es seguir la senda de las reversiones de departamentos sanitarios a gestión pública tras conseguirlo en Alzira y Torrevieja. «Lo importante es que el sistema esté cohesionado, que esté en manos de la sanidad pública», reivindica, y destaca al respecto la reciente compra de Ribera Salud -responsable de los departamento de Dénia y el Vinalopó- por parte del grupo privado francés Vivalto Santé.

Y es que recuerda que la sanidad es «la mayor red social» y la que soportó mayor presión sobre la pandemia, unos años en los que vio a un gobierno «sensible, entregado a la salud de los valencianos y preocupado por salvar vidas».

Resalta además que su sucesor, Miguel Mínguez, es un conseller «magnífico» que está «haciendo un buen trabajo» y descarta que ahora haya que aplicar nuevas restricciones por el covid gracias al avance de la vacunación, aunque recuerda que ya no le corresponde valorarlo a ella.