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Camps defiende que el Estado "recompre" competencias transferidas a las autonomías

El expresident defiende la recentralización en materias como Justicia

Francisco Camps y Joan Lerma han participado este martes en un congreso sobre el cuadragéismo aniversario del Estatuto de Autonomía valenciano organizado por la Fundación Broseta.

l expresident de la Generalitat Francisco Camps ha augurado este martes que "tarde o temprano" habrá competencias autonómicas que terminarán "de vuelta a casa", una especie de "recompra" de competencias del Estado de la que se ha mostrado partidario ya que, en su opinión, "no tiene sentido" que estén en manos de los territorios, como la gestión de la Justicia.

Pese a desplegar un discurso marcadamente autonomista, Camps ha destacado que es "absurdo" que las autonomías gestionen determinadas áreas cuando tendría "mucho más sentido" que estuvieran en manos del Estado. Así lo ha defendido durante su intervención en un congreso sobre el cuadragésimo aniversario del Estatuto de Autonomía valenciano organizado por la Fundación Broseta y en el que también ha intervenido Joan Lerma, el otro jefe del Consell que aprobó una reforma de la máxima ley autonómica.

Camps ha vinculado esa necesidad de retornar competencias a Madrid con el "gran problema" que tienen las autonomías con la financiación de su modelo de bienestar, y ha puesto como ejemplo la Comunitat Valenciana, que "le debe ya al Estado 45.000 millones de euros", lo que "técnicamente" anula su capacidad de financiación de forma independiente. Por ello, ha considerado que "dentro de uno, diez o veinte años habrá un gran pacto, por obligación incluso de Bruselas", para "vestir una condonación" por parte del Estado esa deuda.

Esa sería una victoria valenciana, que reclama insistentemente tanto que el Estado asuma esa deuda histórica como la reforma del sistema de financiación. Sobre esto último Camps se ha mostrado menos optimista. Preguntado sobre si vislumbra opciones de acuerdo en el Congreso, Camps ha dicho que es "imposible" alcanzar un pacto estatal utilizando el símil de la manta. Así, ha incidido en que modificarlo pasa por "quitarle a unos para dárselo a otros" porque "es un modelo de reparto, no de dar más dinero", lo que provoca choques incluso dentro de los mismos partidos en función del territorio que representan.

La reforma del Estatut de 2006

La ponencia de Camps se ha centrado en la reforma del Estatuto de Autonomía valenciano que se acometió en 2006, a la que se llegó después de que en los años 90 se renunciara a reformarlo porque no se permitió incluir la disolución del Parlamento valenciano por el president de la Generalitat para equipararse a otros Estatutos.

Así, ha recordado que la reforma de 2006 incluyó medidas como la capacidad de disolución de las Corts, la eliminación del tope de conselleries, la ampliación a 99 del número de diputados autonómicos, el requisito de un referéndum para nuevas reformas, la inclusión del valenciano como "lengua propia" o el reconocimiento de la C. Valenciana como nacionalidad histórica.

El exdirigente del PP ha agradecido al entonces jefe de la oposición, el socialista Joan Ignasi Pla, "la buena predisposición" para poner en marcha aquella negociación que buscaba una ley que llegara "al máximo nivel competencial".

La "vía torticera" de Lerma

Esa colaboración de la oposición de la que habla Camps la echó de menos Lerma. El socialista, al frente del Consell en la aprobación del primer Estatut valenciano y que ha precedido a Camps, ha rememorado este martes la vía "torticera pero original" por la que la Comunitat Valenciana aprobó su más alta norma en 1982, la del artículo 143 de la Constitución más una ley orgánica de transferencias que la equiparó a los demás estatutos.

Lerma ha destacado que la Comunitat podría haber sido la cuarta en aprobar su Carta Magna, en 1980, siguiendo el procedimiento tradicional y con referéndum, pero la actitud de UCD, que condicionó la vía de acceso por una cuestión partidista, lo retrasó bastante.

Pese a todo, el primer president de la Generalitat ha reivindicado que estas cuatro décadas de Estatuto valenciano han servido para la convivencia, y ha considerado que la ciudadanía premió en las primeras elecciones autonómicas al PSOE, que mantuvo su palabra e hizo posible un Estatuto "de las máximas competencias", y castigó a quienes "marearon" en su confección.

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