Una veintena de concejales de Cs en diferentes municipios de la provincia de Alicante se han sumado a la rebelión contra la líder nacional del partido, Inés Arrimadas. De esa forma, cobra fuerza en la demarcación alicantina el movimiento Somos Cs, que agrupa a los críticos que reclaman la dimisión de la presidenta del partido y, también, de todo el comité ejecutivo nacional, en el que está integrada la coordinadora del partido en la Comunidad Valenciana, María Muñoz. El manifiesto mediante el que se exige una asamblea extraordinaria para que sea la militancia quien ratifique a una nueva dirección del partido ha sido rubricado por nuevos representantes públicos de los naranja que su suman a los que abrieron la veda en la provincia, que fueron la vicealcaldesa de Alicante, Mari Carmen Sánchez, y el portavoz de en la Diputación, Javier Gutiérrez.

En concreto, se han sumado al bando de los sublevados con la dirección nacional los concejales de Alicante Antonio Manresa y María Conejero. También el coordinador de la agrupación de Alicante, Miguel Ángel Sánchez. Igualmente, se une a Somos Cs César Martínez, concejal de l'Alfàs del Pi y miembro del Consejo General; José Martínez Sánchez y Eduardo Ferrer, concejales de Xixona; Ricardo Bernabéu, concejal de San Vicente del Raspeig; Vicente Francisco, concejal en Petrer; Simón Ortolá, concejal en el Ayuntamiento de Pego; Juan Manuel Sanchis, portavoz y teniente de alcalde en Muro; Joan Costa, portavoz de Ondara; Adolfo Asín, teniente alcalde en Callosa de Segura; Pedro María Reymundo, concejal en Callosa de Segura; Antonio Sola, teniente alcalde en Mutxamel; o María Soledad López y Nieves Corbí, concejalas en esa misma localidad. Se unen igualmente Ruth López, edil en Santa Pola; y Nicolás Martínez, Jorge Peleteiro y Pedro Carricondo, concejales en Ibi.

Los afiliados defienden que las acciones adoptadas por la dirección nacional de Cs "llevan a la conclusión de que nadie está dispuesto a asumir responsabilidades por los continuos fracasos electorales" que se han venido registrando, el último en Andalucía, donde la formación se ha quedado sin representación. Alegan que, por contra, lo que se plantea desde la ejecutiva de Arrimadas es un proceso de refundación que "llega tarde y que al estar pilotado por las mismas personas que han conducido a Cs a la crítica situación en la que se encuentra, quedan incapacitados para dirigirlo".

En total, el manifiesto de Somos Cs ha sido rubricado por más de 700 personas en dos semanas. Buscan presionar a la dirección nacional para celebrar una asamblea extraordinaria. Y consideran que la refundación está siendo "una farsa" porque están participando personas ajenas al proyecto a la vez que se está dejando sin poder de decisión a la gran mayoría de afiliados.