La inflación y las elecciones dejan la mitad de los presupuestos de los ayuntamientos sin aprobar

Los alcaldes se escudan en que los desfases por el alza de los precios dificultan el ajuste de las partidas. Algunos consistorios pospondrán el trámite hasta después de los comicios

El Ayuntamiento de Alicante es uno de los que aún no han aprobado sus presupuestos.

El Ayuntamiento de Alicante es uno de los que aún no han aprobado sus presupuestos.

M. Vilaplana

M. Vilaplana

No hay manera de que la totalidad de los ayuntamientos de la provincia o, al menos, un porcentaje elevado de ellos, cumpla con su obligación de iniciar el año con los presupuestos aprobados. Las causas a lo largo de los últimos ejercicios han sido diversas, si bien en esta oportunidad hay dos razones de peso que están influyendo directamente en el hecho de que la mitad de los municipios de mayor tamaño no hayan actualizado sus cuentas. La primera de las causas en la que se escudan los alcaldes es la inflación, sobre la base de que los desajustes provocados por el alza de los precios han dificultado la elaboración de las partidas. La otra excusa, si se le puede llamar así, es la cercanía de las elecciones municipales, hasta el punto de que algunos consistorios estarían barajando la posibilidad de dejar en suspenso la aprobación hasta conocer cual será la composición de las nuevas corporaciones.

Un recorrido por los principales ayuntamientos de la provincia deja un panorama bastante desolador en lo que respecta a la aprobación de las cuentas municipales. Entre los consistorios que han cumplido con su obligación de actualizar sus cuentas figuran Elche, Santa Pola, Crevillent, Villena, Novelda, Petrer, Altea, Calp, San Vicente del Raspeig o Sant Joan d’Alacant, mientras que en el lado contrario se encuentran Alicante, Xixona, El Campello, Benidorm, la Vila Joiosa, l’Alfàs del Pi, Elda, Aspe, Alcoy, Ibi, Torrevieja u Orihuela. Corporaciones de todos los colores políticos que, por unas causas u otras, siguen sin concretar los presupuestos de este año.

Y todo ello pese a lo que establece una legislación que es algo condescendiente en algunos casos. Por ejemplo, cuando un ayuntamiento, por causas concretas, no ha podido aprobar sus cuentas un año. Pero, a partir de esa primera prórroga, la ley advierte de que no debería existir consistorio alguno con presupuesto prorrogado por más de un ejercicio, por las consecuencias negativas para la maquinaria administrativa municipal y los proyectos a desarrollar.

Pero eso no parecen tenerlo en consideración ayuntamientos como el de Torrevieja, que ha convertido la prórroga de sus cuentas en una práctica bastante habitual, hasta el punto que viene funcionando con modificaciones de crédito millonarias. En Orihuela, por su parte, la complicada coyuntura en la que se encuentra en estos momentos el gobierno municipal tras la moción de censura que aupó al PSOE a la Alcaldía, propicia que la aprobación de unas nuevas cuentas sea en estos momentos una labor harto compleja y que, con toda probabilidad, haya que esperar a que pasen los comicios municipales para meterse en faena.

Deseos

En Alicante, por otro lado, el deseo del alcalde, Luis Barcala, de terminar el mandato aprobando unos presupuestos en tiempo y forma se ha ido al garete, en este caso con la excusa de una inflación que ha disparado, entre otros, los costes de la energía, obligando a ajustar al máximo las partidas. El hecho es que, desde 2015, el Ayuntamiento de la capital de la provincia, independientemente del partido que haya gobernado, no ha conseguido sacar adelante sus cuentas en los plazos establecidos.

Y la prueba de que la cosa no va de colores políticos reside en el ejemplo de dos ayuntamientos como son Benidorm y Alcoy, el primero gobernado por el PP y el segundo por el PSOE. El alcalde de la ciudad turística, Toni Pérez, justifica el retraso en la aprobación en la complicada coyuntura actual. «Vivimos -explica- en un momento de mucha incertidumbre y, además, de difícil pronóstico. Los costes energéticos y del agua se han disparado en 2022, y hemos tenido que realizar ajustes para ver cómo lo asumíamos. En nuestro caso, hemos decido no repercutirlo sobre los vecinos, pero, como digo, todo está más complicado». La intención del consistorio es la de actualizar las cuentas este mismo mes de enero.

En lo que respecta a Alcoy, su alcalde, Toni Francés, hace referencia a las mismas causas. «Hablamos de un presupuesto complicado por el aumento, sobre todo, del coste de la energía. Por lo tanto, hemos tenido que esperar a conocer la liquidación para ajustar las partidas al máximo», explica. El objetivo es llevar las cuentas a aprobación en febrero, una fecha que, recuerda Francés, suele ser la habitual.

Con todo, los municipios de menor tamaño están resultando ser más cumplidores. En la página de la Diputación que recoge los ayuntamientos con presupuestos aprobados figuran municipios como Adsubia, Agost, Alcosser, Almudaina, Beneixama, Benifato, Benimarfull, Campo de Mirra, Cañada, Confrides, Fageca, Millena, Muro, Novelda, Polop, Sagra, Vall d’Ebo o Vall de Gallinera.