Dos incendios devastadores que afectan a la Vall d’Ebo (Alicante) y a Bejís (Castellón). Más de 2.000 personas desalojadas y miles de hectáreas arrasadas. Los daños no son solo materiales. Seis personas han sido hospitalizadas con quemaduras graves al tratar de huir de un tren rodeado por el fuego. Son motivos, tremendos motivos, que explican que el epicentro de la actividad política se localice estos días en las zonas afectadas. Dos ministros, el presidente y la vicepresidenta de la Generalitat, dos consellers, la delegada del Gobierno o el presidente de la Diputación son algunos de los representantes públicos que han variado su agenda y, si ha sido necesario, han suspendido sus vacaciones de agosto, para estar junto a los equipos de emergencias. Para dedicar tiempo a los alcaldes y vecinos afectados ejerciendo la política a pie de calle en días muy complicados en los que, no obstante, también ha habido significativas ausencias. Una de las más llamativas, por las competencias que desempeña, fue la de la consellera de Agricultura y Desarrollo Rural, Mireia Mollà

Cuentan que el conseller de Sanidad, Miguel Mínguez, estaba en Teruel cuando se subió a su propio coche y se desplazó hasta la localidad castellonense de Jérica, donde se instaló el hospital de campaña para atender a los heridos por el siniestro ferroviario. Acudió después al hospital de La Fe, donde fueron ingresados. El jefe del Consell, Ximo Puig, y la consellera responsable de Emergencias, Gabriela Bravo, han centrado su agenda entre la Vall d’Ebo y Bejís. De los puestos de mando avanzados al centro de coordinación de emergencias, estando, asimismo, con los vecinos. «Hacemos lo que toca, prestar todo el apoyo de la Generalitat», destacaban desde Presidencia. 

A la comitiva de cargos se unieron dos representantes del Gobierno central. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, siguió la evolución del incendio de Bejís, mientras la titular de Ciencia e Innovación, Diana Morant, acudió al de la Vall d’Ebo, donde el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, ha estado presencialmente dos días para seguir el minuto a minuto del suceso. Tampoco ha faltado la número dos de la Generalitat, Aitana Mas, a caballo entre Alicante y Castellón para interesarse in situ. Su compañera de Gobierno Mollà, dicen desde su conselleria, también está muy atenta a lo que sucede, pero, en su caso, a kilómetros de la zona crítica, de las llamas y de los perjudicados. Defiende que es mejor esperar a que el incendio esté controlado para, después, abordar el asunto con los que han dirigido la operación. Lo que sí hizo fue anunciar que pedirá al Ejecutivo una partida extraordinaria para la recuperación de las zonas afectadas. Este miércoles tuvo la oportunidad de plantearlo directamente a la representante del Gobierno central en la Comunidad, Pilar Bernabé, que fue a Castellón. Pero no coincidieron.